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El Supremo de Nueva York revoca el derecho de voto en elecciones locales de 800.000 inmigrantes con papeles

El Consejo Municipal de la ciudad había aprobado en diciembre una ley que permitiría a los extranjeros residentes legalmente elegir a los miembros del consistorio

María Antonia Sánchez-Vallejo
voting rights
Un voluntario con un cartel escrito en inglés, español y chino, en noviembre en las elecciones locales de Nueva York.Richard Drew (AP)

El Tribunal Supremo del Estado de Nueva York ha tumbado este lunes la posibilidad de que 800.000 residentes extranjeros en la ciudad puedan votar en las elecciones locales. El Consejo Municipal había aprobado en diciembre el derecho de voto de los inmigrantes con tarjeta de residencia, permiso de trabajo o protecciones temporales de asilo o refugio. Según el fallo, la medida viola la Constitución del Estado.

Según el juez Ralph J. Porzio, autor de la sentencia, para otorgar a quienes no son ciudadanos estadounidenses derecho de voto, aun en elecciones a la alcaldía, sería preciso celebrar un referéndum, ya que según la Constitución vigente en el Estado, solo pueden votar los ciudadanos elegibles.

El fallo se produce la víspera de las elecciones primarias del Estado, pero la norma no entrará en vigor hasta el próximo mes de enero. La aprobación del derecho de voto para inmigrantes colocó a Nueva York en la vanguardia de un debate nacional sobre el derecho de voto, no ajeno a la pugna entre republicanos y demócratas por el derecho intrínseco y sobre el que los Estados han venido reaccionando en sentido contrario: unos, a favor de ampliar la elegibilidad; los otros, prohibiendo explícitamente que los no estadounidenses voten. Los líderes estatales y federales del Partido Republicano, así como un puñado de funcionarios republicanos de instancias locales, habían desafiado la ley. El Estado de Nueva York, igual que la alcaldía de la ciudad, es un bastión tradicionalmente demócrata.

El fallo del juez de Staten Island da respuesta, precisamente, a una demanda presentada por representantes republicanos. “La decisión de hoy valida a aquellos de nosotros que podemos leer las palabras en inglés de nuestra Constitución y estatutos estatales”, ha dicho Joseph Borelli, concejal republicano de Staten Island y uno de los demandantes. “El voto de los no ciudadanos en Nueva York es ilegal”, ha remachado. La demanda fue presentada por Vito Fossella -al igual que Borelli, descendiente de inmigrantes-, presidente del condado de Staten Island, argumentando que la nueva norma modificaría el modo de hacer campaña. A la reclamación se sumó un grupo de votantes por considerar que sus votos se verían diluidos por la nueva ley. A la enconada pugna no es ajeno el rediseño del mapa electoral neoyorquino.

El alcalde, el demócrata Eric Adams, recibió la noticia mientras presidía un acto del departamento de Saneamiento en el condado del Bronx. Adams apoyó inicialmente la legislación, pero no la rubricó al llegar a la alcaldía, en enero, por lo que el proyecto de ley se convirtió automáticamente en ley. Los responsables de la ciudad están “evaluando los próximos pasos” a dar, ha dicho Fabien Levy, portavoz del alcalde, en la por el momento única reacción oficial al varapalo del Supremo.

Murad Awawdeh, director de la Coalición de Inmigración de Nueva York, que agrupa a una veintena de grupos, lamentó la decisión judicial. “No ha supuesto una sorpresa para nosotros, porque los detractores republicanos de la ley presentaron su demanda precisamente en un tribunal que sabían iba a serles favorable. Pese a la decisión de la Corte, vamos a continuar luchando para garantizar que casi un millón de neoyorquinos que tienen su vida aquí y están invirtiendo en nuestras comunidades, tengan voz en la democracia local”. Otros grupos de activistas se han manifestado en parecidos términos.

La aprobación del derecho de voto para los inmigrantes supuso en su día un hito, en una ciudad cada vez más mestiza también en representación política, tanto a nivel local como estatal. A la inmigración histórica de finales del siglo XIX y principios del XX, alimentada por italianos e irlandeses -que dejaron su impronta durante décadas en el Departamento de Policía, por citar una instancia importante de la ciudad-, y posteriormente, en los setenta, asiática, se ha sumado en las últimas décadas una creciente presencia de hispanos.

En unas primarias sin apenas emoción, dada la orientación política del Estado y la previsible victoria demócrata, los neoyorquinos elegirán este martes y el próximo 23 de agosto qué candidatos aparecerán en las papeletas de las elecciones de medio mandato de noviembre para la renovación de escaños en el Senado y la Cámara de Representantes de EE UU, el Senado estatal y la Asamblea estatales, así como para gobernador, fiscal general y otros cargos estatales.

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