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Guerra de Rusia en Ucrania
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Prigozhin, cooperador necesario en la política de Putin hacia África

El líder ruso trata de seducir a los países africanos en una cumbre celebrada en San Petersburgo en la que apareció el jefe de Wagner

Asistentes a la reunión siguen por una pantalla el discurso de Putin, el jueves en San Petersburgo.
Asistentes a la reunión siguen por una pantalla el discurso de Putin, el jueves en San Petersburgo.AP
Pilar Bonet

Vladímir Putin quiere transformar Rusia en la potencia global de referencia en el continente africano, tanto en lo económico como en lo político y en lo cultural. El presidente ruso aspira además a posicionar a su país en puntos geográficos clave para una nueva configuración geoestratégica que daría a Moscú una salida privilegiada al Mar Rojo, el Golfo Pérsico y al Océano Índico.

Estos son algunas de las líneas maestras esbozadas por Putin durante su intervención en el foro Rusia-Africa que se celebra desde este jueves y que concluirá este viernes en San Petersburgo.

Los fines que Putin se plantea en África solo podrán evaluarse en función de su resultado, pero ya hoy puede decirse que los ambiciosos objetivos del mandatario ruso en el anterior foro no se correspondieron con las realidades. En 2019 en Sochi, ante 45 jefes de Estado y gobierno de África, Putin dijo que el volumen comercial de Rusia con este continente era de 20.000 millones de dólares en 2018. Ahora, en San Petersburgo, ha asegurado que el volumen comercial fue de 18.000 millones de dólares en 2022, es decir, se redujo en 2.000 millones de dólares en cinco años. Sin embargo, Putin valoró como un éxito la cifra. “Este es uno de los resultados evidentes de la cumbre Rusia-Africa de Sochi”, dijo en San Petersburgo.

La retórica vertebradora de la cumbre de 2019 —la primera en su género— era el retorno a África de la antigua Unión Soviética (reencarnada por Rusia) en el papel de potencia liberadora, anticolonial, y dispuesta a ayudar a los nuevos Estados africanos a afianzarse en el mundo. En esta segunda edición, los énfasis han cambiado y Putin se ha esforzado por demostrar que los cereales rusos (y no los de Ucrania) pueden salvar a África del hambre. El líder del Kremlin se ha deshecho en promesas, entre las que se incluye el suministro gratuito de cereales para Burkina Faso, Malí, Zimbabue, Somalia y República Centroafricana. Sus planes de seducción incluyen proyectos de desarrollo energético y explotaciones de hidrocarburos por parte de las grandes compañías rusas. También el desarrollo y expansión de la enseñanza del ruso y la cooperación tecnológica y militar.

Por ver está cómo los proyectos de Rusia en África compiten con los de China y Occidente. Al foro de San Petersburgo asiste también Yevgueni Prigozhin, el artífice de las unidades de mercenarios Wagner, que durante años ha mantenido una febril actividad económica y militar en África. Prigozhin fue fotografiado en compañía del representante de la República Centroafricana. Agentstvo, un canal de redes sociales, analizó la fotografía que aparentemente fue tomada en las escaleras de un hotel perteneciente a la familia de Prigozhin en San Petersburgo. La reunión con el representante centroafricano fue confirmada por el canal GreyZone, que difunde las informaciones de Wagner. Antes, en una entrevista con medios de comunicación africanos, Prigozhin desmintió los rumores según los cuales Wagner va a abandonar África.

La presencia del conocido como cocinero del Kremlin en el foro de San Petersburgo indica que se trata de un personaje que es necesario para la política rusa en África y que su valor práctico para Moscú pesa más que su responsabilidad por el motín del pasado junio, que Putin calificó de “traición” en su primera declaración pública sobre el tema y aparentemente pesa más que las vidas de una quincena de pilotos rusos y los aviones derribados cuando sobrevolaban las columnas de los amotinados. Prigozhin pesa también más que sus métodos para mantener la disciplina en sus filas. Uno de ellos, el martillazo en el cráneo.

El Estado ruso financia las actividades de Wagner, como Putin ha reconocido tras años de opacidad, aunque en países africanos el líder de la empresa de mercenarios era visto ya como parte de ese Estado. Tras el motín de junio, el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, manifestó que, al margen de la compañía Wagner, los Gobiernos de República Centroafricana y Malí “tienen contactos oficiales gubernamentales con nuestros dirigentes”. El jefe de la diplomacia rusa recordó que “varios centenares de militares trabajan como instructores en la República Centroafricana”. Distintos medios occidentales han advertido de viajes de funcionarios rusos a Malí, lo que se considera como un intento de tranquilizar los ánimos en aquel país. Rusia planea construir una base de asistencia técnica a sus buques en las costas de Sudán, y además de facilitar grano gratis a Somalia, tiene una intensa cooperación militar y técnica con Eritrea.

Entre los proyectos de acercamiento de Rusia a África está también el desarrollo del hockey, una propuesta que fue hecha por el vicejefe de la federación de hockey de Moscú, Boris Rotenberg, de la familia de amigos de juventud de Putin, que ha construido el puente sobre el estrecho de Kerch que comunica la ocupada península ucrania de Crimea con Rusia.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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