El acceso al puerto de Baltimore, despejado dos meses y medio después del derrumbe del puente
Las autoridades anuncian que el canal de navegación ha recuperado la plena operatividad tras las tareas de desescombro
Dos meses y medio después del derrumbe del principal puente de Baltimore, las autoridades han logrado despejar el canal de navegación de acceso al puerto de la ciudad con sus dimensiones operativas originales de 700 pies de ancho y 50 pies de profundidad (213 y 15 metros, respectivamente), según ha anunciado este lunes el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos.
Desde el 26 de marzo, cuando se derrumbó el puente Francis Scott Key, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército y el Supervisor de Salvamento y Buceo de la Marina trabajaron para retirar los restos y liberar el supercarguero Dali, que estaba empotrado contra los escombros. El barco pudo ser trasladado a puerto el pasado 20 de mayo, con lo que se amplió el canal de acceso limitado a 400 pies el 21 de mayo, permitiendo el tránsito por el Puerto de Baltimore de todos los buques comerciales de gran calado anteriores al colapso.
Luego, tras la retirada de los restos en la línea de lodo de 50 pies, el mando unificado de respuesta a la emergencia ha realizado este lunes 10 de junio una inspección del Canal Federal de Fort McHenry, como se conoce a la vía de navegación, y ha certificado que el lecho del río es seguro para el tránsito. “El canal plenamente operativo permite recuperar la flexibilidad del tráfico bidireccional y anular los requisitos de seguridad adicionales que se aplicaron debido a la reducida anchura del canal”, han indicado las autoridades. Se seguirá inspeccionando y retirando el acero en la línea de lodo de 50 pies y por debajo de ella para garantizar que las futuras operaciones de dragado no se vean afectadas.
La restauración completa del Canal Federal a su anchura y profundidad originales supuso la retirada de unas 50.000 toneladas de restos del puente del río Patapsco. En su punto álgido, el mando unificado, formado por seis organismos, dirigió los esfuerzos de respuesta entre unos 56 organismos federales, estatales y locales, representados por 1.587 intervinientes individuales. Además, unos 500 especialistas de todo el mundo operaron una flota de 18 barcazas, 22 remolcadores, 13 grúas flotantes, 10 excavadoras y cuatro barcos de reconocimiento.
Seis víctimas mortales
Los restos del accidente continuarán siendo transportados para su posterior procesamiento. A partir de ahora, los trabajos de seguimiento en el canal formarán parte del mantenimiento rutinario y garantizarán que las futuras operaciones de dragado no se vean afectadas. “Aunque el objetivo general de restablecer la plena capacidad operativa del Canal Federal ha sido un éxito, cada día pensamos en las personas que perdieron la vida, en sus familias y en los trabajadores afectados por este trágico suceso”, declaró la coronel del Cuerpo de Ingenieros Estee Pinchasin. “No pasaba un día sin que pensáramos en todos ellos, y eso nos hacía seguir adelante”, añadió.
Sobre el puente trabajaban ocho obreros de la construcción cuando tuvo lugar el accidente. Dos de ellos sobrevivieron al derrumbe. Los cadáveres de otros dos fueron recuperados al día siguiente del interior de un vehículo que se hundió con el puente: el mexicano Alejandro Hernández Fuentes, de 35 años, y el guatemalteco Dorlian Ronial Castillo Cabrera, de 26 años. Luego aparecieron los cuerpos del hondureño Maynor Suazo, de 37 años, casado y con dos hijos; el mexicano Carlos Daniel Hernández, y el salvadoreño Miguel Luna, casado y con tres hijos, que vivía en Maryland desde hace más de 19 años, según la organización CASA. Finalmente, hace algo más de un mes, los equipos de rescate encontraron el cadáver de José Mynor López, de 37 años, guatemalteco, sexta víctima del accidente.
El Dali, un carguero de contenedores de casi 300 metros de eslora y 48 metros de manga, había salido del puerto hacia la una de la madrugada, hora local (cinco horas más en la España peninsular) del 26 de marzo para emprender un viaje hacia el puerto de Colombo, la capital de Sri Lanka, adonde debía llegar el próximo 22 de abril, por encargo de la naviera danesa Maersk. Sin embargo, su travesía terminó poco después de zarpar.
Tras una pérdida de energía, desde el barco advirtieron a tierra de que habían perdido el control de la nave, que fue incapaz de mantener el rumbo deseado y colisionó con el puente Francis Scott Key. El buque, que tenía dos prácticos del puerto al mando, soltó sus anclas como parte de los procedimientos de emergencia, pero eso no impidió que chocase de lleno contra uno de los pilares, que no contaban con protecciones para desviar o frenar el impacto. El derrumbe fue casi inmediato.
El puerto de Baltimore es uno de los mayores centros navieros de Estados unidos. Sus terminales gestionaron 52,3 millones de toneladas de carga valoradas en 80.000 millones de dólares (unos 74.000 millones de euros), según anunció el gobernador de Maryland, Wes Moore. Es el primer puerto de Estados Unidos en importaciones y exportaciones de automóviles y camiones ligeros. Alrededor de 850.000 vehículos pasan por allí cada año. Moore calcula que además de los 15.300 empleos directos que genera, hay otros 140.000 ligados a las actividades portuarias.
El puerto de Baltimore está entre los 20 primeros de Estados Unidos por toneladas de carga. En la costa Este le superan el complejo que forman los puertos de Nueva York y Nueva Jersey y el puerto de Virginia. Por detrás se encuentra el de Filadelfia.
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