La fiscalía acusa al alcalde de Nueva York de cinco delitos de fraude, soborno y cobro de donaciones extranjeras
El demócrata Eric Adams, que asegura que no dimitirá, habría recibido dinero de cinco países y al menos de un funcionario del Gobierno turco para su campaña
El alcalde de Nueva York, el demócrata Eric Adams, ha sido acusado este jueves oficialmente por la Fiscalía federal, que le investiga desde 2021, de cinco cargos de soborno, fraude y cobro de donaciones de empresarios extranjeros y al menos un funcionario del Gobierno turco para sufragar su campaña a la alcaldía en 2021, el año en que comenzó la investigación del FBI sobre esos contactos. A cambio de esas aportaciones, Adams supuestamente aceleró la concesión de permisos para la nueva sede del consulado turco en Nueva York, entre otros favores.
Durante una década, Adams buscó y aceptó “valiosos beneficios indebidos”, como viajes internacionales de lujo, por parte de empresarios extranjeros y de un alto funcionario turco “que buscaba ganar influencia sobre él”, se lee en el escrito de acusación publicado por la CNN. En efecto, la presión de Adams sobre el Departamento de Incendios de la ciudad agilizó el permiso y la concesión de la cédula de habitabilidad del consulado, un flamante rascacielos sobre el que se cernía la sospecha de varios fallos de seguridad, reza la acusación. En suma, Adams aceptó en 2018, cuando anunció sus aspiraciones a la alcaldía, contribuciones ilegales a su campaña a través de donantes fantasma —como una desconocida universidad turca con campus en Washington— y agentes foráneos, ha determinado la acusación tras meses de investigación de la Fiscalía de Manhattan, en manos del FBI. La acusación de Adams como “agente extranjero” recuerda la del senador veterano demócrata Robert Menendez, que fue declarado culpable en julio de 16 delitos similares, entre ellos el de recibir dinero de Egipto a cambio de tratos de favor.
La acusación ha sido desvelada hoy en la corte federal para el distrito sur de Nueva York, en Manhattan, a solo unos pasos de la alcaldía y de la residencia oficial del regidor, que los agentes del FBI han registrado esta mañana y donde han confiscado su móvil. El pliego de cargos convierte a Adams, que antes de llegar a la alcaldía fue senador del Estado de Nueva York y capitán de la policía, en el primer regidor de la ciudad en ser imputado en el ejercicio de su cargo. Adams ha prometido que se defenderá y pedido a los neoyorquinos que esperen a escuchar su versión de los hechos antes de juzgarle políticamente, cuando faltan pocos meses para las próximas elecciones municipales, a las que iba a presentarse. El demócrata, que llegó a la alcaldía en enero de 2022 con una proclama de ley y orden, ha asegurado que no tiene intenciones de dimitir y su abogado ha confirmado que está colaborando con la justicia. De hecho, después de que el diario The New York Times adelantase en la noche del miércoles la inminencia de la imputación federal, difundió una grabación en la que reivindicaba su inocencia y afirmaba que defender a los neoyorquinos “siempre” le convertiría en “objetivo”. Adams calificó los cargos de “completamente falsos, basados en mentiras”.
Los delitos de los que se le acusa fueron presentados poco después de que los fiscales federales exigieran a la alcaldía que revelara todas las comunicaciones mantenidas por la Administración de Adams, desde hoy supuesto “agente extranjero”, con Turquía y otros cinco países. La imputación culmina unas semanas convulsas en el Gobierno municipal, con dimisiones en cadena de altos cargos —todos afines a Adams, viejos y leales camaradas, algunos de ellos en el departamento de policía— que también fueron investigados por corrupción en al menos cuatro pesquisas independientes.
En una rueda de prensa tras la presentación de los cargos, el fiscal Damian Williams ha calificado la conducta de Adams de “grave quiebra de la confianza pública”. La mancha de la imputación del político demócrata amenaza con alcanzar también a su partido, y no por otra razón la congresista demócrata por Nueva York Alexandria Ocasio-Cortez se había adelantado este miércoles a pedir su inmediata dimisión. Ocasio-Cortez, de la facción progresista, y Adams, demócrata centrista, sin apenas color político y sí un marcado perfil personalista, no han ocultado nunca sus diferencias, pero el abismo judicial al que se asoma Adams ha empujado a los demócratas del Estado de Nueva York a establecer, o al menos intentarlo, un cortafuegos en la recta final de la campaña de las elecciones de noviembre.
Adams, una especie de verso suelto en el Partido Demócrata, muy proclive a los golpes de efecto y las iniciativas bombásticas que pronto se subsumían en nada —sus planes de seguridad para el metro de la ciudad, por ejemplo, o el fichaje de simpáticos robots como patrullas urbanas— llegó a la alcaldía con el reto de revitalizar la economía de la ciudad tras la pandemia del coronavirus, aunque sus ambiciosos planes se han visto frenados por cuestiones tales como la inseguridad ciudadana, que en su día aseguró ser capaz de derrotar, o la crisis migratoria, por la llegada a la ciudad de decenas de miles de migrantes desde la frontera. Las críticas recibidas por la militarización del suburbano, su intento de encerrar en psiquiátricos contra su voluntad a indigentes con problemas mentales o el agujero negro en las arcas municipales han sido reveses durante su mandato, pero nada comparables al hecho de convertirse en el primer alcalde de Nueva York imputado.
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