La tregua en Gaza, pendiente del encuentro entre Trump y Netanyahu este martes en Washington
Los dos aliados abordarán también la propuesta del presidente de EE UU para deportar a 1,5 millones de gazatíes al extranjero y el programa nuclear iraní
El anticipado encuentro este martes en Washington del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, marcará el devenir de las negociaciones de la segunda fase del alto el fuego en Gaza. Las conversaciones entre las partes, Israel y los palestinos de Hamás, deberían haber comenzado este lunes, pero la víspera las autoridades del Estado judío anunciaron que su delegación no se desplazaba a Doha (Qatar), lo que abría la puerta a posibles cambios en lo acordado en un primer momento en la tregua, que prevé tres fases de mes y medio cada una. En vísperas de la renión, el republicano contribuía a sembrar la inquietud del lado árabe, al declarar que “Israel es muy pequeño”, días después de sugerir que la población palestina debería marcharse de Gaza y asentarse en otros países.
“Desde luego es pequeño, es un país pequeño en territorio”, declaraba a la prensa en un acto en el Despacho Oval. “¿Ven este bolígrafo? Es Oriente Próximo. La punta del bolígrafo es Israel. Eso no está bien, ¿verdad?” Este lunes, su Gobierno preveía dejar de financiar a la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, UNRWA, en el punto de mira de Israel, según el digital Politico.
En la visita de Netanyahu a la Casa Blanca, la primera de un líder extranjero desde la toma de posesión de Trump hace dos semanas, ambos mandatarios abordarán, además, otros asuntos menos acuciantes, pero igualmente cruciales para el futuro de Oriente Próximo. Por un lado, la normalización de las relaciones entre Israel y Arabia Saudí, proceso que quedó interrumpido con el comienzo de la guerra tras los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023. Por otro, la propuesta esbozada por Trump para deportar a 1,5 millones de gazatíes al extranjero, con Egipto y Jordania, dos aliados de EE UU, como posibles destinos. O incluso cómo atajar el programa nuclear iraní y el apoyo de Teherán a milicias fundamentalistas en la región.
En las conversaciones, tras las que se espera que ambos líderes ofrezcan una rueda de prensa, podría participar también el enviado de Trump para la zona, Steve Witkoff. El empresario transformado en negociador de paz tiene previsto conversar este mismo lunes con el primer ministro israelí. Tras acudir a la Casa Blanca, Netanyahu tiene previsto dialogar también por separado el miércoles con el consejero de Seguridad Nacional, Mike Walz, y el secretario de Defensa, Pete Hegseth. El jueves lo dedicará a encuentros en el Capitolio con los líderes del Senado y la Cámara de Representantes y otros legisladores.
Netanyahu llegó el domingo a Washington, mientras su embajador en Naciones Unidas, Danny Danon, tuiteaba que el encuentro fortalecerá “la profunda alianza entre Israel y Estados Unidos”. El jefe de Gobierno israelí declaró al aterrizar que sus reuniones en la capital estadounidense tendrán como objetivo “la victoria sobre Hamás, la liberación de todos nuestros rehenes y hacer frente al eje del terror iraní en todos sus componentes”.
Dudas sobre el acuerdo
La segunda fase del alto el fuego en la Franja, tras la primera de seis semanas que comenzó el 19 de enero en la que se prevé liberar a 33 rehenes de los 98 rehenes que quedaban en la Franja a cambio de cientos de presos palestinos, recoge la retirada de las tropas de ocupación del enclave palestino y la entrega del resto de cautivos que sigan vivos. La sombra de la duda ha planeado, sin embargo, sobre la implementación de esa segunda parte del acuerdo en medio de presiones del ala más radical del gabinete que lidera Netanyahu, al que le exigen que vuelva a poner en marcha la apisonadora de su ejército, una vez superadas las primeras seis semanas.
“Estos son momentos críticos en los que repito mi llamamiento para que se completen todas las etapas del acuerdo y traer de vuelta rápidamente a todos nuestros hermanos y hermanas secuestrados, hasta el último de ellos”, ha señalado el presidente israelí, Isaac Herzog, durante un acto en su residencia de Jerusalén, según un comunicado.
“No hay ninguna razón política que impida a Netanyahu pasar a la siguiente fase”, ha explicado el líder opositor Yair Lapid durante una visita al kibutz Nir Oz, una de las comunidades arrasadas en el ataque liderado por Hamás en el que fueron asesinadas unas 1.200 personas el 7 de octubre de 2023. Se refiere al apoyo que él mismo ofrecería a la coalición de gobierno si cae por la retirada del apoyo de los ultras. “Netanyahu tiene una red de seguridad política de la oposición para el acuerdo, para cada etapa”, ha comentado Lapid, que asegura habérselo dicho al primer ministro en persona.
“He dicho desde el primer día que Netanyahu y los matones que lo rodean en la coalición y el gobierno no están realmente interesados en un alto el fuego o en salvar a los rehenes israelíes, y mucho menos en salvar las vidas de miles de palestinos”, apostillaba el parlamentario Offer Casif, integrante de una coalición árabe-israelí, en declaraciones a la cadena catarí a Al Jazeera.
Trump tomó con entusiasmo las negociaciones para el alto el fuego, a las que se sumó su enviado para Oriente Próximo, Steve Witkoff. Después de que los equipos del nuevo presidente y de la Administración previa del demócrata Joe Biden colaborasen para cerrar un acuerdo cuyos términos estuvieron sobre la mesa largos meses sin ser aceptados, el republicano se ha colgado las medallas del logro, que tiene un gran interés en que salga adelante.
Quizá por eso, el presidente estadounidense podría no estar muy receptivo al plan del primer ministro israelí de retomar la guerra para salvar su coalición de gobierno. Su prioridad es el éxito del acuerdo pactado, para poder centrarse en un objetivo largamente acariciado: la normalización entre Israel y Arabia Saudí, el líder económico y espiritual del mundo árabe. Ese paso pondría la guinda —y qué guinda— en los acuerdos de Abraham que el republicano ya promovió durante su primer mandato entre Israel y Emiratos Árabes Unidos y Bahréin.
En todo caso, Netanyahu tiene en el republicano a su principal apoyo en la esfera internacional. Muestra de ello es la propuesta de Trump para expulsar de Gaza a 1,5 millones de palestinos, que tomó por sorpresa a sus aliados árabes y que ha sido recibido con aplausos en el entorno del primer ministro. Especialmente, por los más radicales defensores de la recolonización de la Franja, donde se desmantelaron los asentamientos judíos hace dos décadas.
Ese movimiento de población, que las autoridades de Israel disfrazan bajo el eufemismo de “emigración voluntaria”, ha sido apoyado este lunes por uno de los parlamentarios del Likud, la formación de Netanyahu. “Es inhumano vivir allí en este momento”, justifica Moshe Saada, en declaraciones a la radio militar refiriéndose a los palestinos, pero no a los judíos que planean ya la construcción de nuevos asentamientos. “Esas personas han sido refugiadas durante 75 años. Ha llegado el momento de rehabilitarlas” en países árabes a los que “Estados Unidos apoya y financia y alienta con mil millones de dólares al año”, añade.
La propuesta de Trump de traslado de los gazatíes ha sido acogida con alarma entre los Gobiernos árabes, que se han apresurado a rechazar cualquier posibilidad de que se lleve a cabo. Cualquier plan que se plantee “la transferencia o la separación de los palestinos de su tierra” pondría en peligro la estabilidad regional y “socavaría las oportunidades de paz y coexistencia entre su gente”, indicaba un comunicado conjunto el pasado sábado.
El rey Abdalá II de Jordania, cuyo país ya acoge a un alto número de refugiados palestinos expulsados de su tierra original por guerras previas, tiene previsto viajar a Washington la semana próxima para reunirse con el presidente estadounidense el próximo día 11, según ha anunciado Amán.
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