Tarta de chocolate y brócoli para regalar felicidad a los niños con cáncer

A sus 13 años, Pablo prefiere las pizzas a las verduras. No es habitual verle por una cocina, pero ahora se le ve montar, con delicadeza, trozos de piña y algo de brócoli sobre un bizcocho. Está completando una tarta donde también hay chocolate y alguna que otra gominola. “No había hecho nunca algo así”, explica mientras cuenta los minutos para poder hincarle el diente. Sus movimientos son seguidos con atención por, su pinche, Benito Gómez, chef del restaurante Bardal, con dos estrellas Michelín y otros tantos soles Repsol. “Con brío y talento, venga, que nos está quedando estupenda”, dice el cocinero mientras el casi adolescente añade unos macarons. Unos metros más allá, al padre de Pablo, Manuel Fernández, le brillan los ojos. A su hijo le diagnosticaron un cáncer en verano de 2018 y desde entonces ha pasado mucho tiempo en el hospital. La quimioterapia se eterniza y ahora participa en un ensayo clínico que le obliga a desplazarse continuamente a Madrid. “Está siendo todo durísimo, pero es un luchador. Vaya lección nos está dando”, asegura su progenitor, contento de verle sonreír junto a su tarta.

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Como Pablo, otra decena de niños de la Fundación Olivares, dedicada a trabajar con pequeños con cáncer o enfermedades crónicas graves, han participado este lunes en un taller de cocina puesto en marcha por ChefsForChildren. Esta iniciativa solidaria cuenta con el apoyo de una treintena de reconocidos cocineros de toda España y su lema es “Comer sano es divertido”. Su objetivo es tanto transmitir a los pequeños la importancia de alimentarse de manera saludable como recaudar fondos para la Fundación Juegaterapia, como en las dos ediciones anteriores lo hicieron para Aldeas Infantiles y Fundación Aladina. Para ello, preparan un gran evento que se celebrará el próximo mes de octubre en el hotel Los Monteros, en Marbella, que ha tenido que ser cancelado ya tres veces a causa del coronavirus. Pilar Candil, su organizadora, confía en que esta vez sea la definitiva. “Allí habrá más talleres de cocina para niños y niñas y una cena de gala solidaria con un menú elaborado por los chefs malagueños con estrellas Michelín”, asegura. Pero allí estarán también un número de reconocidos cocineros, como Elena Arzak, Eneko Atxa, Ángel León, Paco Morales, Martin Berasategui, Quique Dacosta, los hermanos Torres, Diego Guerrero, Maca de Castro o María Gómez.

El taller celebrado en Málaga este lunes sirve de aperitivo para el gran evento, con la presencia de ocho estrellas Michelín: Diego Gallegos, Fernando Villasclaras, Mauricio Giovanini, Mario Cachinero y José Carlos García, que ejerce de anfitrión. “Los niños están deseando hacer cosas. Esta es la segunda actividad que podemos hacer en lo que va de año y se les ve muy felices”, dice Paula Barragán, responsable de la Fundación Olivares. La entidad cumple en 2021 su décimo aniversario trabajando con más de un centenar de familias de niños con cáncer de manera gratuita. Fisioterapia, psicología o logopedia son algunas de las disciplinas que desarrollan en su centro, que sirven de apoyo a los tratamientos que siguen los pequeños en los hospitales. “Salir de su rutina les da un chute de energía muy grande, más aún en estas circunstancias, en las que apenas han podido hacer nada durante muchos meses”, subraya Barragán.

En la terraza del restaurante de José Carlos García este lunes quien cocina es Claudia, de diez años, que coloca el almíbar sobre el bizcocho mientras se le van los ojos ante los colores de las frutas que tiene para elegir: especialmente el intenso rosa de la fruta de la pasión. Muy cerca, Nico, de seis años, ya tiene claro que lo que quiere: chocolate. “¿Me ayudas a ponerlo?”, le pregunta a Mario Cachinero, del restaurante Skina, que le explica como apretar la manga pastelera para cubrir todo el molde. “Creo que me va a salir muy rica”, añade el pequeño. “Yo venía con altas expectativas y, mira, están aportando muchísimo a sus platos”, asegura el cocinero.

“Se trata de hacer una tarta saludable, pero claro, había que meter algo de chocolate. Son niños y tienen que disfrutar también mientras sienten la satisfacción de elaborar su propio dulce”, explica García, con una estrella Michelín. “Ojalá hubiera una asignatura en los colegios donde enseñaran a comer bien y aspectos como la importancia de tomar verduras varias veces a la semana. Nosotros apoyamos este tipo de iniciativas porque es muy importante y, encima mira la cara de los niños. Es un subidón para todos”, afirma el cocinero. “A los niños le gusta la cocina, lo ven en televisión y les motiva mucho”, señala Diego Gallegos, chef de Sollo, en Fuengirola y también con una estrella. “A mi hija le gusta la cocina y está disfrutando muchísimo”, confirma Natalia Knuchel. “Me ha gustado la experiencia, sí, aunque me gusta más comer”, añade Yago, de 10 años.

Un poco más allá, junto a Mauricio Giovanini, del restaurante Messina, Claudia, de seis años, acelera y coloca las últimas freses de su tarta, junto a las que añade unas cuantas frambuesas. “He puesto también brócoli, que me encanta”, afirma la pequeña, que añade finalmente un par de gominolas para dar el toque final. Queda solo levantar el molde y colocar su creación en una pequeña caja de cartón para poder llevársela a casa. Claro, si llega hasta allí, porque a Claudia, Nico y el resto de participantes se le salían los ojos con sus creaciones. “Estamos felices al ver a nuestros niños disfrutar con estas actividades tan sanas y necesarias. Han pasado un día fantástico”, concluía Valle Sallés, de la Fundación Juegaterapia. Buen provecho.

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