Cinco consejos para gestionar la compra de los regalos para los amigos de tus hijos
Los cumpleaños de los compañeros de clase pueden ser un quebradero de cabeza para padres y madres porque no conocen los gustos del homenajeado y no saben con qué obsequiarle. Aquí van unas estrategias para ahorrar tiempo y acertar
Por poco populares que sean tus hijos, recibirás varias invitaciones anuales para fiestas de cumpleaños infantiles. Hasta aquí bien. Porque una invitación es, al mismo tiempo, una prueba palpable de la vida social de tu criatura y un plan menos que te ahorras pensar, porque con esto ya llenáis el día, y con suerte volvéis a casa comidos o cenados y no hay que cocinar ni limpiar. Pero, a cambio, también existe el reverso oscuro de la Fuerza: hay que comprar regalo al homenajeado. Un regalo para un crío cuyos gustos no conoces y que cuando les preguntas a los tuyos siempre te responden con un “no sé”, aunque sean amigos desde hace varios cursos y se vean cada día.
Después de haber pringado con innumerables regalos individuales y colectivos, os puedo regalar unos consejos prácticos para gestionar todo esto con el menor agobio posible.
1. Implica a tus hijos
La fiesta es para ellos, que son los amigos que la disfrutarán, mientras que tú acabarás de guardaespaldas. Así que lo mínimo que pueden hacer tus hijos es acompañarte durante el proceso de compra y ayudarte. Si no, lo que ellos perciben es que los regalos se pagan y se compran solos, las tarjetas se eligen por arte de magia y los paquetes los envuelven las hadas. Todos los profesores insisten en convertir a los niños en autónomos competentes, y esto es una buena manera de vivir juntos la aventura del regalismo. En vez de matar el tema online con lo primero que encuentras, visita con ellos las jugueterías de barrio, enséñales matemáticas manejando el presupuesto que hay para el regalo, comprad una simple cartulina y dibuja con ellos la tarjeta de felicitación, instrúyeles en el arduo arte de envolver paquetes (a menos que te lo hagan en la tienda, con lazo incluido)…
2. Regalo Individual o grupal
Valora el coste de oportunidad para elegir regalo individual o colectivo. A simple vista, un regalo de grupo puede parecer una cosa más rápida y barata. Pero al final es un pozo sin fondo de horas perdidas, con todo el mundo opinando en distintas franjas horarias y sin nadie que acabe concretando y decidiendo nada. Todo esto, sin contar las susceptibilidades que pueden verse heridas por las decisiones tomadas.
3. Pregunta o repregunta a los padres o niños
A todos nos han endilgado regalos que nos hemos quedado por compromiso. Pero lo triste es que, a menos que alguien tenga acceso a stocks gratuitos, este tipo de obsequios también implican dedicarles tiempo y dinero. Así que ya puestos, pregunta directamente a la familia organizadora del cumpleaños tres o cuatro ideas que le gusten mucho al homenajeado. Si la respuesta es vaga y genérica (tipo “le gustan los Lego o los Pokémon”), insiste como Silvia Intxaurrondo hasta que lo aclaren bien. Porque a) hay cientos de posibilidades en cada marca o franquicia y b) si “le gustan mucho”, es posible que ya tengan muchos de esos juguetes, y, por lo tanto, hay el peligro de comprarle algo repetido y que te toque gestionar el cambio de regalo a ti.
4. Lidera, reparte, delega
A menos que en el grupo de padres haya alguien muy organizado y con espíritu de delegado, todo el mundo va a marear la perdiz y a sacar su lado ninja para ocultarse en las sombras y esperar que otro se encargue de todo. Esto es así y no lo cambiaremos ni con 200 columnas más. Al final, lo más rápido y efectivo es tomar tú las riendas, montar un grupo solo con los que te caen bien y quieres hacer el regalo comunitario, repartir tareas, preguntar a los padres del niño cumpleañero qué es lo que le gusta más y al grupo darle una o dos opciones de regalo para decidir entre todos. Cualquier otra opción que implique asambleas colectivas a lo 15M acaba dilatando las decisiones tres días. Si ya hay alguien que reparte las tareas (uno cobra, otro compra, otro envuelve y otro hace la postal) se pierde menos tiempo y se es más efectivo.
5. Cobra por adelantado
Un Lannister siempre paga sus deudas, pero muchos padres no. Aunque parezca inaudito tanto morro, encima que alguien les ha sacado las castañas del fuego y ellos solo tienen que hacer un bizum que requiere dos minutos. Si te encargas tú de comprar el regalo y hay margen de movimiento, pide que te paguen primero y después con el dinero recolectado compras tú. Porque si no, además de dedicarle todo el tiempo, te tocará adelantar el dinero y luego ir persiguiendo a los morosos. Además, así evitas vacíos legales, como: “¿Qué pasa con los que no pagaron y al final el niño no va al cumpleaños, pero ya se ha comprado el regalo contando con ese dinero?”.
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