La pelea de los Estados por el ‘nearshoring’: terrenos, incentivos fiscales y mano de obra
La inversión derivada de la relocalización de empresas en México que desean exportar hacia EE UU tiene un potencial de hasta 60.000 millones de dólares, de acuerdo con analistas
Oferta de parques industriales, carreteras, plantas hidráulicas, disponibilidad de mano de obra barata. Todo entra en juego en la carrera de los Estados para ser parte del nearshoring en México. El conflicto geopolítico en Ucrania, así como las tensiones entre potencias económicas, han detonado una ola de relocalización de las empresas que buscan sacar sus operaciones de China y ubicarlas en una mayor proximidad a uno de los mayores mercados del mundo: Estados Unidos. Después de la pandemia se han movido las fichas en el tablero de la producción global y ningún Estado del país quiere quedar fuera, un caudal valorado hasta en 60.000 millones de dólares para el país, de acuerdo con algunos analistas.
Con más de 3.000 kilómetros de frontera con EE UU, las entidades del norte han sido las primeras en avanzar en esta carrera: Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas. Una franja de 19 millones de personas que desean atraer a su franja a aquellas empresas de Asia que desean estar más cerca del vecino del norte. Héctor Tijerina, director Ejecutivo de la asociación Invest Monterrey, explica que siempre ha existido una competencia sana y respetuosa entre las entidades, aunque después de 2021 la caza de inversiones ha dado un paso hacia adelante. Tradicionalmente, Monterrey lidera todos los años en la métrica de absorción industrial—metros cuadrados que se rentaron para industrias—. Hasta antes de 2021, la ciudad fronteriza registraba un promedio de ocho millones de pies cuadrados. En 2021, saliendo de la pandemia, la ciudad reportó un año récord con 15 millones de pies cuadrados y en 2022 se rebasó esta cifra con unos 18 millones de pies cuadrados.
Tras el anuncio de la llegada de Tesla al municipio nuevoleonés de Santa Catarina, el interés por esta entidad se ha multiplicado. “La ubicación geográfica de Monterrey resulta muy atractiva para las empresas. No hay que olvidar que el nearshoring es el reubicar centros de producción lo más cerca posible del consumidor final y, en este caso, el consumidor final más atractivo en Norteamérica es Estados Unidos. Por eso, ¿Cuáles son los Estados que más están captando nearshoring en México? Pues los Estados del norte. A raíz del anuncio de la llegada de Tesla nos ha caído mucho trabajo, por diferentes lados. Muchas empresas que estaban considerando poner un proyecto en Monterrey ahora lo están viendo con mejores ojos y los que no estaban todavía considerando Monterrey, pues ahora ya voltearon a ver y quieren información y necesitan apoyo para empezar a correr sus casos de negocio”, refiere Tijerina.
El interés de compañías por reubicarse en México empieza a relucir en las cifras: el año pasado, la inversión Extranjera Directa (IED) que llegó a México rebasó los 35.290 millones de dólares, un incremento del 11,6% respecto a 2021. Del total, el 48% correspondió a nuevas inversiones, equivalente a casi 17.000 millones de dólares. Por entidad federativa, una tercera parte aterrizó en Ciudad de México, seguido por Nuevo León con 4.397 millones de dólares; Jalisco con 2.895 millones de dólares y Baja California con más de 1.877 millones de dólares. La atracción de flujos, concentrada en la franja norte del país y en las principales ciudades del país, se va diluyendo en su rastro al sur. Veracruz apenas logró 73.000 dólares y Zacatecas unos siete millones de dólares. Las previsiones del sector privado sobre los flujos de entrada de recursos a México por concepto de IED, en la Encuesta recabada por el Banco de México en marzo, estiman que podrían ascender a 35.134 millones de dólares en 2023 y a 35.911 millones de dólares en 2024.
Gabriela Siller, directora de análisis de Banco Base, explica que el grueso de la inversión extranjera directa que llega a México se está focalizando en la industria automotriz y de comunicación, control y computación. Por ende, los Estados que ya han desarrollado estas vocaciones serán los más beneficiados como Nuevo León y Jalisco. Sin embargo, la especialista también apuntó que el año pasado también ser registró una desinversión extranjera de unos 12.000 millones de dólares. “Sí han llegado más empresas, pero no se alcanza a terminar de ver en los flujos de la extranjera directa, precisamente, porque hay desinversión. Unos entran, buscando la oportunidad del nearshoring y otros salen por la incertidumbre que se cierre sobre México, por la gobernanza, seguridad pública, política, económica, interna y la percepción de que hay falta de Estado de derecho”, comenta.
Siller refiere que la incertidumbre respecto a la política económica interna en México, sobre todo lo que tiene que ver con los crecientes costos laborales, por los aumentos en el salario mínimo y por las iniciativas y reformas que se han llevado a cabo y las que pretende implementar, como las modificaciones a 23 leyes para priorizar los proyectos impulsados por la Administración federal, aunado a las tensiones bilaterales entre México y EE UU por las consultas energéticas y en el maíz transgénico bajo el amparo del TMEC pueden ahuyentar el potencial del nearshoring. De acuerdo con los cálculos de Banco Base, con las condiciones óptimas, México podría atraer entre 55.000 y 60.000 millones de dólares en los próximos dos años.
Pedro Tello Villagrán, analista de temas económicos, coincide en que noticias como la desinversión de Iberdrola en el país generan más zozobra entre los potenciales inversionistas. “Todo este proceso de acoso al que fue sometido Iberdrola con las declaraciones del presidente López Obrador y estas trabas administrativas para la concesión de permisos para la conexión eléctrica, fueron creando un ambiente de cerco administrativo que impidió a una empresa como Iberdrola llevar adelante sus planes de negocio. Esta situación, este cerco con el que se trató a Iberdrola, es precisamente lo que puede generar una sensación poco estimulante entre potenciales inversionistas extranjeros que deseen llegar al sector energético de nuestro país, particularmente a la generación de electricidad, pero no creo que pueda tener un efecto directo sobre inversionistas que vía nearshoring quieran instalar en México procesos electrónicos o procesos de la industria automotriz”.
A pesar de estas noticias adversas, las empresas siguen llegando a México. Este mes, los portavoces del sector automotriz señalaron que existen ya en el radar el arribo de nuevas armadoras y autoparteras asiáticas. José Zozaya, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) reconoció en una conferencia de prensa que llegarán este año a México dos armadoras provenientes de China. “Estamos viendo también un interesante boom de inversionistas proveedores, principalmente de Asia”, comentó.
Sergio Argüelles, presidente de la Asociación Mexicana de Parques Industriales Privados (AMPIP) comparte este optimismo, un optimismo afincado en los nuevos desarrollos de infraestructura industrial. Al cierre de 2022, los socios AMPIP reportaron 432 parques industriales con unas 3.800 compañías inquilinas y ya tienen en el radar la construcción de 47 nuevos parques, lo que supondría un aterrizaje de unas 400 firmas más entre 2023 y 2024. “En el periodo que va desde enero de 2022 y hasta marzo de 2023, la demanda rebasa los dos millones de metros cuadrados. El 54% de esta demanda de metros cuadrados fue por parte de empresas asiáticas, particularmente de China, seguida de Corea del Sur, Taiwán y, en menor medida, India, Japón y Singapur. El 20% fueron de origen europeo, con Alemania como protagonista, seguido de Italia, España, Suecia, además de algunas iniciativas de países del este europeo. El restante 26% de Estados Unidos y de empresas mexicanas” precisa.
¿Nearshoring para todos o solo para unos cuantos?
La carrera por la atracción de inversiones parece una cuesta arriba para los Estados más alejados de la frontera norte. Las cifras de inversión extranjera confirman esta tendencia. Mientras Nuevo León recibió el año pasado más de 4.000 millones de dólares, Estados como Tabasco apenas llegaron a los 22 millones de dólares. Siller advierte que es necesario que el Gobierno federal y las entidades articulen una estrategia que pase por la promoción directa a los lugares donde están las empresas, como por un paquete de incentivos fiscales por parte de la
La Secretaría de Economía informó en marzo pasado de que el país espera recibir aproximadamente una inversión cercana a los 2.000 millones de dólares gracias al nearshoring luego de recorrer algunas empresas de Taiwán que ensamblan chips, servidores, pantallas, celulares y computadoras portátiles. En este mismo sentido, recientemente la Secretaría de Hacienda, dio a conocer que México y Estados Unidos trabajarán conjuntamente para atraer más inversiones o el llamado nearshoring, por lo que podrían ofrecer a las empresas interesadas incentivos fiscales en ambos lados de la frontera.
La vecindad con EE UU es importante, pero no definitoria, o eso es lo que esperan probar los Estados del centro y sureste del país. Carlos Henkel, secretario de Desarrollo Económico de Hidalgo, conoce de primera mano lo que ha sido competir mano a mano por una megainversión. Por meses, intentó convencer al multimillonario Elon Musk de afincar su gigaplanta de autos eléctricos en su Estado. Finalmente, el polémico multimillonario se decantó por Nuevo León. Pese al desaire, el secretario no ha dejado de insistir en la caza de nuevos proyectos, principalmente del sector logístico, farmacéutico y de productos terminados.
El secretario asegura que mientras los Estados fronterizos se han centrado en productos de maquila, ellos ofrecen una alternativa para productos terminados, con mayor valor agregado y de mayor contenido tecnológico por la integración industrial y proveeduría especializada. “Somos una de las entidades con mayor seguridad, vinculación con la carrera y la industria. Hidalgo cuenta con 12 parques industriales. Estamos cerca de Ciudad de México, la cercanía con el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), que será un puerto de carga muy importante para nuestro país, todo eso nos da la posibilidad de recibir vuelos internacionales, de diferentes sectores como es logística, manufacturera, farmacéutico, automotriz, electrónico”, zanja.
La pelea por una tajada de este pastel ha puesto a cada entidad a mostrar sus mejors cartas. Sin embargo en México existen focos rojos que podrían frenar el interés reciente por el país. Representantes del sector industrial advierten que los gobiernos locales y federales deben trabajar aún más para garantizar el abasto energético, hídrico así como dotar de más infraestructurasy garantizar la seguridad y el Estado de Derecho.
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