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Harfuch y Ebrard, los representantes de México en las primeras reuniones con la Administración de Trump

Sheinbaum espera que se celebren dos encuentros esta semana sobre Comercio y Seguridad, con la amenaza de los aranceles como telón de fondo

Omar García Harfuch y Marcelo Ebrard, en Ciudad de México, el 16 abril 2024.
Omar García Harfuch y Marcelo Ebrard, en Ciudad de México, el 16 abril 2024.Graciela López Herrera (Cuartoscuro)
Elías Camhaji

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, espera que esta semana se celebren las primeras dos reuniones con la Administración de Donald Trump. La mandataria adelantó este lunes que el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, tiene en agenda un viaje a Washington para encontrarse con el titular estadounidense de Comercio, Howard Lutnick. A su vez, Omar García Harfuch, el zar de Seguridad, será el elegido para encabezar la delegación mexicana para tratar el frente del narcotráfico y el combate al crimen organizado. Sheinbaum comentó que la Casa Blanca no ha definido quiénes los representarán en la mesa de negociaciones, por lo que no precisó las fechas concretas de los encuentros oficiales. Está previsto que en dos semanas se cumpla el plazo que Trump impuso a sus socios mexicanos para mostrar resultados frente al tráfico de fentanilo y la crisis migratoria, bajo la amenaza de un arancel del 25% a sus productos.

El Gobierno mexicano, el principal socio comercial de Estados Unidos, confía en llegar a un acuerdo con los emisarios de Trump para lograr, al menos, una nueva pausa en la imposición de tarifas. Alrededor del 80% de las exportaciones del país latinoamericano están dirigidas a los consumidores estadounidenses y Sheinbaum ha movilizado a figuras clave de su Gabinete para lograr ese objetivo y evitar un golpe severo a la economía. En respuesta a las presiones de la Casa Blanca, las autoridades mexicanas han exigido al Gobierno de Trump que tome más acciones contundentes contra el crimen organizado en su territorio y buscan que Washington ponga freno al tráfico de armas, una de sus principales cartas en la mesa bilateral de negociaciones.

“Es un balazo en el pie”, declaró Ebrard la semana pasada, después de Washington anunciara aranceles del 25% a las importaciones mundiales de acero y aluminio. El secretario de Economía señaló que las tarifas contra las importaciones siderúrgicas de México no tienen sentido porque Estados Unidos tiene, en realidad, un superávit de casi 7.000 millones de dólares en la balanza comercial de acero. También agregó que la medida, anunciada para el próximo 12 de marzo, sería perjudicial para el comercio en Norteamérica, debido a que varios productos cruzan la frontera en múltiples ocasiones antes de llegar a los consumidores finales. Esos son los dos principales argumentos de México para la reunión con Lutnick.

Sheinbaum apuesta por la experiencia de Ebrard, que fue secretario de Relaciones Exteriores durante la primera presidencia de Trump, para llevar el diálogo comercial con Estados Unidos a buen puerto. Las negociaciones en torno a los aranceles al acero y al aluminio suponen una primera toma de contacto para ver las posiciones iniciales de ambos Gobiernos en ese tema, pero también para evaluar si es posible construir un acuerdo para evitar la amenaza de los gravámenes a todos los productos mexicanos, como castigo a la falta de resultados en Seguridad y Migración.

Otro frente en el terreno económico es la renegociación del Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC), prevista hasta mediados de 2026, pero que se ha adelantado en los hechos. Trump ha puesto en la mira la supervivencia del TMEC, el pilar de la integración regional, y ha insinuado que está dispuesto a sacrificarlo en aras de impulsar políticas proteccionistas para favorecer a los productores de su país. El Gobierno de Sheinbaum no ha anunciado medidas en represalia al anuncio de aranceles al acero, con la esperanza de que antes se pueda alcanzar un pacto.

Harfuch, por su parte, es una figura clave para recuperar la confianza de Washington en la lucha contra los carteles y el tráfico de drogas. El funcionario encabeza la estrategia de México contra el crimen organizado y ha priorizado los decomisos de drogas y de arsenales en la frontera, tras el despliegue de 10.000 militares como condición de Estados Unidos para no imponer los aranceles. Sheinbaum aseguró que ambos países han tenido una comunicación fluida en las últimas semanas y confió en que Harfuch, que fue su secretario de Seguridad cuando gobernó en Ciudad de México y tiene interlocución con varias agencias estadounidenses, pueda lograr un buen resultado. La cooperación bilateral en la guerra contra las drogas se ha tensado en las últimas semanas, con los sobrevuelos de aviones espía del Pentágono cerca del espacio aéreo mexicano y la designación de los carteles mexicanos como organizaciones terroristas, prevista para los próximos días.

A pesar de todo, las autoridades mexicanas depositan su confianza en los entendimientos que han logrado con Trump desde que llegó al poder el pasado 20 de enero. La presidenta se refirió, por ejemplo, a la llamada telefónica que sostuvieron la semana pasada Marco Rubio y Juan Ramón de la Fuente, los jefes diplomáticos de ambos países, y subrayó que era positivo que Washington diera señales de que está dispuesto a actuar contra el tráfico de armas, que alimenta el poder de fuego de los carteles. “Rubio reconoció, lo cual yo creo que es la primera vez, que no solo es el tema del tráfico de las drogas, sino también el de las armas”, dijo Sheinbaum sobre las declaraciones que hizo el secretario de Estado a finales de la semana pasada. “Esperemos que esta semana lleguemos al acuerdo que estamos esperando”, afirmó.



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Sobre la firma

Elías Camhaji
Es reportero en México de EL PAÍS. Se especializa en reportajes en profundidad sobre temas sociales, política internacional y periodismo de investigación. Es licenciado en Ciencia Política y Relaciones Internacionales por el Instituto Tecnológico Autónomo de México y es máster por la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS.
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