Algo se mueve en Cataluña

Es bien cierto, aunque se quiera enmascarar, que en Cataluña existe un problema creciente de convivencia, social, económico y político que está padeciendo la sociedad catalana y española. La inacción practicada hasta ahora ha agravado la situación en ambas sociedades. Incluso las firmas recogidas contrarias al Estatut Catalán fueron, no solo inútiles, sino contraproducentes. Las sucesivas elecciones así lo confirman. Ahora se pretende impulsar algo parecido. Sin embargo, en este contexto, oigo y leo manifestaciones contrarias al indulto sin argumentación sólida alguna, siempre interesadas. Pero ni he leído ni oído propuesta alguna para subsanar el grave problema que se padece. ¿Qué hacer? ¿Nada? Algo se mueve. Demos tiempo al tiempo.

Fidel Angulo Santalla. Villanueva de la Cañada (Madrid)

Generosidad en Cataluña

Sólo una pregunta aunque, quien no arriesga no gana: ¿y si con los nueve indultos no se alcanza la convivencia deseada? Parece que esa es la postura de los que van a ser indultados y del resto de independentistas. Al final, generosidad a cambio de no se sabe qué, pero quedarán retratados en su sueño.

Vicente Quijano Álvarez. Madrid

El plástico sigue omnipresente

Cuando compro en las farmacias me dan con el producto por pequeño que sea, un embalaje de plástico o de papel, al que renuncio amablemente. Compro en la librería un libro y cuando va a meter el vendedor el librito en una bolsa tengo que decirle que ya llevo otra bolsa de plástico. En el kiosko, lo mismo. Así que me paso la vida renunciando a unas bolsas de plástico que de llevármelas acabarían unas pocas reutilizándose, otras en el contenedor de residuos y la mayoría acumulándose en cajones de casa. Por mucha legislación medioambiental progresista que quiera implantarse, si la gente no tiene claro que de las 3 “R” (reciclaje, reutilización y reducción) la reducción es la más importante y que tenemos que ser consecuentes en lo cotidiano, seguiremos cabando nuestra tumba, eso sí, de plástico.

José Miguel Grandal López. Cartagena (Murcia)

Ezquerra, un servidor del Estado

Al terminar la primavera ha terminado también entre nosotros Jesús Ezquerra Calvo, embajador de España. Su vida profesional ha sido larga y brillante hasta su jubilación, ejerciendo de embajador en varios países y en la Administración Central, en los ministerios de Asuntos Exteriores y de Justicia. No es mi intención relatarlos. Yo lo que quiero destacar es que siempre lo ha hecho con competencia y honradez, cualidades no muy comunes. Ezquerra ha servido al Estado, no se ha servido de él, como tantos otros en el pasado y en el presente. Por eso digo, en términos hoy desusados, que ha sido un servidor del Estado. Expresión para mí honorabilísima. Fuimos compañeros de colegio, de carrera e incluso en el campamento de Robledo de Chavela en la milicia universitaria (I. P. S). Posteriormente nuestras dos familias hemos compartido muy buenos ratos, incluidos viajes y veraneos en tierras de Cádiz. Por todo ello sé de lo que hablo y puedo afirmar que Jesús es una persona cabal. Un justo entre los justos.

Francisco Navarrete Ruiz de Huidobro. Madrid

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