Ante la muerte: lee y folla más
Los vídeos que circulan de Jesús Quintero no valen tanto para resumir una vida como para enseñarnos a vivir lo que nos quede
Si al final hay que morirse lo normal es que uno tenga algo que decir al respecto. A lo mejor por eso Jesús Quintero, el maestro del silencio en la radio y la televisión, se ha despedido dejando tres cosas bien dichas. El día después de su muerte, su colega Carlos Herrera amanecía compartiendo un audio que El Loco quiso enviar a familiares y amigos antes de morir. “Ahora me voy ya. A contestarme yo mismo no sé en qué lugar, las preguntas que les he hecho durante todo este tiempo a los demás”, comenzaba.
Y casi al mismo tiempo, su voz empezaba a correr fresca por las redes, con una selección espontánea y definitiva de sus monólogos. Pequeños fragmentos que no valen tanto para resumir una vida como para enseñarnos a vivir lo que nos quede. Les resumo: hay que leer más “putos libros”, vivir sin miedo y follar más. Palabra de El Loco.
Así pues, comparto tres sentencias para la vida que la magia del pájaro azul unida a la inteligencia de quienes escucharon al hombre detrás de sus silencios han convertido en virales. Así, además de dejar unas palabras para la misma muerte, El Loco se ha ido prohibiéndonos tener miedo. “Se pasan la vida asustándonos con todo. Con las armas de destrucción masiva, con la capa de ozono, con el cambio climático, con los peligros de la droga, con los riesgos del tabaco o con la exposición al sol. […] Pero lo que de verdad mata es el hambre del tercer mundo, la pobreza, la enfermedad, la guerra, el terrorismo y la cruzada contra el terrorismo, la desigualdad y la injusticia social”, sentencia en uno de sus vídeos más compartidos.
Por lo demás, en la era del triunfo audiovisual y del anochecer de la imprenta, El Loco nos deja exigiendo que volvamos a los libros de una maldita vez. “Nunca como ahora la gente había presumido de no haberse leído un puto libro en su ‘jodida vida’, de no importarle nada que pueda oler levemente a cultura. […] Los analfabetos de hoy son los peores porque en la mayoría de los casos han tenido acceso a la educación: saben leer y escribir, pero no ejercen. […] Ellos son socialmente la nueva clase dominante, aunque siempre serán la clase dominada, precisamente por su analfabetismo y su incultura”.
Y cuando la zarpa de la pena por su muerte (y por la que llevamos dentro) nos ha alcanzado, aún le oímos aullar en su colina. “El único pecado imperdonable es no vivir, entregarse a una muerte anticipada mientras la sangre corre todavía por nuestras venas. Porque vivir no es solo estar en la vida. Vivir es participar en la fiesta, actuar, ser protagonista […]. Saber por propia experiencia qué es el amor, a qué saben los besos, qué se siente cuando se llega al éxtasis, a la cumbre del placer”.
Le escucho hablar en los vídeos que se han compartido por Twitter y me parece que sus mensajes vienen realmente del más allá. Como si de verdad Jesús Quintero nos estuviera entrevistando después de muerto. Entiendo por fin que su micro sea dorado y agradezco el fondo etéreo de su liturgia audiovisual, también su voz hecha de noche y hasta una banda sonora que siempre me pareció demasiado mística. Le escucho y aparece aquí, otra vez, su silencio. Un silencio que agrede y empuja, un silencio hecho ya solo de muerte. Y desde allí me lanza una última pregunta. “¿Y tú? ¿Cómo quieres vivir?” Después sonríe. Irónico, hiriente, inteligente. Como siempre.
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