Las cámaras
Solo si pones el foco en la dirección correcta, tu pensamiento podrá volar sobre una España de la pasión y de la inteligencia clara
Si alguien te preguntara cómo ves el futuro de este país, la respuesta más sensata debería ser: veo que este país va bien o mal según en qué dirección pongas las cámaras. Si las diriges hacia un botellón de adolescentes que beben sin otra finalidad que la de embriagarse, el país va mal; si las colocas en una biblioteca pública llena de chicos y chicas sanos y fuertes que leen, estudian, preparan las clases o a esos mismos jóvenes haciendo deporte, el país está bien; si las metes en el espectáculo degradante del Congreso de Diputados cuando a veces se asemeja a un corral de patos, el país está mal; si las enfocas hacia los laboratorios o quirófanos de los grandes hospitales donde se experimentan todos los avances de la medicina a máximo nivel internacional, el país está bien; si las paseas a lo largo de una cola de pobres hambrientos, de inmigrantes y desahuciados, el país está mal, pero si reparas en que esa misma cola está atendida por personas que se dedican de forma altruista a ayudar a los demás, el país está bien; si las cámaras captan la necedad, la incompetencia de algunos líderes de opinión, dedicados a propagar el odio, a decir sandeces o simplemente a rebuznar, el país está mal; si, por el contrario, se detienen ante un comentario ponderado, ecuánime, inteligente de cualquier contertulio acerca de la política, el país está bien; si se fijan solo en los navajeros y en las manadas, el país está mal; si captan a nuestros artistas internacionales, deportistas de élite, científicos y grandes empresarios, el país está bien. Pero sucede que las cámaras son como las aves carroñeras. A la hora de elegir, frente a los sentimientos nobles prefieren la casquería que expelen las entrañas. Solo si pones las cámaras en la dirección correcta, tu pensamiento podrá volar sobre una España de la pasión y de la inteligencia clara.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.