Ama Ata Aidoo, la africana que fue feminista antes que el feminismo
La escritora y académica ghanesa fallece a los 81 años. Reconocida autora de ensayo, novela, poesía, cuento infantil y teatro, durante décadas también hizo activismo cultural, educativo y social
Christina Ama Ata Aidoo nació el 23 de marzo de 1942 en un pueblito de habla fanti en la región central de Ghana, Abeadzi Kyiakor, y falleció en su domicilio en la madrugada del pasado miércoles 31 de mayo, tras una breve enfermedad. Murió rodeada de su familia, a los 81 años y tras varias décadas de activismo cultural, educativo y social.
Académica, activista feminista y reconocida autora de ensayo, novela, poesía, cuento infantil y teatro, Aidoo fue, según su compatriota y colega académica Wunpini Fatimata Mohammed, “una voz crítica en la política feminista africana”. Mohammed reseña, además, que ejerció de faro para muchos jóvenes; les mostró que “los africanos podíamos y debíamos contar nuestras propias historias en nuestros propios términos”. “Su política feminista no solo se basaba en los sistemas de conocimiento africanos, sino que también cuestionaba críticamente las formas en que la colonización y el imperialismo moldearon y siguen moldeando la condición de los africanos en todo el mundo”, precisa por correo electrónico.
Ama Ata Aidoo es una de las escritoras africanas más significativas de los dos últimos siglos. Su obra se lee en escuelas de toda África occidental, junto con la de referentes como Wole Soyinka y Chinua Achebe, como destacaba su obituario en la BBC. También se erigió en una influencia fundamental para autores como Chimamanda Ngozi Adichie, que se confesó deslumbrada por su retrato de una feminidad africana compleja. Su influencia alcanza a ídolos culturales africanos de la actualidad, como Burna Boy, superestrella nigeriana del afrobeats que incluye una de sus citas sobre el neocolonialismo en la canción Monsters You Made (los monstruos que hiciste), de 2020: Desde que les conocimos / hace 500 años / Mírennos, lo hemos dado todo / Ustedes siguen tomando / A cambio de eso, no tenemos nada / Nada / Y ustedes lo saben / ¿Pero no creen que esto ya se acabó? / ¿Terminado dónde? / ¿Se acabó?
Su política feminista no solo se basaba en los sistemas de conocimiento africanos, sino que también cuestionaba críticamente las formas en que la colonización y el imperialismo moldearon y siguen moldeando la condición de los africanos en todo el mundoWunpini Fatimata Mohammed, académica
La literatura de Aidoo empieza a definirse en su época universitaria, en Ghana, en 1964, y describe los dilemas de las africanas modernas, las disonancias cognitivas que marcan los proyectos vitales de los africanos educados en occidente y la influencia de la colonización en su continente. Publicó por primera vez en 1965, con la editorial Longman, y lo hizo con una obra de teatro, The Dilemma Of A Ghost (el dilema de un fantasma), que retrata las dificultades de un estudiante ghanés que regresa a su país. Se convirtió así en la primera dramaturga africana publicada.
Su carrera está jalonada de hitos: el Premio de la Commonwealth al mejor libro africano en 1992 por su novela Changes; el Premio Nelson Mandela de Poesía en 1987 por su colección Someone Talking To Sometime (alguien hablando a algún momento) o su labor como ministra de Cultura de Ghana (1983). De nuevo abrió camino al convertirse en la primera mujer en ocupar el cargo, nombrada por el Consejo Provisional de Defensa Nacional, y dimitió tras 18 meses, al no poder conseguir los avances que propugnaba.
Ama Ata Aidoo siempre se opuso ferozmente a la percepción occidental de la africana como “una desgraciada, oprimida” y es famosa por su frase “las africanas eran feministas antes del feminismo”. Resalta en su trayectoria su apasionado compromiso con otras autoras, como directora ejecutiva de Mbaasen, una organización fundada por ella misma, en la que colaboraba con su única hija, Kinna Likimani, y que trabaja para visibilizar a las autoras africanas.
“Ama Ata Aidoo hablaba de feminismo en África antes de que se pusiera de moda”, precisa la escritora, editora y feminista nigeriana Lola Shoneyin por un mensaje privado en Twitter, donde compartía públicamente imágenes de ambas, expresando su desconsuelo por la pérdida de su mentora y amiga. “Nos hablaba siempre del impacto del colonialismo y de lo importante que es para las mujeres ‘tomarnos en serio a nosotras mismas’. Estamos muy orgullosos de su trabajo y de su legado”.
Ama Ata Aidoo siempre se opuso ferozmente a la percepción occidental de la africana como “una desgraciada, oprimida”
Su novela breve Nuestra hermana aguafiestas, originalmente publicada en 1977, es su único texto disponible en español. La traducción corresponde a la experta Marta Sofía López, que lo prologa afirmando que “Aidoo revienta nuestras certezas, socava nuestra autocomplacencia, mina nuestras excusas”. Y agrega: “Lo fundamental es que su abrazo de estrategias literarias más próximas a la oralidad permite recuperar a las mujeres africanas ‘independientes, fuertes y admirables, celebradas en nuestras tradiciones orales”.
Las biografías de Aidoo reseñan siempre la enorme influencia que ejerció sobre ella su padre, Nana Yaw Fama, miembro de una familia real y jefe del pueblo donde nació. El neocolonialismo británico acabó con la vida de su abuelo, hecho que convenció a su padre de la necesidad de educar a la comunidad y comprender la historia, inspirándole a abrir la primera escuela de la localidad. La animó a estudiar a la Escuela Secundaria para Señoritas de Wesley, en Cape Coast (Ghana), paso previo a completar su licenciatura en Filología Inglesa en la Universidad de Ghana.
Aidoo heredó de su madre, Maame Abasema, la pasión por los relatos y con apenas 15 años decidió que quería ser escritora. Con 19, obtuvo una beca de escritura creativa en la prestigiosa universidad californiana de Stanford. Cuando regresó a Ghana, se dedicó a la enseñanza en Cape Coast, pero en 1983, tras su frustrada experiencia ministerial, se trasladó a vivir a Zimbabue, donde se consagró a la docencia y la escritura.
Recibió una beca Fulbright en 1988, fue escritora residente en la Universidad de Richmond (Estados Unidos) en 1989, e impartió varios cursos de inglés en el Hamilton College de Clinton (Nueva York) a principios de la década de los noventa del siglo pasado. Ejerció de profesora visitante en el Departamento de Estudios Africanos en la Universidad de Brown, también en EE UU, durante siete años y hasta 2011, También pasó temporadas en Alemania, Kenia e Inglaterra. Sus obras dramáticas se representaron en Legon, Pittsburgh, Londres y la Universidad de California, en Santa Bárbara. Es una pieza fundamental de antologías como Sisterhood Is Global (la hermandad femenina es mundial), editado por Robin Morgan en 1984, o Daughters Of Africa (hijas de África), de la editorial Margaret Busby (1992).
Ella misma editó la antología African Love Stories (2006), que significa historias de amor africanas, en la que participa la flor y nata de la literatura femenina contemporánea africana, y lanzó, en 2012, Diplomatic Pounds & Other Stories, No Sweetness Here y The girl who can, parte de la serie Heinemann de escritores africanos. Sus poemas se pueden encontrar bajo títulos como After The Ceremonies. Fue mecenas del Premio Etisalat de Literatura, creado en 2013 como plataforma para las óperas primas de ficción de autoría africana. Le dedicaron un documental, The Art Of Ama Ata Aidoo, de Yaba Badoe (2014) y una recopilación de ensayos con motivo de sus 70 años, editada por Anne V. Adams.
“La obra literaria e intelectual de Ama Ata Aidoo y su vida son para mí la quintaesencia de la defensa de los ideales feministas”, opina la académica y activista senegalesa Rama Salla Dieng, hoy en el Centro de Estudios Africanos de la Universidad de Edimburgo. “No solo su obra literaria está llena de personajes femeninos inspiradores y multidimensionales que se encuentran en un momento crucial de sus vidas, sino que también vivió su vida profesional ateniéndose a ideales feministas. Según Dieng, la escritora supo captar los dilemas de la transformación individual y social de sus personajes, y la propia Aidoo resultaba tan polifacética y multidimensional como ellos. También resalta su profundo compromiso con el cambio social inclusivo y progresista, y con la educación popular, y un legado rico y duradero para las feministas africanas.
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