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ANA URRUTIA Presidenta de la Fundación Cuidados Dignos

“Usar sujeciones sistemáticamente con los pacientes es mala práctica”

La geriatra recibe el Premio Ashoka a los emprendedores sociales por su trabajo para eliminar las ataduras de las residencias

Ana Urrutia, presidenta de Cuidados Dignos, ayer en Madrid.
Ana Urrutia, presidenta de Cuidados Dignos, ayer en Madrid.luis sevillano

La geriatra Ana Urrutia ha sido galardonada con un premio como "emprendedora social" por la Fundación Ashoka, una organización internacional que fue, por su parte, Premio Príncipe de Asturias de Cooperación en 2011. Urrutia (que se presume de Gernika, aunque nació en Bilbao hace 48 años) dirige la Fundación Cuidados Dignos, dedicada a cambiar la manera en que se trata a las personas mayores en las residencias y otros dispositivos sociosanitarios, como hospitales o centros de personas con discapacidad. "Es absolutamente indigno que se usen sujeciones con un paciente", resume tajante su idea.

Esta convicción fue fruto "de una experiencia personal", dice Urrutia. "Trabajaba en un geriátrico, y un compañero me preguntó que por qué usaba sujeciones con un interno que era familiar suyo. Me chocó sobre todo que me dijera que él no lo veía necesario. Aquello me molestó, pero me hizo ver el asunto de otra manera. Hoy estoy convencida de que usar sistemáticamente las sujeciones —ella no usa el término coloquial de ataduras— es una mala praxis".

Esta idea no es nueva, pero no consigue que sea implantada de una manera general. "Cuando empecé a leer sobre el asunto vi que en España el 30% de las personas ingresadas en un geriátrico estaba sujeto, pero que en Reino Unido apenas se usan con el 4%, en Alemania con el 5% y en Suecia con el 2%". La fundación ha conseguido llevar su mensaje a cerca de 50 instituciones, la mayoría residencias, pero también a hospitales y centros para personas con discapacidad, cuenta Urrutia.

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La base de la transformación de las organizaciones es "centrar el cuidado en las personas". "Las sujeciones pueden tener algún sentido en algún momento con pacientes psiquiátricos, que es donde empezaron a usarse. Con el envejecimiento y el aumento de las demencias asociadas con la edad, han llegado a los geriátricos. Pero estos pueden funcionar sin emplearlas". Lo tiene tan claro, que afirma que "cuando llego a una residencia y veo a una persona con sujeciones, ya sé que tipo de cuidado proporciona".

Para Urrutia, lo que hay que hacer es ir al origen de la causa por la que se aplican sujeciones a una persona. "Si es porque se cae, hay que preguntarse por qué se cae. Si es que tiene hambre, frío; si estaba solo, si necesitaba caminar". Al abordar personalizadamente esos problemas, se elimina la necesidad de las ataduras, afirma. "La dignidad tiene que ser el pilar fundamental del cuidado, lo que ocurre es que los médicos tenemos miedo a que nos vayan a demandar, pero con un acto médico no puedes hacer indigno al paciente".

La médica afirma que el proceso de transformación de los centros dura dos o tres años, "pero cuando alcanzan el nivel de cero sujeciones, ninguno da marcha atrás". "Es un cambio de mentalidad, y a veces encuentra resistencias, admite, pero cuando los trabajadores ven los resultados, les convencen. Los pacientes están mejor, las familias, más contentas, y ellos ven que su esfuerzo merece la pena". Estos obstáculos "se dan igual en centros grandes y pequeños, en públicos y privados. podríamos pensar que en los pequeños sería más fácil, porque son más ágiles, pero hemos visto que es al revés. Quizá se deba a que tienen proporcionalmente menos personal", indica.

El premio de Ashoka —cuya cuantía no quiere desvelar— es peculiar. "Consiste en una cantidad que suple los ingresos habituales para que una pueda dedicarse completamente al proyecto", explica. Urrutia, que tiene una residencia propia y trabaja en otras, ya ha empezado a delegar para poder cumplir con el objetivo del programa. "Eso está bien. Así se ve que es algo de un equipo, no personal".

Otros emprendedores sociales

Los premios de la Fundación Ashoka han reconocido el trabajo de otros dos "emprendedores sociales". Así lo explican:

Rafael Matesanz: "Gracias a él, España es líder mundial en número de trasplantes. Un trasplante es el resultado de una larga cadena de acciones cuyo punto de origen es la donación. Rafael ha implementado desde la Organización Nacional de Trasplantes un sistema que involucra a todas las partes, prestando especial atención al momento de consentimiento de donación por parte de los familiares. Mediante la creación de la figura del coordinador de trasplantes, la formación de médicos, la transparencia del proceso y su inclusión bajo el paraguas del sistema de salud público, Rafael ha conseguido que España sea el país del mundo con mayor número de donantes".

Jose Mari Luzarraga: "Está contribuyendo a la creación de una generación de jóvenes emprendedores a través de un nuevo modelo de educación basado en el trabajo en equipo y el aprendizaje a través de la experimentación. Junto a la Universidad de Mondragón ha diseñado una propuesta formativa dirigida a públicos diversos, siendo su foco principal la formación de jóvenes, a través del grado universitario LEINN – Leadership Entrepeneurship Innovation, en el cual, entre otras cosas, crean una empresa colectiva el primer día de clase. El resultado más inmediato de este modelo es que un 50% de sus estudiantes graduados deciden emprender al acabar sus estudios, frente al 1 y el 2% de los estudios tradicionales. A través de una red de labs locales, Mondragón Team Academy está presente actualmente en tres continentes".

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