La dirección socialista intenta evitar la confrontación entre los diputados
El grupo del Congreso, dividido en dos mitades por la crisis interna del PSOE
La dirección del Grupo Socialista intenta que la fractura y el enfrentamiento no lleguen al Congreso de los Diputados. Ya ha habido varios amagos, el último el pasado martes en la reunión periódica de los parlamentarios socialistas y la consigna del portavoz del PSOE en la Cámara, Antonio Hernando, es evitar en lo posible que la grave crisis afecte al funcionamiento del Grupo.
Un cálculo aproximado y teniendo solo en cuenta la procedencia por comunidades de los diputados muestra una división casi en dos mitades. Por ejemplo, los diputados de Andalucía con 20 del total de 85, a los que habría que sumar los siete de Castilla-La Mancha, los cuatro de Extremadura o los seis de la Comunidad Valenciana, entre otros. Más algunas excepciones como Eduardo Madina diputado por Madrid o Soraya Rodríguez por Castilla y León y ambos adscritos claramente al sector de los críticos. O ejemplos contrarios como José Luis Ábalos, de Valencia, pero fiel a Pedro Sánchez o los divididos diputados de Galicia.
Otros diputados aseguran no sentirse de ningún sector, en lo que un destacado parlamentario denomina como el “bando de los estupefactos”.
El funcionamiento del Grupo Socialista del Congreso es fundamental porque en el caso de que se produjera un cambio respecto a la investidura es allí donde debe ejecutarse y es allí donde se mantiene el funcionamiento diario de la actividad política. Al menos hasta que el 31 de octubre acabe el plazo para la disolución automática si no hay investidura.
Y la dirección del PSOE en el Congreso teme votos diferentes en una hipotética investidura si llega a producirse.
En la dirección del Grupo Socialista, de los siete miembros solo uno pertenece claramente al sector de los críticos, el andaluz Miguel Ángel Heredia. Y mantiene una situación difícil Isabel Rodríguez, que pertenece al grupo de colaboradores de Sánchez, pese a ser diputada por Castilla-La Mancha, y el propio Ábalos. Completan la dirección del grupo Meritxel Batet, Sofía Hernanz y Soledad Pérez, todos ellos próximos al secretario general del PSOE.
La dirección del Grupo se reúne los lunes y los martes. Son convocados todos los diputados y senadores a una reunión plenaria, todo a puerta cerrada. Hasta ahora nunca había habido ninguna discusión interna en ninguno de esos dos ámbitos desde las elecciones del 20 de diciembre. Y en ningún caso nunca se cuestionó el doble no a la investidura de Mariano Rajoy.
Esa situación de paz interna se quebró en agosto, cuando Soraya Rodríguez, diputada por Valladolid y exportavoz socialista en el Congreso, pidió la palabra para criticar a Sánchez. Fue el día en que el secretario general del PSOE se reunía con Rajoy y Rodríguez arremetió contra él por no acudir a la reunión del grupo a dar explicaciones. Las críticas se dirigieron entonces a la falta de información sobre la estrategia del partido y la incertidumbre entre los diputados. Fue respondida por algunos de los más fieles a Sánchez, como el portavoz de Interior, Antonio Trevín.
El lunes, Antonio Hernando aseguró en la dirección del Grupo Socialista que conocía la intención de los críticos de intervenir el martes en la reunión con diputados y senadores. Especialmente, de los diputados andaluces que pretendían cuestionar abiertamente a Sánchez por los resultados en Galicia y País Vasco. Hernando pidió que ninguno de los miembros de la dirección intervinieran para evitar la confrontación y que tampoco lo hicieran los integrantes de la Ejecutiva.
Por eso, Heredia, diputado por Málaga, intervino bajando simbólicamente del estrado en el que se sienta la dirección del grupo, para hacerlo como diputado de a pie. El único miembro de la Ejecutiva que habló fue Patxi López, para cerrar el debate y para intentar usar su posición de reconocimiento de todos para pedir calma, aunque pertenece al sector de Sánchez.
El silencio intencionado de los fieles de Sánchez en esa reunión dejó mayoría aplastante de intervenciones de los críticos. En esta ocasión ya algunos hablaron abiertamente de la abstención a una investidura de Rajoy, mientras que Madina no aclaró su posición, salvo para descartar cualquier opción de Gobierno del PSOE.
En principio, la dirección del PSOE no tiene previsto ningún cambio en el grupo y trabaja con la idea de preservarlo del debate. Si hubiera cambio en un congreso del PSOE sí cambiaría toda la dirección, empezando por su portavoz, pero por el momento no habrá cambios en la situación de críticos como Heredia, salvo que él optara por dimitir.
Hasta el martes trabaja para evitar que el choque vuelva a producirse el lunes en la reunión de la dirección del grupo y, sobre todo, en el plenario de diputados y senadores del martes en el que podría reproducirse el enfrentamiento con especial virulencia tras los acontecimientos de estos días.
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