Interior acerca al País Vasco a un exdirigente de Batasuna preso
Instituciones Penitenciarias anuncia tres nuevos traslados de etarras un día después de que Marlaska volviera a defender el fin de la política de dispersión
Un día después de que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, volviera a defender en el Congreso el fin de la política de dispersión de presos de ETA, Instituciones Penitenciarias anunció este viernes el acercamiento de tres reclusos de la organización terrorista. Entre ellos, Unai Fano Aldasoro, quien fuera integrante del máximo órgano de dirección de Batasuna, la denominada Mesa Nacional, hasta poco antes de su detención en septiembre de 2008. Tras su arresto, la Policía le llegó a tildar del "hombre de ETA" en la sombra de Batasuna.
Fano, en prisión desde entonces, cumple una condena de más de 19 años de prisión por delitos de organización terrorista, tenencia de explosivos y armas, falsificación de documentos y robo de vehículos. Recluido en el Centro Penitenciario de Algeciras (Cádiz), a más de 1.000 kilómetros del País Vasco, ahora ocupará una celda en la cárcel de Soria, a poco más de 200. Prisiones ha tenido en cuenta que ha asumido "la legalidad penitenciaria vigente" al haber solicitado ser clasificado en segundo grado penitenciario, que le permitirá solicitar permisos.
Los otros dos reclusos trasladados son Javier Aguirre Ibáñez y Javier Sagardoy Lana. El primero, que ha renunciado expresamente a la violencia, lleva en prisión desde enero de 2016 con una condena de seis años y medio de cárcel por falsificación de documento público y colaboración banda armada, según detalló Interior en una nota. Ingresado en el Centro Penitenciario de Ocaña II (Toledo), será llevado a la prisión de Logroño, donde ya se encuentra otros presos de la organización acercados en los últimos meses.
Por su parte, Sagardoy será trasladado a la prisión de Pamplona después de que Instituciones Penitenciarias le hayáis concedido el tercer grado penitenciario o régimen de semilibertad al cumplir los requisitos legales, entre ellos desligarse de la organización y condenar la violencia. Encarcelado desde septiembre de 2013 para cumplir una condena de seis años por asociación ilícita, está previsto que recupere la libertad en abril, según detallan fuentes penitenciarias.
Con estos tres traslados, Interior ha trasladado a cárceles próximas al País Vasco y Navarra a 25 de los 230 etarras que permanecen recluidos en cárceles españolas. Francia, que tiene a 45 presos de la organización, ha hecho lo mismo con 26. Además, hay un etarra en una prisión portuguesa. De los traslados en España, solo uno estaba clasificado en primer grado, el más duro. Se trataba de Kepa Arronategi, condenado a más de 150 años de cárcel por diversos atentados, entre ellos el intento en 1997 de atentar contra el rey Juan Carlos I en el Museo Guggenheim de Bilbao en el que falleció un ertzaina. Interior decidió el traslado desde la cárcel de Almería a la de Zuera (Zaragoza) dado su precario estado de salud. Del resto, 22 habían sido clasificados en segundo grado penitenciario después de que asumieran la legalidad penitenciaria.
Además, Prisiones ha concedido a otros cuatro etarras el tercer grado penitenciario o régimen de semilibertad. En el caso de tres de ellos se ha traducido también en el traslado a cárceles vascas y navarras. Uno de ellos es Sagardoy, cuya progresión de grado se ha anunciado este viernes. Los otros dos fueron la pareja formada por Olga Sanz Martín y Javier Moreno Ramajo, desvinculados hace tiempo de la disciplina de la organización terrorista y a los que Interior trasladó en agosto a la prisión de Basauri, en Bizkaia. El cuarto al que se le concedió el tercer grado penitenciario fue Aitor Bores. Acogido en 2010 a la vía Nanclares de reinserción, fue expulsado entonces de la banda. Bores no fue trasladado porque ya estaba en una prisión vasca.
Interior también ha concedido en los últimos meses el tercer grado a un miembro de los GRAPO y acercado a un exdirigente de esta organización terrorista, Fernando Silva Sande, que ha mostrado su arrepentimiento y colabora en el esclarecimiento de los atentados que cometió, entre ellos el secuestro del empresario Publico Cordón.
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