La secretaria judicial ‘invisible’ que salió por la azotea el 20-S
El Supremo evitará que se divulgue la imagen de Montserrat del Toro, testigo clave de la Fiscalía sobre el "asedio" en el Departamento de Economía
El procés ha dejado imágenes para el recuerdo, que admiten dobles o triples lecturas según quien las mire. Como la fotografía de la mujer que, el 10 de octubre, celebraba junto al Arc de Triomf de Barcelona -los brazos en alto, los ojos como platos- la declaración de independencia de Carles Puigdemont para, acto seguido -los brazos bajando, los ojos como perdidos- lamentar que había quedado en suspenso. O como la imagen de un agente antidisturbios de la Policía lanzando escaleras abajo a los votantes del instituto Pau Claris en la jornada del referéndum.
Pero la jornada más rica en iconos es, sin duda, la del 20 de septiembre de 2017, allí donde la Fiscalía arranca su relato sobre la violencia del procés. Unos registros judiciales motivaron una protesta multitudinaria frente al Departamento de Economía de la Generalitat que se alargó hasta poco antes de la medianoche, cuando los líderes de las entidades independentistas (Jordi Sànchez y Jordi Cuixart) se subieron a un vehículo de la Guardia Civil para pedir, megáfono en mano, que se pusiera fin a la concentración.
El 20-S dejó otra imagen potente, una imagen que es solo mental, porque no ha dejado vídeos ni fotografías pero que, sin embargo, simboliza el “asedio” que narra la Fiscalía: la de la secretaria del Juzgado de Instrucción número 13 de Barcelona, Montserrat del Toro, abandonando la sede de Economía no por la puerta principal, sino a través de un patio exterior del edificio que le permitió llegar hasta el anexo teatro Coliseum y salir a la calle entre la gente que abandonaba la sesión.
Mucho se ha escrito y dicho sobre la salida de la secretaria de Economía: si aceptó esa decisión como mal menor por temor a la muchedumbre que se agolpaba en la calle, si lo hizo de buena gana y ayudada por los Mossos, si fue una reacción exagerada o una decisión comprensible por la presión popular... Algunos incluso han tratado de recrear la escena, no sin humor, como el periodista del diario Ara Maiol Roger, que en clave de ironía ha reproducido en vídeo la salida de Del Toro. Roger incluso mide la altura de la pared (1.40 metros) que tuvo que franquear la secretaria para acceder al Coliseum.
Del Toro declara este miércoles como testigo en el juicio del procés. Su relato apuntalará, con toda probabilidad, la narración de la Fiscalía sobre el cerco a la comitiva judicial de aquella jornada. El Tribunal Supremo ha aceptado la petición de la secretaria de que no se emita su imagen a través de la señal institucional, de modo que solo se escuchará su voz. Que es una testigo relevante lo demuestra el hecho de que su presencia ha sido solicitada por las tres acusaciones (Fiscalía, Abogacía del Estado, Vox) así como por algunas defensas.
La testigo es una pieza clave no solo en este juicio, sino también -y por razones muy distintas- en la causa que investiga los preparativos del referéndum y que sigue abierta. Del Toro es la secretaria el juzgado 13, que mantiene investigadas a unas 40 personas y cuya instrucción, según las defensas de los líderes independentistas, está plagada de irregularidades. En el juzgado, fue la mano derecha y persona muy cercana al magistrado Juan Antonio Ramírez Sunyer, fallecido el pasado noviembre.
El juez instructor del procés, Pablo Llarena, ya citó a declarar a Del Toro por los sucesos del 20-S el pasado mes de mayo. Lo hizo a petición de la defensa de Oriol Junqueras y Raül Romeva. La Fiscalía pidió que la secretaria declarase como testigo protegido -detrás de un biombo- después de que ésta expresara su temor a ser reconocida y perseguida en Cataluña. Pero las defensas se opusieron y retiraron la petición de que declarase. Este miércoles sí tendrán oportunidad de interrogarla.
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