La exhumación de Franco causa un incidente diplomático con el Vaticano
El Gobierno envía una "queja formal" por las declaraciones del nuncio contra la exhumación del dictador
El Gobierno ha decidido responder con una “queja formal” ante el Vaticano a las declaraciones del nuncio, Renzo Fratini, que acusó al Ejecutivo de “resucitar a Franco” y esconder “motivos ideológicos” al preparar su traslado del Valle de los Caídos. “Es una injerencia evidente. Un comportamiento absolutamente inaceptable”, declaró la vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo. Pese a las palabras de Fratini, que abandona su puesto tras una década como embajador de la Santa Sede en España, la postura oficial del Vaticano es no interferir en el proceso, pendiente de la decisión de fondo del Tribunal Supremo.
Renzo Fratini, de 75 años, abandona hoy el puesto de embajador del Vaticano en España, pero las declaraciones que ha dejado a modo de despedida han provocado que el Gobierno envíe una queja formal por lo que considera una “injerencia evidente” y un comportamiento “improcedente”, en palabras de la vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo. “Un embajador tiene que estar en las reglas de comportamiento de las relaciones diplomáticas, no entrar en los asuntos internos de un Estado, y mucho menos en un tema tan importante como exhumar los restos de Franco”, declaró en la Cadena SER.
Se refería a las declaraciones de Fratini en una entrevista en Europa Press en la que afirmó que el Gobierno había “resucitado a Franco”; que detrás del plan de traslado de los restos había “una ideología de algunos que quieren de nuevo dividir a España” y que era “peligroso juzgar la historia con la mentalidad de hoy”. “A Franco a algunos lo llaman dictador, algunos dicen que ha liberado a España de una Guerra Civil, que ha solucionado un problema. No continuemos peleándonos sobre si tenía razón o culpa”, opinó.
Tras anunciar una “respuesta contundente”, Calvo confesó que no le habían sorprendido las palabras del nuncio, con el que ya había tenido alguna “conversación difícil” sobre la exhumación de Franco. “Se ha manifestado en contra de una ley del Estado [aprobada en el Congreso por 172 votos a favor, 164 abstenciones y dos votos en contra de dos diputados del PP que dijeron haberse equivocado]. Espero que el Vaticano ponga las cosas en su sitio y cumpla lo que acordamos: que no va a haber obstaculización”.
La postura oficial del Vaticano es que la exhumación del dictador es un asunto entre el Gobierno y la familia en el que no van a interferir. Tanto el Ejecutivo como los nietos de Franco han recurrido a las autoridades eclesiásticas en el proceso: los primeros, buscando respaldo a su decisión, y los segundos, tratando de encontrar mediadores que impidieran que se ejecutara.
Tras una accidentada visita de Calvo el pasado octubre, el Vaticano rectificó en un comunicado oficial la versión del Gobierno, que había asegurado que estaba de acuerdo en buscar una alternativa a la catedral de La Almudena, lugar propuesto por la familia de Franco para trasladar los restos. “El cardenal Pietro Parolin no se opone a la exhumación de Francisco Franco, si así lo han decidido las autoridades competentes, pero en ningún momento se pronunció sobre el lugar de la inhumación”, rezaba el comunicado. Un no de la Iglesia habría frenado el proceso, al encontrarse la tumba en el interior de una basílica.
La ejecución de la medida estrella del Gobierno de Pedro Sánchez, y la que más repercusión internacional generaría, depende de lo que el Tribunal Supremo resuelva sobre el fondo del asunto, después de que a principios de junio decidiera suspender la exhumación de forma cautelar.
Carlos García de Andoain, secretario del comité de expertos nombrado en 2011 por el Gobierno de Zapatero para resignificar el Valle de los Caídos y excoordinador de Cristianos Socialistas, opina que las declaraciones del nuncio “no representan la posición del Vaticano, que no ha querido interferir en la decisión de un Gobierno”. “El nuncio, que es una persona conservadora, se va, y en esa posición más relajada de despedida y después de dejarse acariciar los oídos por sectores franquistas, ha hecho unas declaraciones poco prudentes sobre un asunto sensible”, señala.
Violencia y “feminismos”
Las palabras del nuncio, que en la entrevista también dejó otras declaraciones polémicas —“ahora con tantos feminismos está aumentado la violencia contra la mujer”—, provocaron reacciones diferentes entre los partidos políticos. “La protesta, en realidad, es porque la dejaron [a la vicepresidenta] con sus vergüenzas al aire publicando las cartas donde se contenía sus trampas y mentiras. Además, su intento de resucitar a Franco es evidente y su rabieta puro cinismo. Lo diga el nuncio o su monaguillo”, escribió el exportavoz popular en el Congreso, Rafael Hernando. El secretario general de Cs, José Manuel Villegas, pidió al Gobierno que no sea “tan susceptible”. Podemos recordó que la decisión de exhumar a Franco se aprobó en el Parlamento y Vox criticó lo que considera “injerencias” del nuncio, aunque comparte con él que “debe respetarse la voluntad de la familia”, informa EP.
Calvo: “La Iglesia tiene que pagar impuestos”
El Gobierno ha designado a dos personas para sentarse con la conferencia episcopal a hablar de la nueva fiscalidad de la Iglesia. La vicepresidenta comunicó al secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, el pasado octubre los planes del Ejecutivo de eliminar la exención del pago del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) que disfruta la Iglesia, de tal forma que los Ayuntamientos puedan cobrar este tributo por los edificios no dedicados al culto, una vieja reivindicación y promesa. “La Iglesia tiene que pagar impuestos como lo hace en Francia o Italia porque es justicia social”, insistió ayer Calvo. “Recibí al presidente de la conferencia episcopal para decirle que estos eran los acuerdos que habíamos alcanzado en el Vaticano. Esperamos que nombren a las personas que de su lado tienen que sentarse a hablar de esto”, añadió.
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