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El ganado pasta en escombreras de minas contaminadas por arsénico en Asturias

Los conservacionistas de Fapas han encontrado valores del metal 140 veces superiores a los permitidos en la explotación abandonada La Soterraña

Esther Sánchez
Ganado en los pastizales creados en las escombreras de la mina de oro de Belmonte de Miranda.
Ganado en los pastizales creados en las escombreras de la mina de oro de Belmonte de Miranda.Fapas

El Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (Fapas), uno de los artífices de la recuperación del oso pardo, ha denunciado a la Guardia Civil la presencia de vacas y caballos en escombreras de dos minas del Principado de Asturias que, según sus analíticas, contienen altos niveles de arsénico. En la de mercurio La Soterraña, cerrada desde hace 44 años y la mayor de Europa de ese mineral sin restaurar, el metal alcanza los 5.785 miligramos por kilo, multiplicando por más de 140 el valor de referencia permitido para esos usos de 40 miligramos. En la de oro de Boinás, que todavía se explota, la ONG ha detectado 78 miligramos por kilo en la zona a la que acceden los animales.

El Servicio para la Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Comandancia de la Guardia Civil de Oviedo ha enviado la denuncia a la Fiscalía de Medio Ambiente, que deberá determinar si existen indicios de delito. Los agentes han adjuntado otros datos recopilados por ellos como la titularidad de las tierras, la empresa que las gestiona y los propietarios del ganado que pasta en ellas.

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Fapas mantiene que los hechos pueden ser constitutivos de “un delito contra la salud pública”. “Hay que tener en cuenta que estos suelos son utilizados como pastizales de ganado que posteriormente se comercializa para el consumo humano”, explica Roberto Hartasánchez, presidente de la organización. El arsénico es un considerado por la Asociación Española Contra el Cáncer como uno de los agentes "con actividad carcinogénica" más usuales.

La ONG detectó el problema en una de las revisiones que realiza de forma periódica a los territorios oseros. Al llegar a la mina de oro de Boinás, ubicada en el concejo de Belmonte de Miranda, donde habían realizado una reforestación en 1995 al ser un lugar de paso del oso, comprobaron que "la cubierta vegetal desarrollada sobre el talud de lo que se denomina balsa de cianuro, en el interior de la explotación minera", había desaparecido casi por completo. “El terreno se había adecuado como pastizal y en ese momento se encontraban varios animales dentro”, indica la denuncia. Estos suelos corresponden a fases anteriores de explotación de la mina.

Fapas realizó un informe y tomó muestras de tierra el pasado 29 de junio en tres áreas de la explotación habilitadas como pastizales. En La Soterraña localizaron a ganado equino y excrementos de vacas, porque “a pesar de los años que lleva cerrada no se impide la entrada al ganado desde los terraplenes de acceso desde la carretera”, puntualiza Hartasánchez.

La denuncia plantea, además, que existe una omisión del deber de control por parte del Gobierno asturiano. “Es incomprensible que los terrenos no estén vallados para impedir el paso al ganado”, apunta el presidente de Fapas. Sobre todo si se tiene en cuenta que la escombrera de la mina de mercurio La Soterraña, la que presenta mayores índices de arsénico, se encuentra en el listado de 12 emplazamientos para los que el Principado tiene iniciado el expediente de declaración de suelo contaminado. La explotación, ubicada en el alto del valle de Muñón, concejo de Lena, funcionó desde 1950 a 1974.

El viceconsejero de Medio Ambiente, Benigno Fernández Fano, sostiene que no tienen "constancia de la denuncia". El político recomienda, al mismo tiempo, cautela hasta que el Fiscal de Medio Ambiente decida cómo debe continuar el procedimiento. Fernández Fano se muestra "plenamente" dispuesto a colaborar con el Seprona y la Fiscalía. 

Desde el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) corroboran el alto grado de residuos contaminantes que subsisten en La Soterraña. Lucas Vadillo, ingeniero de Minas y miembro del IGME, indica que, según un estudio realizado en 2014, la concentración de arsénico en el agua de un drenaje que sale por la escombrera era de 24.600 microgramos por litro. "El decreto que regula la comercialización de aguas minerales envasadas para consumo humano es de solo 10 microgramos por litro", pone como ejemplo del nivel que alcanza el arsénico. De la mina de oro de Boinás, el IGME no ha realizado ninguna evaluación de riesgos, porque los informes que llevaron a cabo al respecto se circunscriben a las minas abandonadas.

La descontaminación de La Soterraña está pendiente desde hace años. "Acabar con el mercurio y arsénico conlleva un estudio técnico muy riguroso y complejo para determinar la procedencia del drenaje de agua con arsénico o los residuos sólidos del mismo metal", indica Vadillo. También sería necesario determinar si se ha formado metilmercurio, añade. Este compuesto orgánico procede del metabolismo de microrganismos del mercurio acumulado en suelos, y provoca graves efectos sobre la salud debido a que se “bioacumula en la cadena trófica, tanto en suelos como en aguas”. Sus efectos son conocidos como Enfermedad de Minamata.

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Sobre la firma

Esther Sánchez
Forma parte del equipo de Clima y Medio Ambiente y con anterioridad del suplemento Tierra. Está especializada en biodiversidad con especial preocupación por los conflictos que afectan a la naturaleza y al desarrollo sostenible. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y ha ejercido gran parte de su carrera profesional en EL PAÍS.

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