La Super Bowl 2024 ya es el evento más visto de la historia de la televisión en EE UU, con permiso de la llegada a la Luna
El partido en el que los Kansas City Chiefs vencieron a los San Francisco 49ers contó con dos alicientes que hicieron que su audiencia se disparara hasta los 200 millones de espectadores: llegar a la prórroga por segunda vez en 58 ediciones y la presencia de Taylor Swift
El evento más visto en la historia de la televisión estadounidense. Más allá de la épica victoria de los Kansas City Chiefs contra los 49ers de San Francisco, ese es el gran titular que deja la Super Bowl celebrada el domingo en el estadio Allegiant de Las Vegas (Nevada, EE UU). La cifra es impresionante y supera con creces a la anterior: 123,4 millones de espectadores siguieron el partido final de la liga de futbol estadounidense durante cuatro horas y media y nada menos que 202,4 millones de espectadores llegaron a conectar con la emisión en algún momento, en un partido que se alargó especialmente hasta ir a la prórroga, la segunda en 58 años de historia del trofeo, y que contó con una invitada que arrastra a las masas: Taylor Swift.
El anterior récord de audiencia del partido era muy reciente: se logró el año pasado, cuando los Chiefs ganaron, de nuevo, esta vez contra los Eagles de Filadelfia. Entonces 115,1 millones de personas, de media, conectaron con la emisión; y alrededor de 181 millones conectaron en algún momento. Aunque año tras año la Super Bowl suele crecer en cifras, lo hace ligeramente, pero este año el salto ha sido enorme: de un 7%, de casi nueve millones de espectadores en la media y del 10% en la conexión puntual. Según medios como CNN y Variety, estos 202 millones de personas suponen la cifra máxima jamás registrada de manera oficial de espectadores de un evento televisado en EE UU. No hay datos exactos, pero se calcula que la llegada del hombre a la Luna, que se pudo ver por televisión en julio de 1969, congregó ante las pantallas a entre 125 y 150 millones de espectadores que observaban el alunizaje del Apollo 11. Sobra decir que hace 55 años el mundo, y sobre todo el mundo del entretenimiento, eran otros, con apenas un puñado de cadenas, muchos menos televisores y por supuesto sin internet, plataformas ni nada parecido.
En este caso, la mayor parte de los espectadores vinieron por la televisión convencional, por quienes lo vieron por la cadena CBS: 112 millones, lo que supone el máximo pico para una cadena en la historia de EE UU. El resto se suma con Paramount+ (que lo dio en streaming), Nickelodeon (con una versión infantil presentada por Bob Esponja), Univisión (en español), CBS Sports y NFL digital.
Los motivos del pico de espectadores de la Super Bowl son complejos de conocer, pero hay dos claros y claves. Por un lado, de las 58 ediciones de la final de la copa que celebra al mejor equipo de la liga de fútbol americano (NFL), esta ha sido una de las más largas. En total, el partido duró 3 horas y 44 minutos; normalmente duran alrededor de tres horas. Solo dos en su historia (y una de ellas en parte a causa de una parada técnica de 30 minutos por culpa de un apagón) duraron más de cuatro. Sus 74 minutos y 57 segundos de juego efectivo convierte a esta LVIII Super Bowl en la de más minutos jugados de la historia y el séptimo partido de la NFL en longitud. De hecho, fue tan larga porque hubo un empate y se prolongó en un quinto cuarto (lo habitual son cuatro). Con un arranque tedioso, el cuarto y especialmente el quinto cuarto fueron emocionantes, y lograron enganchar a espectadores quizá no tan fieles. También lo hizo el medio tiempo con la música de Usher, así como los anuncios (a razón de siete millones de dólares por 30 segundos), protagonistas habituales de la jornada. En una de las pausas publicitarias, Beyoncé anunció nuevo álbum.
Pero también hubo otro elemento de enganche, uno que atrajo a muchos nuevos fans a ver este partido que, como los de la temporada regular en todo este año, han ido creciendo y creciendo en cuanto a audiencias. Y ese talismán es Taylor Swift. La artista es una de las más poderosas y que más multitudes logra atraer en el mundo del espectáculo; de hecho, está inmersa en una gira de más de 150 conciertos por todo el planeta para los que ha venido inmediatamente todas las entradas y que la han convertido en milmillonaria; dicho concierto, The Eras Tour, también se ha visto en los cines y ha batido récords de taquilla para un concierto en todo el mundo, con más de 260 millones de dólares de recaudación. Swift, de 34 años, arrastra a las masas, especialmente a mujeres mileniales, y convierte en oro todo lo que toca; de hecho, es muy esperada su participación en la cuestión política en las próximas elecciones de EE UU en noviembre, en las que según los expertos puede llegar a influir en el voto.
De ahí que su presencia fuera un revulsivo para una parte del público que no siempre es asidua a la Super Bowl, pero que quería ver a su ídolo en las gradas. Ella voló desde Tokio, donde dio un concierto el día anterior, para poder estar presente en la final. El motivo no era otro que ver en el campo a quien es su pareja desde hace unos seis meses, el tight end y estrella de los Kansas City Chiefs Travis Kelce. La artista ha acudido a casi todos los partidos de Kelce desde el pasado septiembre, lo que se ha notado ya en las audiencias, que han ido creciendo, por no hablar de la venta de camisetas, que se ha multiplicado. Y eso que Swift, pese a los lamentos de algunos seguidores de la NFL, apenas estuvo en pantalla. En total, 54 segundos, menos de un minuto. No parece ninguna locura para casi cuatro horas de juego, pero han compensado con creces.
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