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El sueño de libertad de los hermanos Menéndez se resquebraja: el fiscal no apoya una nueva sentencia

Nathan Hochman, elegido en noviembre, asegura que Erik y Lyle, que mataron a sus padres en 1989, han mentido durante estos 30 años, y que, por tanto, “no cumplen los estándares para una resentencia”

Erik and Lyle Menendez
Los hermanos Erik Menendez, izquierda, y Lyle Menendez.AP
María Porcel

El caso de los Menéndez vuelve a escena, y con malas perspectivas para una posible libertad de Lyle y Erik. El fiscal general de Los Ángeles, Nathan Hochman, elegido en las elecciones de noviembre, ha dado una rueda de prensa este lunes para aclarar cómo ve el caso. Hace tiempo que los abogados de los hermanos pedían una nueva sentencia, algo en lo que el anterior fiscal, George Gascón, estaba a favor. Pero Hochman no lo ve de la misma manera: no apoya una nueva sentencia.

Hochman ha sido muy duro y muy claro en sus palabras durante una larga rueda de prensa celebrada en Los Ángeles: para él y para la Fiscalía, los hermanos Lyle y Erik Menéndez, que mataron a sus padres en su casa de Beverly Hills en 1989, no merecen quedar libres mediante una nueva sentencia, porque llevan más de tres décadas mintiendo acerca del asesinato. Todo dependerá de la decisión de la corte, pero él no está a favor: “Por ahora, mientras los Menéndez insistan en mantener esas mentiras de 30 años, y en que no han cometido perjurio, no cumplen los estándares para una resentencia, para una rehabilitación”.

El nuevo responsable de la Fiscalía ha sido muy específico: los hermanos han mentido en una veintena de cuestiones fundamentales. Por tanto, además, habrían cometido perjurio, al no decir la verdad ante un juez. “Hemos captado más de 20 mentiras diferentes que han dicho. Han admitido cuatro de ellas, pero persisten en 16”, ha afirmado Hochman. Por ejemplo, afirma que mintieron en cuanto a la supuesta llamada que realizaron al 911 tras matar a sus padres, afirmando que habían encontrado sus cadáveres, o que mintieron al sugerir que la mafia estaba implicada.

“Pero quedan 16 mentiras”, aseguraba Hochman, referidas al asesinato. Por ejemplo, relacionadas con una supuesta carta que mandaron hablando de los abusos, o sobre la compra de armas para matar a sus padres. “Nunca admitieron que dieron identificaciones falsas para tratar de comprar las armas en San Diego. Intentaron justificar que estuvieron fuera de la casa todo el día del asesinato, cuando no fue así [...] De nuevo, mentiras”, ha puesto como ejemplo Hochman.

Erik and Lyle Menendez
El fiscal general de Los Ángeles, Nathan Hochman, en una rueda de prensa sobre los hermanos Menéndez en enero de 2025.Damian Dovarganes (AP)

El fiscal ha afirmado que los hermanos, que cometieron el asesinato cuando tenían 18 y 21 años, “siempre han mantenido que actuaban en defensa propia”, pero también que eso no fue así desde el principio. Hochman asegura que cuando les preguntaron en un primer momento acerca de por qué había matado a su padre, José, dijeron que era controlador; sobre su madre, Kitty, afirmaron que no sobreviviría sin él. Según Hochman, entonces no dijeron nada de actuar en defensa propia, y al principio del caso nunca expresaron miedo ni contaron los supuestos abusos sexuales a los que les sometió su padre desde un principio.

Ahora el caso puede tomar distintos caminos, aunque ninguno fácil para los Menéndez. El primero sería una petición de habeas corpus. Por ella, un preso pide evaluar una sentencia por el hallazgo de nuevas evidencias; en este caso, serían las supuestas pruebas de que José Menéndez abusó de sus hijos y también la cuestión de que abusó de un miembro de la banda Menudo, que daría fuerza al testimonio de los hermanos. Eso abriría el camino a un nuevo juicio, pero el fiscal Hochman también se opone (para él, las pruebas no han cambiado) y parece la opción menos probable.

El segundo camino sería, efectivamente, el de la resentencia. Si la corte obvia las palabras de la Fiscalía y tiene en cuenta el buen comportamiento en prisión de los hermanos, su rehabilitación, sus labores sociales y sus estudios, podría decantarse por una nueva sentencia. Algo que les pondría en la calle automáticamente: como cometieron los crímenes cuando tenían menos de 26 años, eso les permitiría salir directamente en libertad condicional. Sin embargo, ahora parece difícil. Un grupo de 20 familiares sigue pidiendo esta vía, y de hecho se han quejado de que en sus reuniones con Hochman este les ha avergonzado y tratado con desprecio, “con un tono despectivo y condescendiente”.

Erik and Lyle Menendez
Lyle y Erik Menéndez, en su juicio en Los Ángeles (California) en marzo de 1994.Ted Soqui (Sygma via Getty Images)

El tercer y último camino sería que el gobernador de California, Gavin Newsom, que está examinando el caso, les perdonara. De hecho, el lunes Newsom se abrió a hacer cambios en el sistema de libertad condicional: “La justicia puede ser ciega, pero no deberíamos estar a oscuras a la hora de determinar si alguien está rehabilitado y preparado para salir de prisión”, dijo en un comunicado previo a la decisión del fiscal. “Este nuevo proceso ayudará a garantizar aún más que las víctimas y los fiscales de distrito formen parte del proceso de conmutación y mejorará la seguridad pública al adelantarse a la evaluación de riesgos, como estamos haciendo en el caso Menéndez”. El fiscal ha comentado en su rueda de prensa que es posible que los familiares de los Menéndez busquen apoyo con una petición formal para esta vía. “Pueden ir al gobernador Newsom hoy y pedir que les conmuten la pena. Pero yo estoy aquí para hablar de la resentencia, y no la veo apropiada. Durante 30 años, han insistido en sus mentiras”, ha afirmado. Si Newson decidiera liberarlos, iría en contra de las recomendaciones del fiscal, lo que sería un choque de fuerzas y le daría al gobernador una mala imagen poco conveniente para él en este momento.

La cronología del caso también ha sido objeto de repaso en la rueda de prensa. En agosto de 1989, los hermanos mataron a sus padres, el ejecutivo musical José Menéndez y su esposa, Kitty. Poco antes, ambos condujeron 200 kilómetros para comprar munición en San Diego, al sur del Estado de California. Después, en su casa, dispararon varias veces a sus padres, incluso en las piernas, para asegurarse de que no pudieran caminar si sobrevivían, como ha repasado Hochman. Más tarde, se marcharon al cine pretendiendo tener una coartada y luego regresaron a su casa para llamar a los servicios de emergencia y hacer ver que alguien, señalado a la mafia, había matado a José y Kitty. El caso de los Menéndez ha resurgido ahora, 35 años y dos juicios —en 1993 y 1996— después, por las peticiones de libertad de sus abogados, pero también por una nueva serie de Netflix que ha colocado el caso en el foco mediático.

El de Hochman también ha sido un alegato contra las tareas realizadas por el anterior del fiscal del distrito. Hochman, antes fiscal federal y que se ha definido como candidato de “centro duro”, ha sido muy crítico con Gascón, más liberal, y sus políticas de los últimos cuatro años. En esta ocasión, ha puesto en duda que el trabajo de Gascón fuera completo y se fijara en todos los detalles. Por ejemplo, así lo ha dicho cuando ha descrito algunas de esas 16 mentiras que asegura que mantienen los hermanos: “Lo que les describo estaba descrito en un solo párrafo por el antiguo fiscal del distrito”. Ha asegurado que han “vuelto a las fuentes originales, revisando miles de páginas y cientos de horas de vídeo”, los hermanos no deben salir en libertad. Gascón apoyaba una resentencia, algo que les daría a los hermanos la posibilidad de pedir la libertad condicional, lo cual ahora no pueden. Pero Hochman ha pedido que esa petición de Gascón se rescinda tras analizar en profundidad todos los factores del caso.

El fiscal ya dejó ver que se opondría a la resentencia a finales de febrero, pero entonces pidió paciencia para poder presentar bien el caso, algo que ha hecho este lunes. Además, ha insistido en que “la corte será el árbitro y quien juzgue lo que pasa”. A partir de ahora todo queda en manos de la corte, que será quien decida. Hay una vista fijada para el 20 y 21 de marzo.

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Sobre la firma

María Porcel
Es corresponsal en Los Ángeles (California), donde vive en y escribe sobre Hollywood y sus rutilantes estrellas. En Madrid ha coordinado la sección de Gente y Estilo de Vida. Licenciada en Periodismo y Comunicación Audiovisual, Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, lleva más de una década vinculada a Prisa, pasando por Cadena Ser, SModa y ElHuffPost.
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