Iván Mordisco abandona las negociaciones de paz tras la escisión de la disidencia de las FARC que lideraba
El jefe negociador del Gobierno confirma que el comandante del llamado Estado Mayor Central encabeza la facción que se apartó de la mesa de diálogos
La fragmentación de las disidencias que se agrupaban en el llamado Estado Mayor Central es una realidad. El jefe negociador del Gobierno colombiano en la mesa de diálogos con el EMC confirmó este martes que ya no negocia con alias Iván Mordisco, quien hasta ahora era considerado el máximo comandante del principal grupo de disidencias de la extinta guerrilla de las FARC que se apartaron del acuerdo de paz sellado a finales de 2016. Los disidentes están divididos, y las estructuras que siguen al mando de Mordisco son las mismas con las que el Gobierno ya había suspendido el cese el fuego en tres departamentos del suroeste del país: Cauca, Nariño y Valle del Cauca.
“Iván Losada [el otro alias con el que se conoce a Mordisco] está fuera de la mesa”, confirmó Camilo González Posso, el jefe negociador del Gobierno de Gustavo Petro, en declaraciones a la prensa. El proceso continúa con los bloques que operan en la región del Catatumbo y en el Magdalena Medio, así como con el conocido como Bloque Jorge Briceño, que opera en Meta, Caquetá y Putumayo. “Con los otros sectores, en este momento están congeladas las conversaciones”, concedió en sus declaraciones. Los que operan en Cauca, Nariño y Guaviare se han mostrado como los más beligerantes y han protagonizado recientes atentados contra objetivos militares y comunidades indígenas.
Las atropelladas negociaciones entraron en su enésima crisis después de que los disidentes asesinaron a una líder indígena, por lo que el Gobierno suspendió el cese al fuego bilateral en esos tres departamentos. Luego de una oleada de especulaciones, González Posso ha confirmado que el EMC está escindido, pero añadió que siguen firmes en su compromiso con los bloques que quieren seguir negociando. Detalló que de acuerdo con los disidentes que siguen con el proceso, ellos representan más o menos la mitad de las estructuras armadas. “La verdad es que todavía no hemos hecho la contabilidad, pero lo importante es que el sector que se mantiene en la mesa está firme con los acuerdos y estamos desarrollando una agenda muy detallada de diálogos regionales y de construcción de una agenda nacional”, matizó.
El encaje de las disidencias en la paz total ha sido desde el primer momento uno de los mayores desafíos de la política bandera del Gobierno de Petro. En plural, pues varias estructuras se apartaron en distintos momentos de los diálogos de La Habana. Es un archipiélago de grupos difíciles de clasificar. Las corrientes de Mordisco y la ahora diezmada Segunda Marquetalia de Iván Márquez ―con la que el Gobierno también se propone negociar― se consolidaron como las más notorias, una suerte de grandes sombrillas. Ambas fueron designadas por Estados Unidos como organizaciones terroristas cuando retiró de esa lista negra a las FARC, ya desarmadas y convertidas en un partido político. Ambas también entablaron una guerra a muerte, en la que fueron cayendo en confusos enfrentamientos ―a menudo del otro lado de la frontera con Venezuela― varios líderes, entre ellos Gentil Duarte, que había sido el rostro más visible del Estado Mayor Central. Mordisco aglutinó desde entonces el poder de la organización.
Néstor Gregorio Vera Fernández, su nombre verdadero, es un viejo señor de la guerra. El 3 de mayo de 2016, mientras la cúpula de las FARC se hallaba en un punto muy avanzado de las negociaciones en La Habana con el Gobierno de Juan Manuel Santos, Mordisco anunciaba, a través de un comunicado, que un grupo de guerrilleros del Frente Primero bajo su mando no entregarían las armas. Fue la semilla de las disidencias.
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