Ada o el ardor
Centro de datos de CiU, Estació del Nord. Pasan del Majestic, por poco edificante. Cuando llego, el local está vacío. Parece el Templo Jedy después de que a Anakín le diera el siroco. La encuesta de TV-3 -quizás el único patrimonio intelectual que le queda a la cadena-, daba ya como ganadora a la lista Barcelona en Comú. Mientras espero a que los de pompas fúnebres vengan a improvisar una solución escenográfica a esta derrota, miro lo que está pasando a través de la red. Lo que está pasando: a) ha muerto, zas, el bipartidismo, suávemente en algunos puntos, de manera espectacular en otros, b) el PP, una cosa que consiste en tener la mayoría absoluta, no va a consistir en muchos sitios, c) candidaturas imposibles de imaginar antes del 15-M, le están pegando un tute a los grandes partidos, d) algo inexistente antes de 2012, una suerte de frente nacional catalán, con una cultura y un funcionamiento parecido al del PP de los 90 y primeros 2000, que parece vertebrar un nacionalismo sustentado en la fe y en CiU, y que parece adoptar la forma de una Brucnete mediática, está seriamente crispada, y ve malos catalanes en todas partes. Habrá que tener en cuenta a), b), c), d). Y e). La cosa e) sería una posibilidad real de ruptura. Y aquí es preciso señalar la diferencia entre cambio y ruptura.
La ruptura supone cambios estructurales, no sólo no sospechados por los grandes partidos, sino que, conforme los van descubriendo, son su pura oposición. Ampliación de derechos -vivienda, mínimos vitales, derechos energéticos, derecho a decidir, derecho a decidir la forma del Estado...-, ampliación de la democracia, y garantía del Bienestar a través de la figura de lo Común. Esta opción política, los procesos constituyentes, se ha empezado a dibujar en estas elecciones. Será importante en el ciclo electoral de 2015. Y parece que tendrá un recorrido largo.
Rayos, sale Trias y Mas. Aplausos. Unos momentos antes, ha aparecido Colau en la pantalla gigante del local, y ha habido pitos. Muy, muy crispados, por cierto.
Trias asume la derrota como Luis Enrique en Anoeta. También se remite a la Champions /los resultados globales en Cataluña. Habla Mas. Lo mismo, intensificando análisis estadísticos pobres -en Catalunya, como en España, ha habido una ruptura generacional, al parecer; los partidos de la Transición han empezado a morir oficialmente-, y exhibe una desconfianza sobre la gobernabilidad de Barcelona. Quizás este será el eje de la Brucnete durante los próximo cuatro años, su ardor.
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