‘Gente hablando’, píldoras dialogadas de reflexiones y humor
Álvaro Carmona ha creado una serie de seis capítulos con otras tantas peculiares conversaciones
"Quien llegue a Gente hablando esperando mucho más que gente hablando, se va a llevar una decepción, porque es básicamente eso". El humorista Álvaro Carmona recalca lo que ya deja claro el título de la serie de la que es creador, guionista, director y actor: la cosa va de personas que hablan. Así de fácil y así de complicado.
La ficción que acaba de estrenar Flooxer, la plataforma online de Atresmedia disponible en Atresplayer, suma seis breves entregas independientes de no más de 10 minutos en las que dos personajes, diferentes en cada caso, conversan en distintas circunstancias. El espectador asiste a las primeras frases que se cruzan dos jóvenes en una cita concertada a través de una aplicación online, una peculiar propuesta en un confesionario o un incómodo encuentro de dos vecinos. La sensualidad de un análisis sintáctico bien hecho, los límites del humor o la reivindicación de la mediocridad son algunos de los variados asuntos que centran las conversaciones de Gente hablando.
Carmona, cómico, guionista y músico, explica que la historia surgió de las charlas y debates que suele mantener con sus amigos, muchos de ellos también cómicos. Los guiones tomaron forma con el apoyo de Set Màgic Audiovisual y Flooxer en la producción. "Una de las claves del proyecto desde el principio para mí era que fuera todo muy natural, que diera la sensación de que te has colado en la casa o el trabajo de alguien y estás viendo una conversación muy privada", cuenta Carmona a EL PAÍS. Justifica la breve duración de los capítulos y el formato elegido: "Que duren lo que normalmente duraría una conversación de este tipo potencia la naturalidad. Además, la suerte de vivir en los tiempos que corren es que no hay dos formatos en los que todas las series tengan que encajar, sino que hay infinitos".
Acostumbrado a escribir monólogos, para Carmona fue un reto dejar los chistes a un lado y tratar temas "universales y actuales". "Me apetecía dar mi punto de vista, a través de estos personajes y de la ficción, sobre temas importantes y, además, hacerlo con dos personajes con puntos de vista encontrados. El reto era escribirlo de forma que no sonara partidista, sino que entendieras las dos posiciones y que eso genere una duda o una reflexión".
Para plasmarlo en pantalla, cuenta con la participación de un grupo de actores conocidos como Verónica Echegui, Manuel Burque, Miki Esparbé, Juanra Bonet o Ramón Barea, además del propio Álvaro Carmona en tres de los episodios. De las seis historias que recoge la ficción —todas ya disponibles en Flooxer—, su creador se decanta por la protagonizada por Ramón Barea y Ramón Agirre, quienes dan vida a dos vecinos que viven uno enfrente del otro y que, tras un primer momento un poco incómodo, terminan charlando sobre la vergüenza y la soledad.
"Era un reto bastante grande porque está rodado en plano secuencia y no tenía mucha experiencia. Además, había que mantener el arco emocional, porque es muy diferente cómo empiezan los personajes de cómo acaban", cuenta Carmona. Para ello, contaron solo con medio día de ensayos con los actores y un día de rodaje en el que también tuvieron que ensayar la coreografía con micros y cámaras para que no apareciera nada en imagen. "Esa noche dormí como un bebé después de toda la tensión acumulada", confiesa.
El guionista y director está dispuesto a seguir con más dosis de Gente hablando, siempre que Atresmedia lo solicite. "Hablar es gratis, por suerte, y muy frecuente. El hablar no se gasta nunca", concluye.
Frases para reflexionar
"El mundo funciona gracias a los millones de personas que hemos renunciado a nuestros sueños". "Ser mediocre no es salgo malo, es por definición lo más normal del mundo". Además de algunos giros inesperados o situaciones cómicas, Gente hablando invita al espectador a reflexionar sobre diferentes temas a través de algunas de las frases que pronuncian sus personajes.
Uno de los episodios contrapone dos posturas sobre los límites del humor, cuestión en pleno debate público y político. “Que haga humor sobre algo terrible no quiere decir que no crea que sea terrible”, dice uno de los personajes. “No se trata de ser políticamente correcto, sino humanamente correcto”, contrapone su interlocutor.
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