Nerea Pena: “Somos muy luchadoras, trabajar es un placer”
La central navarra, superviviente de la vieja guardia, analiza el Mundial de la selección, compara este equipo con los éxitos pasados y confía en que este torneo reanime el balonmano en España
Nerea Pena (Pamplona, 1989) cumplió 30 años en la histórica semifinal contra Noruega y 150 internacionalidades el día del debut, ante Rumania. Bronce mundial en 2011 y plata europea en 2014, la central, que juega en el Siófok húngaro, pertenece a la vieja guardia de las Guerreras que continuó tras la gran revolución de hace dos años. Es una viga maestra de España, aunque con la selección también acumula varios reveses personales. Faltó a Londres 2012 debido a una grave lesión de rodilla, que debió ser operada cuatro veces, y quedó eliminada en Río 2016 tras una actuación portentosa (13 goles).
Pregunta. ¿Siente que el balonmano le debe algo en el plano internacional?
Respuesta. No, a mí nadie me debe nada. Esto es trabajo. Si el Mundial me da los Juegos [tendrá plaza directa en caso de ganar], será el premio al esfuerzo de una larga temporada.
P. ¿Qué nota se pone en este campeonato?
R. No ha sido mi mejor torneo. Vengo de una situación un poco complicada, pero estoy intentando ser una más y darlo todo. Firmo no meter ningún gol y ganar la final. Y si el título depende de marcar diez goles, los haré.
P. ¿La más optimista de la selección imaginaba este desarrollo?
R. La respuesta es no [risas]. Veníamos con aspiraciones bastante más modestas. Nuestra meta era el preolímpico y poder reengancharnos a las opciones de ir a Tokio. Ni en los mejores sueños hubiésemos pensado en jugar la final. Es una medalla inesperada.
P. ¿Cuándo empezaron a pensar que estaban fraguando algo importante?
R. En el último momento. Cuando hicimos la primera fase perfecta y pasamos con cuatro puntos, sabíamos que el principal objetivo se encontraba muy cerca. Y al producirse dos resultados favorables, ya pudimos pensar más a lo grande.
P. ¿Les ha tocado a las veteranas frenar la euforia de las jóvenes?
R. Todas hemos estado muy calmadas. Contra Rusia fuimos con la expectativa de ganar y nos dimos un golpe [26-36, única derrota en el torneo]. Y al meternos en semifinales, sí lanzamos una advertencia: 'tías, la oportunidad es real, podemos tutear a este equipo, que son las favoritas, y el premio es enorme'. Intentamos trasladar un mensaje de humildad, de que lo mejor estaba por llegar.
"Este no ha sido mi mejor campeonato, pero estoy intentando ser una más en el grupo"
P. Se les vio molestas cuando se transmitió que el pase a semifinales había sido de rebote por la victoria de Montenegro a Suecia.
R. Fue muy injusto. Un campeonato con diez partidos en dos semanas no depende de un encuentro externo. Lógicamente, el triunfo de Montenegro, que por circunstancias fue después que nuestro choque ante Rusia, es lo que nos terminó de dar la clasificación, pero lo importante fueron todos los puntos que logramos. Muchas veces, por intentar hacer un titular más atractivo, se tergiversa el mensaje.
P. En la semifinal se les vio liberadas.
R. Más que liberadas, muy concentradas. Por la experiencia de otros partidos, como contra Suecia [les empataron tras ganar por nueve a falta de 15 minutos], no podíamos perder el control. Supimos mantener la calma, y esa fue la clave. Aprendimos de los errores.
P. ¿El peor momento fue Japón, con esa victoria agónica que se daba por descontada?
R. Quien pensase que Japón iba a ser fácil es que no tiene ni idea. Era un rival súper complicado, con un juego muy inteligente y dinámico. Estaba claro que se trataba del punto débil del grupo, pero eran las anfitrionas y venían a machacarnos con su gente. La trascendencia para nosotras era mayor y, aunque nos costó, supimos sacar los balones en los momentos clave.
"Fue muy injusto cuando dijeron que habíamos pasado de rebote a las semifinales"
P. Y todo esto, con la ausencia por lesión de Carmen Martín.
R. Fue una baja muy notable. Nos dio mucha pena, sobre todo por ella. Le dijimos que íbamos a buscar un preolímpico para que pudiera venir y luchar con nosotras. Ahora, si le podemos dar el regalo directo de los Juegos, seguro que nos lo agradece [risas].
P. Fueron a por el preolímpico y se pueden volver ya con el billete a Tokio.
R. Exacto. El partido del viernes era nuestra final. El premio de este domingo es la lucha por el oro, pero el partido más trascedente era la semifinal porque significaba optar a la plaza olímpica directa [si derrota a Holanda] o entrar en el preolímpico menos difícil, sin muchos equipos europeos [se enfrentarían a Suecia, Senegal y Argentina, y pasarían dos]. No voy faltar al respeto a nadie ni decir que lo tenemos hecho, pero facilita mucho el camino. Mi sueño es ir a los Juegos.
P. ¿En qué se parece este equipo al que ganó cuatro medallas entre 2008 y 2014?
R. En la actitud, la garra, el esfuerzo y el espíritu. Eso no se pierde. La cultura y la raza española que tenemos, somos muy luchadoras. Somos un grupo muy unido, las chicas son maravillosas. Eso hace que trabajar se convierta en un placer muchas veces.
"Ojalá este Mundial sirva para recuperar la liga española y poder volver tras siete años fuera"
P. ¿Existe potencial para repetir tantos éxitos?
R. Hay gente muy joven con mucha proyección. Si trabajan y se esfuerzan como lo hizo aquel grupo, las posibilidades están abiertas. Y más después de este Mundial, que probablemente ayudará al balonmano español. Ojalá que la liga pueda fortalecerse e ir para arriba.
P. Este Mundial debería servir para reflotar la competición de casa, que se encuentra muy tocada.
R. Sería bueno que se aprovechase para eso, que el balonmano español vuelva a ser lo que era. Yo, que estuve en las épocas un poco más viejas, me encantaría que se recuperase para poder volver [lleva siete años en Hungría].
P. Este grupo empezó a trabajar en 2017, pero hasta ahora los resultados habían sido discretos. ¿Qué han encontrado en Japón que no tuvieron en los campeonatos anteriores?
R. Es un proceso largo de trabajo porque hubo un cambio muy drástico. Eso ha necesitado un tiempo. El primer Mundial llegó muy pronto. El segundo torneo, el Europeo, no nos salió bien, pero a veces un Europeo es más difícil.
"No creo que el equipo que se renovó en 2017 estuviera agotado. Fue una decisión técnica, pero eso no significa que las jugadoras que no vienen estén acabadas"
P. ¿El grupo que se renovó de forma profunda en 2017 estaba agotado?
R. No lo creo. Esa fue una decisión técnica. Cada seleccionador tiene su sistema y elige unas jugadoras, pero no significa que las que no han estado aquí estén acabadas. Simplemente, el modelo de juego es diferente.
P. ¿Fue una decisión de riesgo?
R. Bueno, cada uno toma las decisiones que cree. Ellos tienen un proyecto, el Mundial de 2021, y han elegido a las jugadoras que ven más convenientes.
P. ¿Qué hay que frenar de Holanda?
R. Los puntos fuertes son su contragolpe, el lanzamiento exterior y su buena defensa. Pero si jugamos como en las semifinales, podemos ganar a cualquiera.
P. ¿Son ellas las favoritas por su buena trayectoria reciente?
R. Para nada, es la final de un Mundial. Nos estamos jugando un oro y una plaza olímpica. No hay favoritos. La historia no siempre marca el futuro.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.