Bolsonaro se queda sin rédito político ante el bajo interés de la Copa América en Brasil

Nunca ha habido una Copa América como la que se está celebrando en Brasil. En primer lugar, está la pandemia de la covid-19, que impide la asistencia de público a los estadios, desanima la afluencia de público a los bares y hace que el torneo se desarrolle bajo la crítica. Y no es en vano: la defensa de Jair Bolsonaro para que la competición se celebrara en suelo brasileño, tras el rechazo de Colombia y Argentina, se produjo ante una escalada de casos y cerca de que el país registre el medio millón de muertos.

Hay otros factores que contribuyen al carácter inédito de la competición. El cambio de emisora que posee los derechos de transmisión ―de la poderosa y tradicional Globo a SBT―, el cambio de sedes a última hora y la competencia con los torneos nacionales de clubes son algunos de ellos que, si no indican una caída del interés por la selección brasileña, muestran una Copa América menos popularidad que la anterior, en 2019, también organizada en Brasil. La falta de entusiasmo se produce a pesar de que el equipo de Tite se perfila como gran favorito. Si Bolsonaro quería un torneo para lucirse como baza política, o al menos un evento de distracción masiva, eso hasta ahora no ha ocurrido.

Como no se pueden hacer comparaciones entre las audiencias a los estadios, las cifras del Instituto Brasileño de Opinión Pública y Estadística (Ibope) demuestran que más personas vieron el estreno de Brasil en la Copa América 2019 que la apertura de la edición de 2021. Según los datos de Ibope, la victoria de la selección por 3-0 ante Bolivia en Morumbi, un viernes por la noche de 2019, tuvo un promedió 32,9 puntos en la TV Globo de São Paulo, lo que equivale a más de 6,5 millones de espectadores. En 2021, la victoria de Brasil por el mismo marcador contra Venezuela en una noche de domingo alcanzó una media de 14 puntos (unos 2,8 millones de personas) en SBT en São Paulo, con un máximo de 15,6 puntos. En la mayor ciudad del país, el partido de la selección quedó por detrás de la TV Globo, que alcanzó la media de 16 puntos al exhibir al mismo tiempo el programa Domingão do Faustão sin su presentador principal.

El cambio de emisora explica, en parte, la menor audiencia de la Copa América en 2021. Como Globo rescindió el contrato de la Copa Libertadores con la Conmebol en 2020, la entidad sudamericana priorizó a SBT a la hora de vender sus derechos. Con el debut de Brasil, la TV de Silvio Santos tuvo su récord de audiencia con las transmisiones de fútbol en São Paulo en el año, que antes fue de 10 puntos en Ibope con el partido entre Palmeiras e Independiente Del Valle, en la Libertadores. Todavía está lejos de la Copa América de 2019, cuando el récord fue de 43,3 puntos en la semifinal de Brasil contra Argentina.

La elección de las ciudades anfitrionas también representa otro cambio significativo de 2019 a 2021. Hace dos años, la Conmebol optó por celebrar la competición en Porto Alegre, São Paulo, Belo Horizonte, Río de Janeiro y Salvador, localidades más vinculadas a los equipos tradicionales del fútbol brasileño que Goiânia, Brasilia y Cuiabá, las sedes de 2021. Esto se debe a que la competición fue reubicada en Brasil dos semanas antes de su inicio y, además de ser vetada por los gobernadores de algunos Estados por la covid-19, necesitaba encontrar estadios que no estuvieran siendo tan utilizados por los principales torneos nacionales, que se celebran simultáneamente con los partidos de la selección. La competencia también ayuda a explicar las bajas calificaciones: al mismo tiempo que Brasil se preparaba para debutar en Brasilia, los aficionados también tenían la opción de ver el Atlético Mineiro contra el São Paulo en el canal de la Globo, por el campeonato brasileño.

Las restricciones sanitarias también impiden que el éxito de la Copa América se mida por el número de personas en los bares y restaurantes durante los partidos. “Por aquí no hemos sentido ningún impacto hasta ahora. No hemos oído hablar de ninguna reunión, no hay expectativas y creo que es difícil que se produzca en la situación actual, porque no es un momento adecuado para las aglomeraciones”, comentó Percival Maricato, presidente del consejo estatal de São Paulo de la Asociación Brasileña de Bares y Restaurantes (ABRASEL). “El hecho de que São Paulo no sea una ciudad anfitriona reduce aún más la influencia, no hay manera de compararla con la de 2019. Y no veo que el entusiasmo crezca por aquí”, concluye.

Al menos hasta ahora, la excitación citada por Maricato no se ha visto ni siquiera en la sede. En las horas previas al partido de Brasil contra Perú, los alrededores del estadio Nilton Santos no presentaron aglomeraciones de aficionados ni siquiera a la llegada del autobús con la delegación brasileña. Sin público, los puestos de comida de la plaza frente al estadio permanecieron cerrados hasta que la prensa abandonó el estadio, así como se vieron raras camisetas de la selección brasileña en los bares de los alrededores del recinto en las horas previas al partido.

Por otro lado, una buena plataforma para medir el entusiasmo de los brasileños con el torneo son las redes sociales. Durante el debut, los nombres de los goleadores, Marquinhos, Neymar y Gabigol, estuvieron entre los temas más comentados en Twitter, lo que demuestra cierto compromiso de los usuarios con el partido de Brasil. Mientras que Alex Sandro, el autor del gol brasileño hasta ese momento, fue el undécimo tema más comentado en Brasil, los jugadores que estaban disputando simultáneamente partidos del campeonato brasileño, como Paulo Victor, del Gremio, y Marinho, del Santos, lideraron las métricas de la red social. Al final, tras el 4-0, Neymar, Firmino y Everton Ribeiro se situaron entre los 10 mejores asuntos de Brasil, según Twitter. La Copa América no encandila en su año más atípico.

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