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El sepelio del presidente de la Sala Sexta del Supremo se celebró en la intimidad

Poco después de las ocho de la mañana de ayer -cuando el día despuntaba sobre Madrid- se inició el traslado de los restos mortales del presidente de la Sala Sexta del Tribunal Supremo, Miguel Cruz Cuenca, asesinado el día anterior a la puerta de su domicilio, en la avenida madrileña de Felipe II, desde la capilla ardiente instalada en el salón de plenos del Tribunal Supremo al cementerio de Nuestras Señora de la Almudena. El sepelio del magistrado asesinado se realizó, según el deseo de sus familiares, en la más estricta intimidad y en medio de un ambiente de serenidad y silencio.

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Media hora antes, aproximadamente a las siete y media de la mañana, fue oficiada una misa en la capilla ardiente, a la que asistieron magistrados, familiares y amigos de la víctima, entre ellos el ministro de Hacienda, Francisco Fernández Ordóñez. Una vez finalizada la misa, el cortejo fúnebre, escoltado por una veintena de motoristas de la Policía Nacional, inició el recorrido hasta el cementerio de la Almudena, adonde llegó en poco más de diez minutos. Acompañaron al féretro unas trescientas personas que habían velado el cadáver durante la noche, entre ellos el presidente del Tribunal Supremo, Angel Escudero, y representantes de la Sala de Gobierno del Alto Tribunal, así como familiares de la víctima. Los familiares se introdujeron en varios vehículos, mientras que otras personas, amigos del fallecido, subieron a un microbús municipal de servicio especial.Al llegar el féretro al panteón familiar, un sacerdote rezó un responso por el alma, del magistrado asesinado y, tras realizar los empleados del cementerio, las labores de acondicionamiento del panteón, el sacerdote cerró el acto con un padrenuestro, tras la inhumación del cadáver.

Hacia las once de la mañana, pequeños grupos ole personas, con insignias y pegatinas de partidos de extrema derecha, se congregaron en las inmediaciones de la iglesia de Santa Bárbara, próxima a la sede del Tribunal Supremo, en la creencia de que a esa hora iba a celebrarse un funeral por el eterno descanso del magistrado asesinado. Dichos grupos, al informarse de que el sepelio se había efectuado ya y que no se celebraría ningún funeral, se marcharon sin que se produjeran incidentes.

Funeral en Barcelona

Unas trescientas personas, en su mayoría miembros de la judicatura y abogados, asistieron en la mañana de ayer a una misa oficiada en Barcelona en memoria del magistrado Miguel Cruz, informa nuestro delegado Alfons Quintá.En todo momento se guardó un respetuoso silencio, no produciéndose ni el más leve incidente. El acto estuvo organizado por la Audiencia y estuvo presente la junta del Colegio de Abogados. En medios de la judicatura barcelonesa se definió al magistrado asesinado como persona de convicciones liberales.

Detenciones e interrogatorios

Por otra parte, están siendo interrogados en la Dirección General de Seguridad varios detenidos, presuntos miembros de la organización terrorista GRAPO, como supuestos implicados en el atentado que costó la vida al presidente de la Sala Sexta del Supremo, Manuel Cruz Cuesta, informan a Efe en fuentes solventes.Según las mismas fuentes la munición utilizada en el asesinato del señor Cruz Cuesta -a la vista de los casquillos encontrados en el lugar del suceso- es del tipo Gena, que utilizan las pistolas del nueve corto, similar a la Llama, corrientemente utilizada por la Policía Municipal.

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