El Consejo de Seguridad de la ONU condenó por unanimidad el ataque israelí contra la central nuclear iraquí
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas condenó ayer a última hora de la tarde, por unanimidad, el bombardeo israelí del centro nuclear iraquí de Tammuz, aprobando una resolución pactada por Irak y Estados Unidos. A la reprobación de la ONU hay que añadir la del Parlamento Europeo, la petición de expulsión del Estado hebreo de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), presentada por la Conferencia Arabe sobre Energía Nuclear, y la congelación por El Cairo de varios acuerdos de normalización de relaciones con Tel Aviv.
Israel no aceptará doblegarse a las peticiones del Consejo de Seguridad y seguirá rechazando los controles de sus instalaciones nucleares y el pago de daños y perjuicios a Irak, declararon ayer en Jerusalén fuentes gubernamentales, poco antes de que se produjese la votación en la ONU.La sesión del Consejo empezó a media tarde -hora de Madrid-, al término de una laboriosa negociación auspiciada por el secretario general de la ONU, Kurt Waldheim, entre la representante norteamericana en las Naciones Unidas, Jeane Kirpatrick -en permanente contacto telefónico con el Departamento de Estado- y el ministro iraquí de Asuntos Exteriores.
Aparte de la intervención del director de la AIEA, Sigvard A. Eklund, y del representante israelí, Yehda Blum, que polemizaron sobre la capacidad de Irak de construir una bomba atómica, la alocución más destacada de la sesión fue la de Jeane Kirpatrick, que afirmó: Creemos que los medios que Israel eligió para calmar sus temores sobre los propósitos del programa nuclear iraquí han afectado y no han contribuido a la paz y la seguridad en la zona».
El texto del acuerdo, aprobado por la Casa Blanca y el Gobierno de Bagdad, se abstiene de pedir la aplicación de sanciones al Estado hebreo -condición indispensable para que Washington no opusiese su veto a la resolución-, pero sí «condena firmemente el ataque militar de Israel», que constituye «una clara violación de la Carta de las Naciones Unidas y de las normas internacionales de conducta».
Se trata de la primera condena por parte de Estados Unidos de una acción israelí. Hasta ahora, las administraciones norteamericanas habían preferido las palabras lamentar o deplorar al verbo condenar.
Tras recordar que el ataque aéreo hebreo contra Tammuz «constituye una sena amenaza» para la AIEA, encargada de controlar la no proliferación nuclear, la resolución invita al Gobierno de Israel «a someter urgentemente sus instalaciones nucleares al control de la AIEA».
Además de pedir reparaciones apropiadas para Bagdad, la resolución concluye reconociendo expresamente, a petición del jefe de la diplomacia iraquí, «el derecho inalienable de Irak ( ... ) a desarrollar programas tecnológicos y nucleares con fines pacíficos».
Esta primera condena norteamericana de su afiado israelí suscitará todo tipo de críticas por parte de numerosos congresistas, que sólo estaban dispuestos a aceptarla a cambio de que la ONU expresase también su preocupación por los proyectos nucleares iraquíes. Pero la Administración Reagan se ha mostrado muy deseosa de no aislarse del mundo árabe, y concretamente de no interrumpir su acercamiento a Irak.
También se supo ayer en Washington que la comisión reguladora nuclear de Estdos Unidos informó involuntariamente a Israel del daño que bombas de 900 kilogramos podrían causar al reactor nuclear de Tammuz.
Egipto ha congelado varios acuerdos sobre la normalización de sus relaciones con Israel a consecuencia de la incursión aérea contra Tammuz, anunció ayer el embajador israelí en El Cairo, Moshe Sasson, en un telegrama enviado al Ministerio hebreo de Asuntos Exteriores.
Por su parte, el Parlamento Europeo condenó implícitamente ayer el ataque israelí contra el reactor nuclear de Irak.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.