Arresto del capitán Pitarch

Conocido por la Prensa el nuevo arresto impuesto al capitán Pitarch, se refuerza la impresión pesimista sobre la evolución política en este país. Al citado capitán se le está limitando el derecho a la libertad de expresión, que tiene reconocido no sólo por la Constitución, sino por el artículo 178 de las Reales Ordenanzas. Estamos asistiendo a una persecución implacable y sistemática contra él, con la genuina particularidad de que se realiza a la luz del día y con conocimiento de toda la población y asombro de nuestros amigos. y aliados de la OTAN.Acciones de esta naturaleza no podrían darse déntro de las Fuerzas Armadas si existiera en ellas una conciencia generalizada y asumida del conjunto de las libertades del hombre. Se asiste a una pertinaz caza de brujas contra aquellos militares que pública, privada o in mente han expresado su discrepancia con el régimen anterior y su identificación con la Monarquía parlamentaria; son muchos los arrestos, traslados, represiones varias y sambenitos que soportan. El militar español se mueve a unos niveles de confusión preocupantes. Mientras la Constitución y las ordenanzas le asignan honrosas misiones de garantía de unos valores morales y patrióticos, si pretende su defensa activa puede ser sancionado y no resultar muy grato en su entorno castrense.

En contradicción permanente con elta situación, todos aquellos militares que se manifiestan contrarios a la Constitución, e incluso incitan claramente,a la rebelión contra la Patria, lo hacen con toda la tranquilidad del mundo y el beneplácito de amplios sectores. La expresión democracia vigilada, que se archivó indebidamente, debe ser el vector que guíe las decisiones de aquellos dirigentes que tengan sentido del Estado.

No dude el capitán Pitarch que la mayoría de los ciudadanos nos sentimos solidariamente arrestados con él y participamos de su limpia trayectoria constitucional, deseando continúe su actividad como escritor, articulista y conferenciante.