15 billones de pesetas para modernizar el Ejército francés

El Ejército francés será dotado de un presupuesto de 830.000 millones de francos (unos 15 billones de pesetas) para los próximos cinco años, según estipula la ley de Programación Militar, aprobada ayer por la Asamblea Nacional de los Diputados. De acuerdo con dicha ley, Francia construirá un nuevo submarino nuclear y reducirá en 35.000 hombres sus efectivos militares y civiles. A grandes rasgos, la política militar socialista prima la vertiente nuclear y se inscribe en la línea de continuidad respecto al gaullismo-giscardismo que gobernó Francia hasta 1981.De la cantidad total antedicha, 131.000 millones de francos (2,4 billones de pesetas) serán destinados al armamento nuclear, y 283.000 millones (4,4 billones de pesetas), al equipo clásico. Además del séptimo submarino nuclear, el programa prevé la construcción de un portaviones nuclear y de misiles de varias cabezas atómicas. Por lo que respecta al ejército convencional, es de notar la formación de una fuerza de acción rápida, destinada a operaciones puntuales, tanto en el interior como en el exterior de las fronteras del hexágono francés.

A la vista del nuevo programa destinado a garantizar la defensa de Francia, cabe hablar de continuidad al valorar la política militar de los socialistas franceses. La oposición critica la seudoprioridad de la fuerza nuclear, pero, de hecho, el esfuerzo atómico de los socialistas es patente.

Las disensiones mayores se observan en el campo de la mayoría. Es de destacar, sobre todo, que el Partido Comunista Francés, que cuenta con cuatro ministros en el Gobierno, no haya votado el primer artículo de la ley, en el que se deja claro que el enemigo potencial de Francia y de Occidente, contra el que se refuerza el dispositivo de defensa, es la URSS.

Otro partido de izquierdas, con una ministra en el Gobierno, el Partido Socialista Unificado, recordó, con motivo de la aprobación de la ley militar, que dicha normativa "confirma y desarrolla la prioridad de lo nuclear, a lo que nos oponemos de manera frontal". En el partido socialista, algunas fracciones piensan lo mismo, pero no se manifiestan.