Un ingeniero, dos abogados y una bruja, en busca de la presidencia

Los colombianos eligieron ayer al nuevo presidente entre un ingeniero, dos abogados y una bruja, tras una noche agitada por inmumerables caravanas de automóviles que defendían a bocinazo limpio a su candidato favorito.Virgilio Barco, ingeniero de 66 años, casado y con cuatro hijos, candidato por el Partido Liberal, cuenta aparentemente con las mayores probabilidades de alzarse con la victoria. En un principio, pareció orientar su vida por los caminos de la Administración más que por los vericuetos de la política. Fue ministro de Obras Públicas entre 1958 y 1961; de Hacienda, en dos ocasiones; alcalde de Bogotá en 1966; miembro de la junta directiva del Banco Mundial y embajador en el Reino Unido y en Estados Unidos. De pocas palabras y pésima oratoria, sí se ha señalado por ser un brillante ejecutivo en los cargos que ha desempeñado en la Administración pública, virtud en la que se ha basado parte de su campaña.

El candidato conservador, Álvaro Gómez, es un hombre polifacético que, a diferencia de su oponente liberal, apenas ha desempeñado cargos en la Administración colombiana. De 67 años, casado y con tres hijos, Gómez ha alternado su actividad política con su profesión de abogado y su afición periodística y de caricaturista. Cuenta con 32 años de experiencia parlamentaria y ha, sido embajador en Italia y Estados Unidos. Hijo de un controvertido ex presidente, Laureano Gómez (1950-1953), cree que esa ascendencia ha sido más bien un obstáculo en su carrera política. En 1974 optó a la presidencia, pero fue ampliamente derrotado por el liberal Alfonso López Michelsen.

Jaime Pardo es el candidato de la comunista Unión Patriótica y se ha revelado como una de las sorpresas de la campaña. La Prensa, sin distinciones, le califica como el mejor candidato en la historia de la izquierda colombiana. Abogado de 45 años, casado, con cinco, hijos, Pardo es el presidente y fundador de la Asociación Nacional de Empleados del Poder Judicial. Ha encabezado 15 huelgas de trabajadores de las dependencias judiciales. La última, el año pasado, por los trágicos incidentes en el Palacio de Justicia de Bogotá.

La pintoresca Regina Betancur es la candidata del indefinible Movimiento Unitario Metapolítico. Se autodefine como "bruja y mentalista". Su partido tiene como símbolo una escoba, mientras ella exhibe diplomas de la "universidad católica ortodoxa antocéfala, de Columbia (Estados Unidos)" y de "metafisica y ciencias políticas por la universidad Totius Mundi, de Nueva York". De 50 años de edad, casada dos veces, Regina tiene tres hijos, dice hablar varios idiomas, pero sólo cuando está "en trance"; magnetiza el agua y asegura curar enfermedades. Su partido, según ella, tiene sedes en España, Italia, Francia y México, entre otros países.