La oposición mayoritaria de centro-derecha aboca al PSOE a negociar su política municipal
La nueva composición de numerosas corporaciones municipales, en especial en las capitales de provincia, aboca al PSOE a gobernar con una oposición conservadora y centrista que si decide tomar la iniciativa de la moción de censura tiene garantizado el derribo de los alcaldes socialistas. El temor a un uso generalizado de esta posibilidad fue transmitido por un alto cargo socialista al secretario general del Centro Democrático y Social, José Ramón Caso, en una conversación que ambos mantuvieron el viernes pasado sobre posibles acuerdos municipales.
Con el nombramiento de los nuevos alcaldes a lo largo del día de ayer, el PSOE conserva el gobierno raunicipal en 28 capitales de provincia -quizá suceda lo rnismo en otras dos más, Murcia y Oviedo, cuando se constituyan sus nuevas corporaciones-lo pierde en cinco (Pamplona, Toledo, Lérida, Salamanca y Zamora) y lo conquista en una, Teruel. Los socialistas sólo gobernarán con mayoría absoluta en La Coruña, Huelva, Badajoz, Málaga, Gerona, Melilla y Cádiz.Alianza Popular preside los ayuntamientos de 8 capitales, queda relegada en Lugo, Ávila y Ciudad Real y accede al poder en Toledo, Salamanca y León. En esta ciudad, AP, PSOE y CDS se pusieron de acuerdo para marginar al hasta ahora. alcalde, el independiente Juan Morano Masa. En Orense, el PSOE e Independientes de Galicia anunciaron que impugnarán el nombramiento del alcalde de AP.
El CDS ha logrado sus dos primeras alcaldías de capitales de provincia -Ávila, con mayoría absoluta, y Segovia, con respaldo de AP y PDP-, a la espera de que se resuelva el contencioso que ha pospuesto la constitución del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canarias, donde tiene numerosas probabilidades de acceder también al poder [esta corporación se constituirá el próximo día 20, al igual que las de Oviedo, Las Palmas, Burgos, Zamora y Murcia].
De concentrar en sus manos las alcaldías de las tres capitales de Euskadi, el Partido Nacionalista Vasco (PNY) puede conservar sólo la de Bilbao, después de que la de San Sebastián y Vitoria pasaran ayer a manos de su rival nacionalista Eusko Alkartasuna, el partido que preside Carlos Garaicoechea. Los concejales de Herri Batasuna en Vitoria y San Sebastián acataron la Constitución para adquirir la condición de concejales, a la vez que declararon que lo hacían con rabia y contra su voluntad.
Izquierda Unida mantiene la presidencia del Ayuntamiento de Córdoba; Unión del Pueblo Navarro (UPN) logró la elección como alcalde de su candidato en Pamplona, que desbancó al PSOE, y la Coalición Progresista Galega -formada por Coalición Galega, el Partido Demócrata Popular y el Partido Liberal- se alzó con la victoria en Lugo, gracias al apoyo del PSOE, en detrimento de Alianza Popular.
Si bien los alcaldes socialistas -en la mayoría de los casos los mismos de los últimos cuatro años- invitaron ayer a la oposición a participar en el gobierno de los municipios, los representantes del centro-derecha anunciaron su preferencia por ejercer la oposición con un PSOE responsabilizado en exclusiva de la gestión municipal.
El respeto, por lo general, de los comproinisos adquiridos entre los diversos grupos políticos con anterioridad a las votaciones hace presumible que los Gobiernos autonómicos de las trece comunidades en que se celebraron elecciones el pasado día 10 queden presididos por los candidatos de las fuerzas más votadas.
No obstante, en cuatro capitales de provincia el partido con más votos populares no ha logrado acceder a la alcaldía: en Lérida, AP y ConVergéncia Democrática de Catalunya pactaron frente al PSOE; en Segovia, AP, PDP y CDS hicieron otro tanto; en León conservadores, centristas y socialistas se unieron para evitar la permanencia del alcalde independiente, y en Lugo el PSOE y CPG impidieron el triunfo de AP.
El PSOE e Izquierda Unida se arrebataron mutuamente alcaldías en pequeñas localidades donde incumplieron el criterio de facilitar la investidura al candidato de la izquierda cuyo grupo tuvo mayor apoyo electoral.
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