Un obispo declara durante siete horas sobre el desaparecido maletín de Calvi
El escándalo Calví sigue vivo. Jueces romanos han interrogado durante siete horas, después de haberlo citado "por estafa", al obispo de origen checoslocaco Palev Hrillica, al que han acusado de haber pagado 120 millones de pesetas con dos cheques del Banco del Vaticano (IOR), para recuperar ilícitamente el famoso maletín de piel negra que Calvi tenía consigo en el momento de su muerte, con sus documentos más secretos, y que había desaparecido misteriosamente.El obispo Hrillica, exiliado en el Vaticano, es amigo personal del papa Juan Pablo II. Roberto Calvi, que fue presidente del Banco Ambrosiano cuya quiebra causó un importante escándalo en Italia, apareció colgado en junio de 1982 bajo el puente de Blackfriars de Londres.
El año pasado, durante un programa de televisión, el periodista Enzo Biagio presentó a la opinión pública, sin decir cómo lo había obtenido, el famoso maletín, pero en él quedaban sólo unas llaves y un puñado de documentos, de los que se deducía que el Vaticano no había intervenido en la muerte de Calvi.
Ahora, los jueces de Roma han sabido por las confesiones de Giullo Lena -empresario romano mezclado en tráfico de dinero falso que está encarcelado-, que un personaje por ahora desconocido estaba tan interesado en hacerse con el maletín de Calvi y sus documentos secretos, que pagó a través de este oscuro obispo, la cuantiosa suma.
Según los jueces, Lena y Flavio Carboni -el empresario sardo, actualmente encarcelado, que fue brazo derecho de Calvi y el último que le vio con vida- intentaron especular con el asunto sabiendo que el Vaticano estaba interesado en obtener aquellos documentos. Como aparece en la orden de detención de Carboni y Lena, ésta fue debida a que "Carboni, por especulación, inducido por el obispo Hnilica, que actuaba en interés del Estado del Vaticano y financiado por Lena, adquiría -o por lo menos se entrometía para conseguirlo de p rte de una persona desconocidaun maletín que contenía documentos de gran valor y de cuya procedencia ilegal estaba al corriente".
Ayuda para exiliados del Este
Hnlica se ha defendido afirmando que los cheques en blanco, se los había dado en buena fe a Carboni, a quien conoció a través de "personalidades eclesiásticas de la diócesis de Roma". Explicó que Carboni le prometió ayuda para sus exiliados del Este; que le había dicho que tenía 4.000 millones de pesetas bloqueadas en un banco de Suiza, pero que para hacerse con ellos necesitaba algunos cheques del IOR, como garantía y que al final ambos podrían ganar mucho dinero.Mientras tanto, los jueces que investigan la quiebra del Banco Ambroslano, están ahora muy interesados en conocer esta nueva historia ya que debido a los Pactos de Letrán, no han podido nunca interrogar al arzobispo Paul Marcinkus, ex presidente del IOR, contra el que firmaron una orden de detención.
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