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Crítica:CINE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Los 'santos' de un tebeo

Hay tal vez una manera, más allá del manual de economía y las loas de los creativos publicitarios a la habilidad para el lanzamiento del producto, de abordar una película como Dick Tracy. Consiste en intentar dilucidar por qué un productor inteligente y di rector mediocre, Warren Beatty, se interesa por ilustrar -nunca mejor dicho- este tebeo y no otro; por qué un hombre que en su trayectoria tras la cámara dio probadas muestras de su capacidad para diluir cualquier argumento fuerte en abundantes baños de sensiblería (como en las películas El cielo puede esperar y Rojos) elige justamente uno de los comics que mejor retratan -que marca el comienzo, en realidad, del tebeo criminal- la violencia de una sociedad en crisis, la de la Depresión de los años treinta en Estados Unidos.La respuesta, no obstante, no resulta fácil. Detrás de Tracy como personaje de comic hay una realidad histórica: a Beatty no le interesa. En Tracy hay un personaje que encarna diversos valores -la sed de justicia, la violencia legal contra el crimen, el uso de la ley como coartada para una venganza-, pero el análisis de éstos tampoco parece importar a Beatty.

Dick Tracy

Director: Warren Beatty. Guión: Jim Cash y Jack Epps, según los personajes del comic original creado por Chester Gould. Fotografía: Vittorio Storaro. Música: Danny Elftnan. Diseño de producción: Richard Sylbert. Estados Unidos, 1990. Intérpretes: Warren Beatty, Charlie Korsino, Al Pacino, Glenne Headly, Madonna, Mandy Patinkin, Dustin Hoffman, Paul Sorvino, James Caan, Dick van Dyke. Estreno en Madrid: cines Aluche, Amaya, Cid Campeador, Florida, Juan de Austria, Novedades, Palacio de la Música.

Colorines

¿Qué diablos le interesa, entonces? ¿Acaso una visión personal del héroe, una valoración del papel del comic como fuente generadora de ficciones con destino a la imagen animada? Tampoco. ¿Entonces? Lo que en realidad le preocupa a Beatty, sospecho, es copiar los santos. Es decir, reproducir las viejas tiras dominicales, con sus brillantes colores, y desentenderse de todo el resto: sólo en el forzar los límites del original para que quepan en la reducida dimensión de una galería un poco monstruosa parece haber algo parecido a una intención de lectura del personaje Tracy.Pero nada más. Es como si Warren Beatty sólo se hubiese preocupado por los dibujos de cada viñeta individualmente considerada, pero no por la sucesión de éstas, y mucho menos por lo que en realidad cuentan. En fin, que sabe mirar, pero no sabe leer.

La imagen de Storaro

En coherencia con esta llamémosla lectura meramente icónica del personaje y su entorno el director estiliza la escenografía, incrementa los colores y la iluminación de sus encuadres (con un notable trabajo de Vittorio Storaro, cuya fotografia, no obstante, es tan obsesivamente perfeccionista que termina imponiéndose al conjunto, justamente lo que no debe hacer una buena fotografía en cine) y lleva los límites de la imagen filinica hasta la frontera misma de su homología con la imagen inanimada del comic escrito, en una pirueta manierista que busca en la brillantez su única legitimación.Y otro tanto hace con los personajes que aparecen en la película, ya de por sí exagerados en la historieta original, pero aquí llevados a los límites de la caricatura.

¿Y qué decir de éstos? Que, una vez más, lo más atractivo de la función son, como en Batman, el villano y sus tics (Al Pacino en su tinta). Que Madonna, el otro gran reclamo publicitario del filme, resulta en éste como en sus conciertos, una mezcla de falsa sofisticación y réplicas barriobajeras ("Traigo helado de plátano, y hay que comérselo antes que se derrita", dice con ademán inductor). Y que el rostro de TracyBeatty tiene la misma elocuencia y donaire que, por ejemplo, el de Schwarzenegger disertando sobre papiros funerarios egipcios. Claro está que, a lo mejor, es sólo un lifting mal resuelto.

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