La ley de las cajas
La negociación política centra la reelección del presidente del Cajamadrid
El próximo 23 de octubre, Cajamadrid celebrará una asamblea general para renovar algo más del 50% de los miembros de su consejo de administración, así como para elegir a su presidente, cargo que desde enero de 1988 ocupa Jaime Terceiro. Las semanas previas a la asamblea están siendo tal vez las más tensas en los ocho últimos años de la vida de la segunda caja de ahorros española. En las anteriores reelecciones de Terceiro (abril de 1990 y abril de 1993), obtener el consenso entre PSOE, PP e IU siempre había sido bastante sencillo. En esta ocasión, alcanzarlo ha requerido un mayor esfuerzo. Y no sólo eso.. El debate político, ha dejado en un segundo término lo más trascendente: ¿Cuál es el estado real de Cajamadrid? ¿Ha sido correcta la gestión de los responsables de la entidad financiera? ¿Es necesario un debate de ese calibre si el equipo gestor ha logrado los objetivos de expansión?Tal vez la opinión más autorizada para arrojar algo de luz a estos interrogantes u otros similares sea la del Banco de España. Sus inspectores acaban de cerrar un acta de inspección rutinaria en el que recomienda una redistribución de dotaciones y advierte un exceso de provisiones que ronda los 40.000 millones de pesetas. El escrito del banco emisor, que se reduce a un comentario de cinco líneas, coincide con la única nota que los auditores remarcan año tras año cuando analizan las cuentas de la entidad: el sobreprovisionamiento, debido a la política conservadora seguida por la caja madrileña desde que Jaime Terceiro ocupa su presidencia. El dictamen de la inspección del Banco de España se ha realizado tras un exhaustivo análisis de las operaciones crediticias de la entidad financiera: todos los créditos mayores de 250 millones de pesetas, la mayor parte de los de entre 100 y 250 y un amplio muestreo de los restantes. En resumen, un informe bueno para los gestores.
Más números. En los datos extraídos de las memorias de CaJamadrid durante el periodo 1987-1994, se observa un fuerte incremento del volumen de negocio, con un incremento del 214,2% de los depósitos de clientes (de 1,08 billones de pesetas a 3,42 billones) y del 253,2% de la inversión crediticia (de 740.324 millones a a 2,61 billones). Esta actividad crediticia está concentrada en el sector privado, con un 95% del crédito vivo, frente al 5% del sector público. En el periodo analizado, la inflación acumulada fue del 46,7%.
El excedente neto de la entidad que preside Jaime Terceiro fue en 1987 de 16.056 millones de pesetas, contra los 44.939 millones con los que cerró el año pasado. Un- alza del 179,9%. Ligeramente inferior (un 104,6%) fue el incremento de los recursos generados, que han pasado de 57.502 millones de pesetas a 117.645 millones. La aportación a la Obra Social ha experimentado el mayor incremento porcentual (362,4%), pues pasó de 2.009 millones en 1987 a 9.290 en 1994.
El reforzamiento de los recursos propios y el aumento de la liquidez son otras dos notas que resaltan en el análisis de los balances comparados de Cajamadrid durante esos años. En los ocho años fotografiados, los recursos propios se han incrementado en un 143,8% y la liquidez prácticamente se ha duplicado.
Pero el gran enemigo del sistema financiero español de los últimos años, la morosidad, también ha hecho mella en Cajamadrid. Su ratio de morosidad ha pasado del 4,6% de los créditos a finales de 1987 al 5,7% en diciembre de 1994, lo que ha sido puesto en evidencia por los críticos a Terceiro, que alegan menor rigor en la concesión de créditos en pro de la expansión. Sin embargo, el dato es inferior al de la media de las diez mayores cajas (6,11%), los diez mayores bancos (5,98-%), el total de los bancos (6,33%), el total de las *cajas (6,69%) y el total de bancos y cajas (6,48%). Además, según apuntan fuentes del sector, la nueva normativa sobre morosidad en función de deuda vencida Y no vencida perjudica artificialmente a las entidades que tienen un balance dominado por los créditos hipotecarios, es decir, principalmente a las cajas de ahorros.
La base de la evolución de todas las partidas del balance de Cajamadrid se encuentra en el plan de expansión acometido desde 1988. Esta estrategia tiene dos ejes: la apertura masiva de oficinas -600 en ocho años- y la creación de la Corporación Financiera.
La expansión territorial ha conllevado la creación de casi 4..000 puestos de trabajo -la plantilla de Cajamadrid sobrepasa las 9.000 personas- y la instalación de prácticamente 1.000 nuevos cajeros automáticos repartidos por toda España. Cajamadrid se convirtió en 1991 en la primera caja que adquiría un banco, el Banco de Crédito y Ahorro, que era filial del BBV. El resultado de esta expansión parece positivo que al término del puesto que al supuesto primer semestre del año, esta zona de desarrollo arrojaba unos beneficios demás de 3.000 millones de pesetas, a pesar de que algunas oficinas aún estén en situación de números rojos.
Por su parte, la Corporación Financiera se constituyó en 1989 con un capital inicial de 5.000 millones, que se han ido ampliando hasta llegar a los 24.000 millones actuales. Al término del año pasado, la Corporación arrojó un excedente bruto de 7.963 millones, lo que supone un 45,1% más que en el ejercicio precedente y un 17,7% del excedente bruto de Cajamadrid durante 1994. La Corporación centra sus actividades en seguros, fondos de inversión, fondos de pensiones e inversiones inmobiliarias, fundamentalmente.
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