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Netanyahu se entrevista con Clinton y asegura que trabajará por la paz

La reunión mantenida ayer en Washington entre el presidente Bill Clinton y el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu en la primera visita de éste último a la capital de EE UU se saldó con una mera declaración de buenas intenciones respecto a los compromisos existentes en el proceso de paz de Oriente Próximo. Netanyahu, dijo a Clinton que su Gobierno "trabajará por la paz". Pero, como se esperaba, no demostró intenciones concretas de reunirse con el líder palestino, Yasir Arafat, pese a que Clinton dijo que un encuentro a este nivel era "indispensable", ni tampoco hizo promesas precisas sobre la retirada del Ejército israelí de Hebrón (Cisjordania).

El primer ministro israelí advirtió que sin seguridad no puede haber paz, y sólo abrió la mano en el momento de declarar que los palestinos en Gaza y Cisjordania "no pueden estar encerrados para siempre".La perspectiva de una relajación en la prohibición de trabajar en Israel impuesta a los palestinos de esa zona se convirtió así en lo más cercano a un compromiso que pudo escucharse en la rueda de prensa ofrecida por Clinton y Netanyahu en la Casa Blanca tras su reunión. El presidente norteamericano dijo que éste era el gesto que le había dado más esperanzas.

Sin embargo, en términos generales la Administración de EE UU parece que por ahora se da por contenta con la idea de que el giro conservador en Israel, si bien no va a mejorar directamente el proceso de paz, al menos no va a empeorarlo.

Ambos líderes aseguraron que las relaciones entre EE UU e Israel son tan sólidas como antes de las elecciones que llevaron al poder a Netanyahu el pasado 29 de mayo, y se despidieron de la rueda de prensa con un abrazo. Pero lo cierto es que Clinton se quedó sin un compromiso sólido por parte de Israel, y dijo que, en el fondo, "nadie puede imponer la paz entre las partes desde el exterior y hay que dejar que la marea de la historia siga su curso".

Con respecto a la posibilidad de patrocinar un nuevo encuentro al máximo nivel en EE UU como el que se celebró en Washington hace tres años entre Arafat y Rabin, Clinton dijo que "no es el momento".

Netanyahu, insistiendo en la idea de "paz con seguridad", afirmó también que estaba "preparado para negociar con [el presidente sirio] Hafez Assad", pero señalando que "el terrorismo y la paz no pueden coexistir". En cuanto a Arafat, se limitó a comentar que "hay contactos continuados con la OLP y extenderemos estos contactos tanto en número como en nivel".

"Si no hay acuerdo, no será por falta de comunicación", dijo Netanyahu. La administración de Bill Clinton, quien personalmente había apoyado al laborista Simón Peres en las pasadas elecciones de Israel, desearía que Netanyahu continuara la política de "paz por territorios".

El líder israelí declaró que su gabinete todavía no, ha diseñado una política concreta sobre los asentamientos, pero que en cualquier caso había enseñado a Clinton unas estadísticas según las cuales "bajo los gobiernos de Shamir y Rabin, los asentamientos aumentaron en un 50%, y no se puede esperar que nosotros hagamos menos que los gobiernos laboristas". "Aprecio mucho la ayuda económica y militar de EE UU a Israel, pero he de decir que no he venido a Washington con una bolsa de regalos bajo el brazo", añadió Netanyahu en otro momento de la comparecencia conjunta, reafirmando a pesar de ello su plan de llevar a Israel hacia una independencia económica más completa. Hoy está previsto que el líder israelí se dirija al Congreso de EE UU para, entre otras cosas, reiterar su agradecimiento por tales ayudas.

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