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El Reino Unido y Francia se abren a que Ucrania use sus misiles en territorio ruso

Starmer y Macron evitan dar una autorización expresa, para evitar la confrontación con Trump. Kiev dispone ya de los Storm Shadow/Scalp, de largo alcance, fabricados por el consorcio europeo MBDA

Keir Starmer y Emmanuel Macron, el 11 de noviembre en París, en la celebración del 106º Aniversario del Armisticio de la Segunda Guerra MundialFoto: LUDOVIC MARIN (EFE) | Vídeo: EPV

Los gobiernos británico y francés se han visto obligados a mantener la coherencia de su discurso y evitar a la vez un enfrentamiento directo con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. Tanto el primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, como el presidente de Francia, Emmanuel Macron, se han felicitado por la decisión de Joe Biden, al frente de la Casa Blanca hasta el 20 de enero, de permitir que Ucrania utilice los misiles estadounidenses ATACMS contra territorio ruso. Además, Macron y, en menor medida Starmer, han dado señales de que están dispuestos a seguir el ejemplo de Biden y aumentar el compromiso militar con Kiev.

El entorno de Trump ha criticado con dureza ese anuncio, aunque él mismo ha evitado cualquier mención expresa al asunto. Londres y París defienden con firmeza que se dote a Kiev de todo lo que necesite para responder duramente a la agresión de Moscú, y poder consolidar así una posición de fuerza ante futuras negociaciones.

En mayo, Macron llegó a declararse abierto a la posibilidad de que el ejército ucranio pudiera lanzar ataques en territorio ruso con los misiles de largo alcance Storm Shadow/Scalp, de fabricación anglo-francesa. “Creo que deberíamos permitirles [a los ucranios] neutralizar las bases militares [rusas] desde donde se disparan los misiles y, básicamente, los emplazamientos militares desde los que se ataca a Ucrania, pero no deberíamos permitir que se alcancen otros objetivos en Rusia”, dijo entonces.

El presidente francés ha sido siempre partidario de mantener el pulso a Rusia y a Vladímir Putin con el envío de armas y el permiso cada más amplio para utilizarlas. El tabú de los ataques en profundidad comenzó a romperse hace algunas semanas entre los consejeros del presidente, que empezaron a hablar de ello sin tapujos. La luz verde de Biden ha sido bien vista en el Elíseo.

“Entiendo que también ha sido provocada [la autorización de Washington] por un cambio profundo en este conflicto, que no debe subestimarse, y es el hecho de que se hayan involucrado tropas norcoreanas junto a Rusia en lo que es territorio europeo”, dijo este lunes Macron en Río de Janeiro, en las horas previas a la celebración de una nueva reunión del G-20.

Macron justificaba así desde el G-20 el aumento de la presión a Rusia por la aparición de nuevos factores inesperados. “La única potencia que está intensificando este conflicto hoy en día es Rusia, al alinear a Corea del Norte a su lado, un país que, como sabemos, es una potencia muy agresiva comprometida con un programa nuclear y con misiles de muy largo alcance. Por lo tanto, se trata verdaderamente de una ruptura en esta guerra que ha llevado a los estadounidenses a tomar esta decisión”, ha señalado.

La posición de Macron siempre ha sido favorable a aumentar la presión bélica en la zona. De hecho, hace algunos meses llegó a insinuar la posibilidad de mandar soldados europeos a territorio ucranio.

“Todo lo que necesite Ucrania”

Starmer ha manejado sus palabras con algo más de prudencia, consciente de que el entorno de Trump ha tenido duras palabras contra la decisión de Biden, y será con ellos con quien tenga que sostener una alianza de defensa durante los próximos cuatro años.

Preguntado expresamente si dará su autorización al presidente ucranio, Volodímir Zelenski, para lanzar los misiles Storm contra posiciones rusas, Starmer se ha escudado en el argumento de que no iba a discutir en público detalles operativos del esfuerzo bélico, pero ha dejado claro su apoyo a un incremento de la ayuda militar y de la capacidad ucrania de respuesta. “Hemos estado al lado de Ucrania desde el comienzo, y estos días he redoblado mi mensaje de que necesitamos asegurar que Ucrania tenga todo lo que necesita durante todo el tiempo que necesite para poder enfrentarse a Putin”, ha dicho Starmer este martes en Río de Janeiro.

El primer ministro británico ha respondido además con especial dureza a las amenazas nucleares vertidas por Putin en las últimas horas: “Llega desde Rusia una retórica irresponsable que no va a frenar en absoluto nuestro apoyo a Ucrania”, ha dicho Starmer. “El modo más rápido de acabar con este conflicto es que Rusia cese su agresión. El más simple y el más rápido”, ha reiterado el líder laborista en declaraciones a la BBC.

Una alta fuente europea ha indicado a EL PAÍS que ya existe un consenso discreto para permitir a Kiev el uso de los misiles.

La voluntad de Londres de seguir los pasos de la Administración estadounidense había sido expresada con mayor claridad horas antes por la secretaria de Estado británica de Defensa, Maria Eagle, que comparecía este lunes en la Cámara de los Comunes para responder a una sesión de preguntas de los partidos de la oposición en torno a la modernización de los sistemas británicos de defensa aérea y antimisiles.

“¿Se alineará el Reino Unido con Estados Unidos, preferiblemente en coordinación con nuestros colegas europeos, pero si es necesario de modo bilateral con EE UU, a la hora de permitir a Ucrania el uso de los sistemas defensivos de misiles que les hemos suministrado como crean conveniente para su propia defensa?”, preguntaba directamente a la secretaria de Estado el diputado conservador Roger Gale. “Absolutamente. Nuestra intención es alinearnos con nuestros aliados para asegurar que Ucrania pueda hacer uso de la capacidad que se le ha ofrecido por todos aquellos que se han comprometido a respaldar a ese país en su lucha”, respondía Eagle.

Tanto Alemania como Italia siguen mostrándose de modo firme en contra de que Kiev utilice las armas que han proporcionado —en el caso de Berlín, los misiles Taurus— fuera del territorio ucranio, en una clara señal de las divisiones surgidas en la UE respecto al respaldo a Ucrania. Tanto la decisión de Biden como la elección de Trump han contribuido a agrandar estas divisiones.

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