Sobornos a las fuerzas de seguridad de Marruecos
La inmigración clandestina de marroquíes sigue siendo, pese al incremento de la procedente de otros países africanos, la más importante. De los 7.741 ilegales detenidos el año pasado en Andalucía 6.701 son de este país. En los dos primeros meses de 1997, la Guardia Civil ha detenido en Andalucía a 768 inmigrantes, de los que 645 son marroquíes. Fuentes oficiales han destacado que "únicamente la acción conjunta de España y Marruecos posibilitará el control de la inmigración ilegal". Pero esta cooperación choca con bastantes problemas. Uno de los principales es, según las anteriores fuentes, que "las fuerzas de seguridad de Marruecos son fácilmente sobornadas, tanto en el tránsito por Marruecos como en el paso clandestino a Melilla".Los datos que maneja Interior indican que algunos inmigrantes de otros países son detenidos durante dos o tres días, pero que después son puestos en libertad y no son expulsados de Marruecos. No obstante, fuentes oficiales han subrayado el "cambio de actitud que se ha observado en las fuerzas de seguridad de Marruecos que vigilan la frontera desde los primeros días de octubre de l996", después de una reunión entre representantes gubernamentales españoles y marroquíes para tratar el problema.
Las autoridades marroquíes se hacen ahora cargo de los inmigrantes clandestinos que les son entregados tras ser detenidos cuando intentan entrar en Melilla, hecho que anteriormente se negaban a hacer. No obstante, según fuentes de la investigación, no se ha logrado que eviten que "los inmigrantes crucen la frontera española".
Desbordamiento
Un informe de Interior alerta de que la proximidad geográfica entre España y Marruecos hace "que los controles extracomunitarios sean desbordados continuamente por los flujos migratorios clandestinos". Se advierte que, en la actualidad, Marruecos es país emisor y receptor de inmigrantes, aunque los que recibe tienen como objetivo llegar a Europa, por lo que "es precisa su cooperación en la articulación de soluciones conjuntas".También se señala que España y Marruecos han tenido "épocas históricas comunes y largos periodos de tolerancia y convivencia, que deberán tenerse en cuenta". "Dichos vínculos deben ser asimismo respetados por las soluciones comunitarias", añade el documento, que advierte que las medidas unilaterales contra la inmigración clandestina "nunca serían completas ni eficaces". Interior es consciente de que la "instauración de medidas policiales de control, por rígidas y exhaustivas que sean", no impedirán la inmigración clandestina, aunque "sí contribuirán bastante a reducir las avalanchas". Según el texto, es necesario combinar las medidas policiales con "soluciones políticas, sociales y económicas" que permitan una "justa y adecuada finalización del problema".
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