GM, Ford y Chrysler se ajustan el cinturón para sortear el parón de la economía de EE UU

Ocho plantas de General Motors en Estados Unidos y Canadá, con 20.000 trabajadores, estarán paradas toda esta semana; otras tres cerrarán las próximas dos semanas, y cuatro más, la que empieza el día 29. Chrysler va a cerrar una semana a lo largo del mes ocho de sus 12 cadenas de montaje en Norteamérica, lo que va a dejar sin trabajo a 30.000 empleados, y Ford ya ha reducido dos veces sus planes de producción para el primer trimestre.

Las cifras récord de ventas globales para 2000 son engañosas. A pesar del incremento de unidades vendidas, los fabricantes norteamericanos perdieron un 2% de mercado, en beneficio de los extranjeros (japoneses, sobre todo, con Toyota y Honda de favoritos; coreanos y europeos). Los fabricantes japoneses y europeos prevén incrementar la producción y las ventas este año. 'Está claro que la industria del motor está en recesión', comenta un analista. 'Lo que no se puede decir es cuánto va a durar'.

Las pérdidas General Motors en diciembre (16% en turismos, 20% en vehículos de carga ligera, 18% en conjunto) consolidaron una pérdida anual del 1%, con 4,8 millones de nuevos vehículos en las carreteras, el 28,1% del mercado estadounidense.

Las cifras de Ford (14,6% en diciembre, 23% en coches, 9% en vehículos de carga) se tradujeron en una caída anual del 0,5%, con 4,01 millones de coches y el 23% de cuota de mercado. Chrysler fue la peor parada (15% en diciembre, 25% en coches, 11% en carga), con una pérdida absoluta en el año del 4,4% y 2,5 millones de vehículos en la calle, para alcanzar el 14,5% del mercado.

Los tres grandes estuvieron produciendo a plena capacidad durante los tres primeros trimestres para dar respuesta a un mercado eufórico que absorbía todo lo que salía. Cuando llegaron la contención, las dudas sobre la economía y los gravosos tipos de interés, el consumo se frenó en seco y los inventarios empezaron a cubrir hectáreas en las fábricas y todos los patios de los concesionarios. No se movía un coche.

Descuentos exagerados

En un intento desesperado, los fabricantes comenzaron a ofrecer descuentos exagerados que a Chrysler no hicieron sino aumentarle los números rojos. Esta situación no ha dejado de dar problemas a la alemana Daimler que la absorbió meses antes. Es probable que sus pérdidas del último trimestre alcancen los 1.250 millones de dólares (218.750 millones de pesetas), a sumar a los 512 negativos del tercer trimestre. El frenazo de ventas 'es más fuerte de lo esperado', dice Jamie Jameson, vicepresidente de ventas de Chrysler.

El sector del automóvil supone el 4% de la economía estadounidense y es capital en el Medio Oeste, en los Estados de Indiana, Michigan y Ohio. Es también un importante termómetro de cómo marcha la economía, con alzas en los momentos de euforia y caídas cuando pintan bastos.

Los analistas descartan que se esté en una crisis y ponen como prueba que los alrededor de 15,5 millones de vehículos de producción media prevista para 2001 están en la horquilla de los años de normalidad. Ven el frenazo como una dosis de realismo que sentará bien a la obesidad productiva del sector. En noviembre, General Motors tenía el equivalente a 104 jornadas de producción de coches sin vender, más que ningún otro fabricante.

Los tres grandes aventuran un primer trimestre para olvidar, pero prevén que los consumidores volverán a animarse con la primavera. Otros expertos lo fían a más largo plazo. 'Tras dos años de ventas récord, hay circulando 35 millones de vehículos nuevos', comenta un analista de la firma Burnham Securities. 'El consumidor estadounindense está un poquito hasta arriba de deuda con los coches tras los dos últimos años'.

Los fabricantes norteamericanos creen que las caídas en los tipos de interés -que podrían llegar hasta un recorte del 2% a lo largo del año, si no hay efectos sensibles antes- tardarán en hacerse notar en los concesionarios de automóviles. En Wall Street, en cambio, fueron instantáneas la pasada semana, con ligeras alzas en el valor bursátil de los tres grandes, cuyo papel había caído en picado en los 12 meses precedentes: el fabricante germano-estadounidense DaimlerChrysler perdió un 46%; General Motors cedió el 28%, y Ford se contrajo un 16%.