Powell prepara un plan para reactivar el proceso de paz en Oriente Próximo
Arafat reclama ante la ONU un "marco internacional" para que ambas partes puedan negociar
Estados Unidos está aprovechando el marco de la Asamblea General de la ONU para intentar reavivar el proceso de paz en Oriente Próximo. El secretario de Estado, Colin Powell, que se entrevistó ayer por separado con el ministro de Asuntos Exteriores israelí, Simón Peres, y el máximo líder palestino, Yasir Arafat, espera presentar dentro de unos días una iniciativa diplomática que resuma los esfuerzos desplegados hasta ahora por su Gobierno para alentar un diálogo entre las dos partes. Powell busca aprovechar la urgencia creada por la crisis en Afganistán para reactivar las negociaciones.
Antes de dar un primer paso, Powell quiere tener todos los flancos cubiertos. Ayer se reunió con los principales padrinos del proceso de paz, Rusia, la ONU y la UE, según confirmaron fuentes diplomáticas. En el encuentro, que se celebró a puerta cerrada en el hotel Waldorf Astoria de Nueva York, estaban presentes el ministro de Exteriores ruso, Igor Ivanov, el representante de la UE Javier Solana, y el Secretario General de la ONU, Kofi Annan.
Durante la reunión, Powell reiteró la necesidad de aplicar la tregua propuesta por el ex senador estadounidense George Mitchell en abril y atajar cuanto antes la violencia en la zona. La administración norteamericana, que hasta ahora se había desentendido del tema, sabe que ya no puede evitar intervenir en Oriente Próximo. Permitiría dejar sin argumentos a Osama Bin Laden, que ha invocado la causa palestina para justificar sus ataques, ganarse el apoyo de los países árabes y evitar un segundo frente de conflicto en la zona.
EE UU está elaborando las bases de una nueva iniciativa diplomática en la zona que incluiría el apoyo oficial a la creación de un Estado palestino. "No creo que por el momento se trate de un plan detallado, sino más bien de una declaración sobre las posturas de Washington", dijo Peres a la televisión israelí.
Powell también habló de esta iniciativa con los ministros de Asuntos Exteriores de la UE con los que siguen existiendo ciertas diferencias sobre cómo abordar una solución negociada en Oriente Próximo. El jefe de la diplomacia española, Josep Piqué, aseguró que la "discrepancia más importante" radica en la exigencia de EE UU de que cese la violencia antes de poder aplicar el plan Mitchell.
Para la UE, este tipo de requisitos previos "puede entorpecer la puesta en marcha del proceso de paz". Powell también agradeció a los Quince su apoyo económico a los territorios palestinos, algo fundamental para "restablecer una mínima confianza entre las partes".
Los esfuerzos diplomáticos que EE UU se han visto entorpecidos por la negativa del presidente George Bush a entrevistarse, o simplemente verse, con el líder palestino Yasir Arafat, lo que ha creado un profundo malestar entre los países árabes. Según informó ayer la Consejera de Bush en temas de Seguridad, Condoleezza Rice, los dos mandatarios mantuvieron una conversación telefónica. Bush tiene serios reparos en dejarse fotografiar con Arafat porque estima que no actúa con bastante firmeza contra los extremistas islámicos de Hamás y Hezbolá.
Para compensar el desplante, Powell se entrevistó ayer con Arafat. No fue suficiente para calmar el enfado del palestino por la desconfianza de los norteamericanos. Ya no estaba acostumbrado a este trato. Durante la presidencia de Bill Clinton se había convertido en un habitual de la Casa Blanca.
Durante su intervención ante Naciones Unidas, el presidente de la Autoridad Palestina culpó en términos muy duros a los israelíes de los recientes enfrentamientos, acusándolos de fomentar "terrorismo de Estado". No fue un discurso muy conciliador.
Arafat resaltó que la situación es muy difícil y que la vuelta a la negociación exigirá "una gran imaginación política". Y pidió a la comunidad internacional que "introduzca un marco global para una solución permanente que, basado en la legalidad internacional, permita a las dos partes negociar". Arafat agradeció a Bush por mencionar expresamente la existencia de Palestina ante la ONU. Bush reiteró el sábado su apoyo a la creación de un Estado palestino: "Esperamos ver el día en que dos Estados [Israel y Palestina] puedan coexistir pacíficamente dentro de unas fronteras seguras y reconocidas, como consta en las resoluciones del Consejo de Seguridad
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