Bush lanza de nuevo advertencias contra Irán

La cumbre anual entre EE UU y la Unión Europea quedó reducida casi enteramente a un pacto contra el terrorismo internacional y a un listado de enemigos comunes. Bush pidió a sus invitados europeos más rigor y más entrega en la lucha contra los grupos extremistas islámicos y nombró nuevamente a los dos otros vértices de su "eje del mal", Corea del Norte e Irán, con un lenguaje que se quedó a sólo un paso de la amenaza.

Bush llevó a su terreno a Romano Prodi, presidente de la Comisión Europea, y al primer ministro griego, Costas Simitis, invitados en la Casa Blanca para la cumbre transatlántica. Todos, en sus declaraciones separadas, pidieron a Irán que "cumpla sus promesas" y permita la verificación de su situación nuclear. "Y si no lo hacen...", advirtió Bush en un momento de la rueda de prensa, "nos enfrentaremos a esa situación". En ningún momento mencionó la opción militar pero su discurso estaba claramente endurecido para la ocasión. Bush mencionó también a Corea del Norte entre los países que, según él, ponen en peligro la estabilidad internacional por sus ambiciones armamentísticas.

La cumbre fue, en todo caso, una ceremonia de reconciliación entre dos continentes enfrentados por posturas antagónicas sobre la guerra contra Irak. "Cuando Estados Unidos y Europa están unidos, ningún problema y ningún enemigo puede hacernos frente", dijo Prodi, "pero si no estamos unidos cualquier problema puede convertirse en una crisis y cualquier enemigo en un monstruo gigantesco".

"Muchos han dicho que Europa es demasiado vieja", recordó Prodi en referencia directa al jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld. Pero acusó cordialmente a EE UU de ser "demasiado joven" y sugirió que la unión entre ambos es la fórmula correcta. "Puede que seamos viejos", dijo Prodi, "pero eso nos ayuda a comprender nuestras fortalezas y nuestras debilidades".