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Seis soldados de EE UU mueren al caer otro helicóptero en Irak

Varios militares admitieron que el aparato podía haber sido alcanzado con una granada

Ángeles Espinosa

Otros seis soldados estadounidenses murieron ayer al caer el helicóptero en el que viajaban en las proximidades de Tikrit, la región natal de Sadam Husein, a 180 kilómetros al norte de Bagdad. Aunque los portavoces oficiales evitaron pronunciarse sobre las causas, varios militares, entre ellos un teniente coronel, admitieron que el aparato, un Black Hawk, había sido probablemente atacado con una granada RPG. De confirmarse el derribo, sería el segundo en menos de una semana y subrayaría que los insurgentes iraquíes han convertido los helicópteros en objetivo. Dos soldados más perdieron la vida en sendos ataques en Mosul.

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"Seis soldados se encontraban a bordo y todos ellos han resultado muertos", informó al final de la mañana la comandante Josslyn Aberle, portavoz de la Cuarta División de Infantería. Este cuerpo del Ejército es el responsable de la región de Tikrit, el vértice norte del llamado triángulo suní, donde el rechazo a la presencia de las fuerzas ocupantes es más abierto y se concentran la mayoría de las acciones en su contra. Aunque Aberle mantuvo la versión difundida desde el primer momento de que el Black Hawk, un helicóptero de combate con capacidad para 15 personas, se había visto "forzado a descender", el teniente coronel Steve Russell, un comandante de esta división, reconoció que había sido abatido. "Fue alcanzado por algo lanzado desde tierra", señaló.

El aparato cayó sobre una lengua de tierra en medio del Tigris, justo enfrente del palacio de Sadam en el que la Cuarta División ha establecido su cuartel general. La espesa vegetación no permitía ver los restos, aunque una columna de humo señalaba el lugar del impacto mientras varios helicópteros Apache lo sobrevolaban en busca de pistas. Los habitantes de la zona no escondieron su satisfacción a la cadena de televisión árabe Al Yazira. Varios de ellos aseguraron incluso que el derribo había sido obra de un misil tierra-aire. Los soldados de la base cercana consideraban más probable que se hubiera usado un lanzagranadas.

Sendas granadas echaron abajo un Black Hawk el 25 de octubre en Tikrit y un Apache el 12 de junio en el desierto occidental sin causar víctimas mortales. Sin embargo, ayer se filtró que el Chinook derribado el pasado domingo en las cercanías de Faluya resultó alcanzado por un misil tipo Strela. Fuentes militares estadounidenses admitieron que el aparato recibió un segundo aviso de que se aproximaba un misil (el primero había logrado esquivarlo), lanzó bengalas para despistar al sensor de búsqueda de calor del cohete, pero no lo logró y resultó alcanzado en el costado derecho. Murieron 16 de sus ocupantes y resultaron heridos otros 26, el ataque más mortífero desde el inicio de la guerra.

Disparos y explosivos caseros

Hace un par de meses los ataques de la resistencia consistían en disparos contra los soldados, explosivos caseros contra las patrullas o coches bomba contra objetivos civiles", explica un analista militar; "desde entonces han añadido armas de largo alcance como los morteros y los misiles, cuya prevención plantea muchas más dificultades a los jefes militares". En efecto, ante proyectiles con un alcance de entre cuatro y siete kilómetros, los muros de cemento y las barricadas tras las que se parapetan los ocupantes no ofrecen protección.

Parece evidente que los insurgentes se están volviendo cada vez más atrevidos y que utilizan armas más pesadas. Sin embargo, los observadores también critican a EE UU. "Ni siquiera al más novato se le ocurre hacer pasar el pasillo aéreo de un helicóptero por las proximidades de Faluya", manifiesta un oficial de alto rango.

De los más de 250 soldados que EE UU ha perdido en combate desde el inicio de la guerra, casi 150 han muerto desde que su presidente dio por terminada la gran batalla el pasado 1 de mayo. Los últimos, ayer en Mosul, 350 kilómetros al norte de Bagdad. A primera hora de la mañana, los insurgentes emboscaron a un convoy al este de esa ciudad. Un soldado resultó muerto y siete heridos. Una bomba de fabricación casera había matado a otro uniformado la víspera. El reciente aumento de los ataques en Mosul, la tercera ciudad de Irak, hace temer que la resistencia se está extendiendo más allá del triángulo suní.

Precisamente ayer varios cientos de suníes radicales protestaron frente a la sede de la Autoridad Provisional de la Coalición, en el centro de Bagdad, por la detención de varios de sus clérigos en los dos últimos meses. "Estados Unidos es el enemigo de Dios" y "Su Ejército será barrido del mapa", coreaban los manifestantes. Desde la caída del régimen anterior, los chiíes (un 60% de la población de Irak) se han hecho con el control de numerosas mezquitas y su avance ha asustado a la minoría suní, algunos de cuyos predicadores han adoptado un tono excesivamente combativo contra la presencia de las tropas extranjeras.

Un blindado del Ejército estadounidense recupera los restos del helicóptero Black Hawk, ayer, cerca de Tikrit.
Un blindado del Ejército estadounidense recupera los restos del helicóptero Black Hawk, ayer, cerca de Tikrit.REUTERS

A la caza de Sadam y Bin Laden

Los militares estadounidenses han creado una unidad secreta, la Fuerza de Tareas 121, dedicada a la cacería de Sadam Husein y Osama Bin Laden en toda la región bajo el Mando Central, según informó ayer el diario The New York Times. El periódico, que citó como fuente de su información a funcionarios del Pentágono y oficiales militares, indicó que la nueva unidad fue creada por el jefe del Mando Central, general John Abizaid. El Mando Central es la provincia militar del Pentágono que cubre desde el este de África a Oriente Próximo, el Golfo y el sur de Asia.

Durante el verano pasado, Abizaid decidió desmantelar dos misiones de las fuerzas de operaciones especiales, la Unidad 5 en Afganistán y la Unidad 20 en Irak. "Los oficiales militares dijeron que a la nueva fuerza se le ha asignado una misión regional más amplia", agregó.

El diario sostuvo que la nueva fuerza "se ha convertido en una de las operaciones más secretas y más observadas del Pentágono". "Muchos aspectos de esta unidad, que está bajo el mando de un general de brigada de la fuerza aérea, se mantienen en secreto", señaló el diario. Agregó que "los funcionarios del Pentágono rehusaron hablar sobre las reglas bajo las que opera la nueva fuerza, o si pedirá permiso de un Gobierno extranjero para operar en su territorio".

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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