Cuando los famosos no tenían pies de barro
"Querido señor: le agradecería que me dijera qué es el Tiempo, qué es el alma y qué es el firmamento". "¿Se considera usted un genio? Mis hermanos y yo hemos tenido una discusión sobre ello?". "No le he escrito antes porque no sabía que usted vivía todavía". "Tengo un amigo que dice que todos los genios se vuelven locos y que usted se volverá loco antes de un año. Por favor, deme su opinión sobre este asunto (tanto si pierde su valiosa cabeza como si no)". Y, por si fuera poco, Einstein les contestaba. No están todas las respuestas en este libro, porque muchas de ellas se han perdido o no se sabe con certeza si el físico alemán llegó a escribirlas, pero las que hay, todas de su puño y letra, apuntalan la fama de socarrón y amable del científico más famoso del siglo XX.
QUERIDO PROFESOR EINSTEIN
Correspondencia entre Albert Einstein y los niños
Edición de Alice Calaprice
Prólogo de Evelyb Einstein
Gedisa. Barcelona, 2003
205 páginas. 11,90 euros
La popularidad de Albert Einstein era tal que más de un niño asegura que pensaba que estaba ya muerto o que "lo había confundido con Isaac Newton o con otro". El físico, tras disculparse "por estar todavía entre los vivos. Aunque, bueno, esto se remediará tarde o temprano", explica el estado curvo y anima a la remitente, Tyfanny, de Suráfrica, a seguir con sus investigaciones astronómicas, que consistían en mirar al cielo escapándose del dormitorio, sin que "sean nunca descubiertas por los ojos y oídos de la dirección del colegio. Ésta es la actitud que adopta la mayoría de los ciudadanos hacia su Gobierno, y creo que está bien así".
Antes de llegar a esta segunda
parte del libro, formada por las cartas de los niños y las respuestas, figura en él un prólogo de Evelyn Einstein en el que recuerda a un abuelo que "nunca me hacía callar ni me intimidaba, ni siquiera cuando tenía cinco años". Junto a ello hay una cronología y una biografía resumida escrita por Alice Calaprice, un breve ensayo de Robert Schulmann sobre La pedagogía de Einstein y un álbum fotográfico en el que se pueden encontrar algunas imágenes poco habituales del físico.
Además de su actividad científica, Einstein tuvo una presencia social muy importante, lo que hizo de él el icono más representativo de la ciencia del siglo XX, al menos hasta la llegada de la doble hélice de ADN. Su importancia científica no se debe sólo a que ganara el Premio Nobel de Física en 1921 por su trabajo sobre el efecto fotoeléctrico, sino, sobre todo, a las dos teorías de la relatividad, general y especial, y a la teoría del movimiento browniano, cada una de las cuales es, posiblemente, capaz de hacer pasar a la historia a su creador.
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