Puerta, en estado crítico
Los médicos advierten del "sufrimiento cerebral" del sevillista a causa de sus paradas cardiacas
Los médicos que atienden al futbolista Antonio Puerta en el hospital Virgen del Rocío, de Sevilla, sostienen en su último comunicado -diario desde su ingreso en el centro-, el pasado sábado por la noche tras desvanecerse durante el partido Sevilla-Getafe, que consideran "crítica" su situación.
El parte ofrecido en la mañana de ayer aporta datos sombríos: "Necesita ventilación mecánica y sedación como consecuencia de una parada cardiaca prolongada. La parada cardiaca ha sido causada por episodios repetidos de arritmias ventriculares graves. En este momento, las arritmias ventriculares están controladas con el tratamiento instaurado".
El breve análisis de los médicos sobre la salud del jugador del Sevilla, de 22 años, se adentra por primera vez en las posibles consecuencias para el paciente si sobrevive. Así, en la nota se advierte también de que la parada cardiaca prolongada ha supuesto de manera inevitable "sufrimiento cerebral". La falta de riego sanguíneo más allá del par de minutos suele traducirse en alteraciones motrices o intelectuales. Sin embargo, a pesar de avisar de esa posibilidad, los médicos no dan por hecho el mal. "Se necesitan más días para conocer si la recuperación puede ser total o si quedarán secuelas", aseguran.
Lo único que se puede decir de la situación de Puerta es que no empeora. No obstante, se ha cambiado el pronóstico de "muy grave" a "estado crítico".
Mientras el joven futbolista lucha por su vida en el hospital sevillano, el equipo aterrizó después del mediodía en Atenas. El Sevilla se enfrenta esta noche al AEK en el partido de vuelta de la fase previa de la Liga de Campeones, al que llega con una ventaja que parece más que suficiente (2-0) para solventar la eliminatoria.
Además, el equipo tiene previsto viajar directamente de Atenas a Mónaco, donde el próximo viernes disputará al campeón de la Champions, el Milan, la Supercopa de Europa, título que defiende. Una semana que nadie habría soñado hace unos meses y que nadie disfruta desde que Puerta se desplomó sobre el césped del estadio Sánchez Pizjuán hace cuatro días en el primer encuentro liguero.
Los viajes del Sevilla suelen ser una fiesta por la que corren kilos de jamón y lomo de pata negra y vinos de los mejores orígenes y cosechas. Ayer, en las cerca de cuatro horas de vuelo a través del Mediterráneo, nadie brindó ni festejó. El Sevilla es en estos momentos un grupo humano roto por el dolor. Puerta, aparte de ser un magnífico futbolista, es uno de los mejores canteranos de los muchos que ha dado el club en los últimos años.
Para evitar rumores, la plantilla recibe la información sobre el estado de su compañero a través del galeno del equipo, quien, a su vez, la obtiene del jefe de los servicios médicos, Juan Ribas, catedrático de Fisiología de la Universidad de Sevilla. Poco antes de subirse al autobús en el aeropuerto de Atenas, Muñoz reunió en corrillo a Juande Ramos, Antonio Álvarez, Monchi; Pablo Alfaro y Paco Leal para ponerles al tanto del estado del futbolista.
Como días atrás, el entrenador pareció de los más afectados. Su rostro cetrino no suelta la mueca de dolor que le acompaña desde que conoció la grave noticia nada más acabar el partido contra el cuadro de Michael Laudrup. Ayer, en su comparecencia ante la prensa previa al enfrentamiento con el AEK, recalcó lo extraño de este duelo futbolístico, al que ambos equipos llegan muy tocados anímicamente.
Lo primero que hizo el entrenador sevillista fue dar el pésame a los familiares de los fallecidos en la cadena de incendios en Grecia. Juande también aseguró estar más preocupado por el bajón moral de sus jugadores que por el cansancio que hayan podido acumular en este mes repleto de partidos.
Los futbolistas del Sevilla no sólo están muy impactados por lo sucedido a su compañero. También les preocupa su propia salud después de ver cómo Puerta estuvo a punto de morir mientras hacía el trabajo que ellos hacen.
Kepa, ex sevillista y amigo de Puerta, recordaba ayer el suceso, que, en principio, pareció un incidente sin más y que después se perfiló como el prólogo de una tragedia. El delantero del Getafe recordó el desmayo de Puerta cuando el Sevilla, flamante campeón de la Copa de la UEFA de 2006, disputaba el partido de celebración del centenario del Badajoz. "Estábamos bajando las escaleras del vestuario", dijo; "iba detrás de él y, al igual que el otro día, se desplomó de repente. Cuando llegó abajo, empezó a sufrir convulsiones".
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