Premio a una edición de fábula
El Caballero de la Blanca Luna gana el galardón al libro mejor editado
"Allá en tiempo de entónces, y en tierras mui remotas, quando hablaban los Brutos, su cierta jerigonza...". Así comienza la fábula El elefante y otros animales, el primero de los relatos incluidos en Fábulas literarias, de Tomás de Iriarte, en la edición publicada en 1805. Ahora, dos siglos después, quizá en su edición más bella, con ilustraciones de María Balibrea y Xus Bueno, el volumen vuelve a ver la luz. Y con galardón. El primer libro que ha producido la editorial El Caballero de la Blanca Luna acaba de obtener el primer premio del Ministerio de Cultura al libro de bibliofilia mejor editado.
El responsable de la editorial, Vicente Chambó, de 46 años, unos cuantos de ellos de experiencia en empresas especializadas en editar valiosos volúmenes con ilustraciones de autores consagrados, se planteó hace años "que había que hacer algo con los grandes valores emergentes", artistas jóvenes que podrían ayudarle en su "busca del libro tesoro". Y en principio pensó que el aniversario del Quijote era una buena ocasión. "Quería hacer una primera edición del Quijote, pero salía por más de 3.000 euros", explica. Y aunque no salió, sí que organizó en 2006 una muestra con cuadros de una veintena de artistas sobre las andanzas del ilustre caballero, que coincidió en tiempo y espacio con la de las serigrafías del Quijote que sí que editó con tipografía móvil para el centenario Antonio Alcaraz, profesor de la Universidad Politécnica de Valencia. Allí surgieron una amistad y una fructífera colaboración entre Chambó y Alcaraz, director técnico de las Fábulas literarias.
"Iriarte es un autor ilustrado traducido al francés, al inglés y al alemán"
"Alcaraz ha hecho un trabajo interesantísimo de recuperación de la impresión con tipos móviles", explica Chambó. Ya solo faltaba seleccionar el libro a editar. Y como estas fechas coinciden con el aniversario de la Guerra de la Independencia, pensaron en los tiempos de la Ilustración, malograda en España por la aversión a los franceses tras la invasión. "Si no hubiera llegado el lastre de Fernando VII que todavía hoy llevamos a cuestas"... se lamenta Chambó, para el que antes de la invasión napoleónica, ya había movimientos ilustrados en España, y el fabulista es para él uno de los mejores ejemplos. "Iriarte es un autor ilustrado que se traduce al francés, al inglés y al alemán", explica, "y él incluso había traducido a Voltaire". Y cuenta que las Fábulas literarias, con sus bestias animadas, eran de hecho una crítica a los escritores de la época.
La edición premiada, con una tirada de 100 ejemplares "venales" (para la venta) y otros 25 para artistas y colaboradores, incluye en cada volumen 14 serigrafías numeradas, siete de Balibrea (Alicante, 1978) y siete de Bueno (Valencia, 1976). Algunas de ellas con impresiones separadas de hasta 14 colores y una incluso coloreada a mano al final. Chambó no olvida la ayuda del profesor de la Universitat de València Germán Ramírez Alerón, del encuadernador Salvador Mut ni del maestro tipógrafo Antonio Navarro.
El premio ayudará a la editorial a vender más rápido una corta edición que quizá hubiera tardado un par de años en agotarse. Pero lo que es seguro es que a Chambó le da energías para acometer su segundo proyecto: un volumen de cuentos y fábulas tibetanas tradicionales, aquellos que él devoraba de pequeño y ahora lee a sus hijas en una edición de 1939 de Araluce. El resultado final seguro que será un libro para leer y mirar muchas veces y no como "los de cartón fingidos" que atesoraba en su biblioteca El ricote erudito de la fábula con la que Iriarte cerró su recopilatorio de 67.
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