La OTAN enfría las relaciones con Rusia
EE UU advierte a Moscú que no le dejará "trazar una nueva línea en Europa"
Los ministros de Exteriores de los 26 países miembros de la OTAN decidieron ayer en Bruselas enfriar las relaciones de la Alianza Atlántica con Rusia hasta que retire completamente sus tropas de Georgia. En una reunión extraordinaria convocada a raíz de la crisis georgiana, los aliados advirtieron a Moscú de que "las cosas no pueden seguir como hasta ahora" en sus relaciones si el Kremlin no cumple con los compromisos asumidos firmando el plan de paz impulsado por la presidencia francesa de turno de la UE.
Las advertencias contenidas en la declaración conjunta de Bruselas no fueron especificadas en ninguna medida concreta. El secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Schaffer, precisó sin embargo que en las actuales circunstancias son "inconcebibles a cualquier nivel" reuniones del consejo OTAN-Rusia, el principal marco de relación bilateral, instituido en 2002. De Hoop Schaffer incidió en que eso no significa que la Alianza tenga "intención de cerrar todas las puertas en las comunicaciones con Rusia".
Los 26 aliados decidieron también instituir un consejo OTAN-Georgia para profundizar las relaciones con Tbilisi, sin que ello implique una aceleración en el proceso de integración del país caucásico en la Alianza.
Serguei Lavrov, ministro de Exteriores ruso, criticó las resoluciones, acusando a la OTAN de ofrecer soporte al "régimen criminal" de Tbilisi y de intentar convertir a los agresores en víctimas. "Desde luego habrá cambios de calidad y cantidad en nuestra cooperación con la OTAN", dijo Dmitri Rogozin, embajador ruso ante la organización de seguridad. Las autoridades rusas aseguraron que la retirada ya ha empezado. La OTAN y el Pentágono, por su parte, cuestionaron esta afirmación.
"La decisión de Bruselas es inevitablemente un compromiso entre la posición de países como Francia, Alemania e Italia -más propensos a cultivar el diálogo con Moscú- y la de Estados Unidos y varios gobiernos de Europa del este, impulsores de una línea más dura", comentó en una conversación telefónica desde Londres Andrew Wilson, analista del think tank European Council on Foreign Relations. "La sensación es que el foco de la reunión esté más en evitar divisiones internas que en solucionar el problema", añadió.
Condoleezza Rice, secretaria de Estado de Estados Unidos, advirtió a Moscú de que la OTAN no permitirá que "trace una nueva línea" en Europa, entre países ya integrados en la estructura de seguridad y los que están fuera. Sin embargo, muchos analistas coinciden en que las operaciones del Kremlin en Georgia han logrado obstaculizar sustancialmente el camino del país caucásico hacia la Alianza.
"Hay una minoría de países que actualmente ve reforzadas las motivaciones para integrar a Georgia. Pero creo que la crisis actual ha empujado el grupo mayoritario más cerca de la negativa. La perspectiva de integración de Georgia ha disminuido", opina Wilson. ¿Con qué fronteras entraría Georgia en la Alianza?, se preguntan los analistas.
Rice, en todo caso, aclaró que la Alianza mantiene sus compromisos con Tbilisi en su deseo de integrarse en la OTAN.
Más allá de las líneas de división externa que Moscú pretendería trazar en Europa, la reunión de ayer ofreció una nueva perspectiva de la línea de división habitual interna en la OTAN. La posición del Reino Unido -normalmente muy alineada con la estadounidense- pareció acercarse ayer más a la alemana y francesa. "No creo que aislar a Rusia sea la respuesta correcta a sus transgresiones", dijo el ministro británico de Exteriores, David Miliband, poco antes de la reunión en Bruselas.
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