El consejero delegado de Cellnex, Tobías Martínez: “El teletrabajo ha venido para quedarse”
El VIII Foro del Consejero arranca con una reflexión sobre el impacto del coronavirus en las empresas
La respuesta a la covid-19 desde el consejo. El profesor Franz Heukamp, del IESE, lo dejó claro desde el principio: “Era evidente que el título del foro tenía que ser este”. La pandemia ha trastocado las rutinas de los consejos de administración de las principales empresas, que han tenido que reunirse de manera telemática durante los últimos meses, y también algunos de sus planes, debido a la excepcional crisis económica desencadenada por el coronavirus. En ese contexto, Tobías Martínez Gimeno, consejero delegado de la empresa de telecomunicaciones Cellnex, tampoco tiene dudas: “El teletrabajo ha venido para quedarse”. La VIII edición del Foro del Consejero, organizada, un año más, por KPMG, IESE Business School y PRISA —el grupo editor de este diario— ha comenzado este martes por videoconferencia. No podía ser de otra manera.
El encuentro, que contó con la colaboración del AON y Gobertia, está marcado este año por una realidad muy concreta que los invitados no han rehuido. Todo lo contrario. En sus conversaciones con Miguel Jiménez, director de Cinco Días y subdirector del área de Economía y Trabajo de EL PAÍS, tanto Martínez Gimeno como José Antonio Álvarez, vicepresidente y consejero delegado de Banco Santander, han hablado claro sobre el impacto del coronavirus en sus empresas. Además de reconocer el extraordinario esfuerza de adaptación que han tenido que afrontar en el corto plazo, ambos han coincidido en que la crisis puede ser una oportunidad para acelerar algunas transformaciones que ya asomaban en los últimos años.
La primera de ellas es el teletrabajo. Una dinámica que ha transformado por completo las reuniones de los consejos de administración, que ahora hay que preparar más y organizar mejor ante la ausencia del imprescindible contacto personal como consecuencia de la pandemia. Y que, sobre todo, ha alumbrado una nueva realidad para muchísimos empleados, que han tenido que desarrollar sus tareas desde casa. Martínez Gimeno lo tiene claro: esta forma de trabajar “ha venido para quedarse”. Y no en detrimento de las relaciones sociales dentro de la empresa, sino todo lo contrario: “La cohesión interna en esta crisis me ha sorprendido. Hemos aprendido mucho”. El ejecutivo de Cellnex también ha reivindicado la labor de los operarios que tuvieron que salir a la calle para mantener la red de telecomunicaciones durante unos días de sobrecarga que, sin embargo, se solventaron sin problemas destacados en la red.
Las empresas de telecomunicaciones han aguantado mucho mejor que otras el confinamiento y pueden ser unas de las grandes beneficiadas de este cambio de mentalidad. De momento, Martínez Gimeno ha confirmado que su compañía mantiene los planes de inversión que tenía a largo plazo en los ocho países en los que opera: “Nuestros inversores ya están mirando al día después. Sería un error autolimitarnos y agravar la situación por un miedo escénico”.
La realidad de la banca es muy diferente, pero Álvarez respira tranquilo. El Santander culminó con éxito una difícil operación para que 110.000 empleados trabajasen desde casa, porque ya contaba con un programa de conciliación familiar muy desarrollado. Se preservó la salud en los días críticos, y ahora toca asegurar la actividad: “Sin salud no hablamos de negocio. Lo primero es cuidar a los trabajadores”, ha explicado.
El principal banco español mantiene abierto el 70% de sus oficinas desde que se declaró el estado de alarma, a mediados de marzo, y ha reforzado los servicios electrónicos con un éxito inesperado. Aquí también se aprecia un cambio de paradigma. “Ha habido un salto en el uso de medios digitales por colectivos poco propensos a utilizarlos. Es más sencillo y eficiente de lo que muchos pensaban”, ha argumentado Álvarez, en referencia a las personas de mayor edad. Preguntado sobre si esto puede suponer un nuevo cierre masivo de oficinas, como recomienda Funcas —la fundación de las antiguas cajas de ahorros—, el consejero delegado de Santander no se ha mojado: “Los tiempos los marcan los clientes”.
La salida de la crisis
De momento, el coronavirus es el que ha llevado el timing de la crisis. Pero para que la recuperación se consolide sin riesgos sistémicos hacen falta unas políticas públicas bien diseñadas. Ni Álvarez, ni nadie, sabe qué tipo de salida tendremos —en forma de L, V, W… las famosas letras del abecedario de la recuperación—, aunque el directivo sí tiene claro cuáles son las medidas que se deben tomar para aumentar las posibilidades de éxito: asegurar las rentas en el corto plazo, como ya se está haciendo, y “prevenir la mortalidad de empresas” en el largo.
España goza de menos músculo fiscal que otros Estados europeos para acometer grandes rescates, pero el consejero delegado del primer banco español se refiere sobre todo a las pymes, claves en el tejido empresarial del país y en el modelo de negocio del Santander. “Esta crisis sanitaria se podría haber convertido en una crisis de dificultades crediticias, por eso había que actuar de forma rápida”, reflexiona Álvarez. Esta vez las autoridades europeas sí han estado a la altura.
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