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Antonio Garamendi: “La política está muy radicalizada. A España le falta moderación”

El presidente de CEOE asegura que la economía española no se puede permitir un nuevo confinamiento y defiende la inversión en rastreadores

Manuel V. Gómez
Antonio Garamendi, presidente de CEOE, en enero de 2019.
Antonio Garamendi, presidente de CEOE, en enero de 2019.Jaime Villanueva

A los empresarios les preocupa que España tenga que volver a confinarse como en primavera. Su presidente, Antonio Garamendi, sabe que la prioridad es la salud, pero cree que la economía española no se podría permitir otro parón como el de la primavera pasada. De ahí que confíe mucho en una puesta en marcha rápida de la app Radar Covid, desarrollada por el Ministerio de Economía y Agenda Digital, y pida más recursos para rastrear los brotes. Desde su casa en Bilbao, donde ha pasado buena parte del confinamiento y el verano, responde por videoconferencia antes de salir de viaje unos días.

Garamendi, probablemente junto con la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, una de las figuras del mundo socioeconómico que más ha crecido en estos meses de pandemia, se confiesa muy preocupado. Y, sin perder el buen humor ni su cordialidad habitual, pide al Gobierno central y a los autonómicos más coordinación y respuestas rápidas.

Pregunta. ¿Qué va a pasar con la economía a la vuelta del verano?

Respuesta. Me encantaría tener una varita mágica para decirlo. Los empresarios estamos preocupados, aunque tenemos que ver las cosas con ilusión para seguir trabajando. Ayer mismo [por el jueves] sacamos una nota diciendo que nos preocupa mucho que se repita lo que hemos tenido que pasar en marzo y abril. Las personas son lo primero, pero la economía sufriría de una forma brutal. Por eso vamos a plantear a los sindicatos trabajar en estas app dentro de las empresas, con respeto a la intimidad, y ver cómo somos capaces de gestionar en un momento dado qué gente se ha contagiado. Y ahí hacemos un llamamiento al Estado, a las comunidades autónomas a que se pongan en marcha. Ha salido una app, pero parece que todavía faltan permisos, protocolos. Queremos ir más lejos dentro de las empresas, empezando por las que tienen servicio médico para que esto no se pare. España no se puede parar.

P. ¿No se puede permitir España otro confinamiento?

R. Creo que la economía española no se lo puede permitir. Por eso hay que dejarse de partidismos y actuar todos juntos…, por ejemplo, en el caso de las app, hay que ver cómo se gestiona una mucho más potente, con seguimientos intensos; además, son menos invasivas en lo personal que muchas aplicaciones habituales. Otro tema. Se sabe que tiene que haber más rastreadores. Lo están diciendo los sanitarios.

P. ¿Han fallado en esto último la Administración central y las comunidades? Teniendo en cuenta que si ayudan a controlar más la pandemia y a evitar restricciones posteriores, ¿se puede decir que invertir en rastreadores es invertir en la economía?

R. Para mí, lo es. Invertir en rastreadores es invertir en la economía, porque todo lo que sea protección y seguridad es lo que necesita la economía.

P. ¿Hasta cuándo se deben prorrogar los ERTE?

R. Los ERTE son una herramienta que han sido, son y serán importantes para proteger a las empresas, que son las que gestionan el empleo. Me parece sorprendente que en agosto hablemos de qué negociación hay que hacer cuando [en CEOE] dijimos que tenían que ir a diciembre. Estaba cantado. Lo que tienen que decir es cuánto dinero hay y hasta cuando llegan, porque negociado ya está. Y otra cosa: pensamos que hay que financiar a las empresas que están cerradas [en referencia a las mayores exoneraciones en la cotización de trabajadores recuperados de los ERTE], a la gente que está fuera.

P. ¿Entonces qué le parece que el Banco de España pida ayudas selectivas y dejar caer a empresas y sectores zombi?

R. Hay que ayudar a las empresas y personas que están sufriendo por la covid. Creo que hoy por hoy estamos en el tema genérico y es difícil separar.

P. ¿Por qué ha sido más fácil llegar a acuerdos entre empresarios, sindicatos y un Gobierno en el que hay ministros del PCE de lo que lo está siendo en el terreno político? Usted habla con todos los partidos, ¿por qué no es eso posible en el parlamento?

R. Sindicatos y empresarios llevamos hablando 40 años. Tenemos posiciones muy distintas, y en muchos campos muy alejadas. A pesar de las diferencias, siempre seguimos sentados en la mesa y a pesar de la dureza en las negociaciones tenemos un trato personal y lo mantenemos. Ese es el éxito del acuerdo. Ese acuerdo bipartito suele arrastrar a los Gobiernos, sean del color que sean. Eso está dentro del diálogo social, de esas 4.500 mesas abiertas de negociación colectiva en toda España. Hay más cosas que nos unen de las que nos separan. En cambio, creo que la política en estos momentos está excesivamente radicalizada. Los españoles no queremos radicalismos, la gente quiere diálogo, consenso, acuerdos, y las posiciones extremas de uno y otro lado no gustan. Creo que a España le falta un poco de moderación.

P. ¿Cuántas quiebras y cuánto paro han evitado los ERTE?

R. Lo veremos con el tiempo, pero creo que muchísimo. Todavía vamos a ver qué pasa en el último trimestre y el primero de 2021. Vienen tiempos que no van a ser fáciles y ahí es donde vamos a evaluar las cosas. Han caído empresas, se habla de 70.000, pero creo que habrían sido infinitas más si estos ERTE no hubieran funcionado, no estuvieran funcionando, y no tuvieran que seguir funcionando.

P. ERTE, ayudas a autónomos, avales... El déficit se disparará este año y el que viene. Ustedes han sido contundentes reclamando que no se suban impuestos. ¿De dónde saldrá tanto dinero?

R. Sobre los impuestos pensamos que ahora, en esta coyuntura, no es momento de subirlos. Es más, en algunos países han bajado el IVA al turismo y la hostelería. Hablamos de aguantar la economía. Se lo hemos trasladado al presidente, y él ha dicho hace poco que no está en la agenda. Sería añadir una contracción más. Cuando pase todo esto hablaremos, pero siempre decimos una cosa: al hablar de presión fiscal en España, si divides lo que se paga por el número de españoles, evidentemente la presión es menor. Pero si se toma lo que se paga entre los que pagamos impuestos, la presión fiscal es bastante mayor. En Europa la economía sumergida es el 12% y en España el 24%, el doble. Y en eso hablamos de una diferencia de 60.000 o 70.000 millones de euros. Y eso es un dumping [competencia desleal] sobre otras empresas, y habrá que trabajar el fraude fiscal y también de la eficiencia del Estado.

P. En esta crisis, ¿está funcionando la coordinación entre el Estado central y las autonomías?

R. Creemos que debería mejorar. Pensamos que debiera de empacar mucho más. Ahora es cuando más se nota. No diría que no funciona, porque no es así, pero sí —y lo están trasladando los presidentes de las comunidades autónomas y la Administración central— que una mayor coordinación estaría mejor. Por ejemplo, en el tema de las app, podemos perder mucho tiempo si no trabajamos juntos en aportar una app robusta y estamos pendientes de que uno dé el permiso, otro no lo dé y cuando nos queramos dar cuenta ya haya salido la vacuna. Mejorar en esa coordinación sería muy deseable.

P. ¿Se puede hablar de un verano perdido en el turismo?

R. Si no perdido, casi. El turismo en España está sufriendo un impacto inmenso. Empezamos la temporada algo tarde, junio ya se perdió en Baleares, y eso fue dramático para las islas. Y se está demostrando que en las áreas de turismo, no nacional, sino internacional, se está sufriendo muchísimo.

P. ¿Qué otros sectores lo están pasando peor?

R. No querría hacer una lista y equivocarme, pero hablamos de hoteles, hostelería en general, transporte en aviones, agencias de viajes, compañías de alquiler de coche, y no solo en la parte de vehículos que se alquilan a turistas, porque una parte importante de la demanda de coches llega de estas compañías. Todo tiene un efecto multiplicador que afecta a otros sectores. Voy a poner el ejemplo de los fuegos artificiales. Nadie piensa ahora en eso, pero en estos momentos en España no hay una fiesta. Las empresas pirotécnicas están cerradas. El turismo es fundamental.

P. Ese peso del turismo explica en parte por qué el golpe en España ha sido mayor que en otros países europeos. Parece que no hemos aprendido de la crisis anterior, cuando el peso de la construcción fue excesivo. ¿Hemos apostado demasiado por un solo sector, el turismo?

R. Hemos apostado muy bien por el turismo. España es líder mundial con los 85 millones de visitantes. Es algo que tenemos que recuperar de la mano de una palabra: confianza. Pero llevo tiempo diciendo que hay que llegar al 20% de PIB en la industria. Estamos muy lejos, en el 12%-13%, y sumando al sector eléctrico en el 16%. Queda mucho para ese 20%. Hay que ver cómo generamos un ecosistema industrial más potente. En las regiones españolas donde el peso industrial está por encima de ese 20% se está demostrando que el golpe de la pandemia también es menor. Se ve en la salida de los ERTE.

P. Y es otro tipo de empleo.

R. Sí, es más indefinido, tiene más cualificación. Pero la labor que ha hecho el turismo es impresionante y el déficit no se soluciona por restar en un lado sino por sumar en el otro.

P. ¿Sumar es una decisión política?

R. Ahora, con los fondos que van a venir de Europa, es un momento importantísimo para trabajar en esta línea. Se está hablando de digitalización, energías limpias..., y en todos estos ámbitos se abre un mundo industrial en donde España puede, si lo hacemos bien, estar a la cabeza. Aunque para montar una industria y una empresa se requiere una inversión de largo recorrido.

P. ¿Cómo se pueden aprovechar mejor esos recursos que van a llegar de Europa?

R. En la CEOE hemos generado una oficina para ayudar a las empresas a detectar proyectos tractores que ayuden al país. Estamos hablando de 140.000 millones. Se nos abre una oportunidad. Hay aspectos como la digitalización y la sostenibilidad. Esos fondos van a venir condicionados y tenemos que saber aprovechar la oportunidad y generar valor.

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.

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