El fantasma del impago planea de nuevo sobre el gigante inmobiliario chino Evergrande
Las acciones de la promotora se hunden un 20% en una sola jornada, después de que la compañía advirtiera que puede tener problemas para afrontar la devolución de sus bonos
La inmobiliaria china Evergrande, la más endeudada del mundo, vuelve a afrontar problemas de liquidez tras varias semanas de respiro. Después de haber ido salvando cada plazo para el pago de intereses de sus gigantescas deudas desde finales de septiembre, en algunos casos en el último momento, agota las últimas horas para evitar caer formalmente en impago. En este caso, de 82,5 millones de dólares (73 millones de euros) en intereses de un bono extranjero que venció el 6 de noviembre, pero para el que tenía un periodo de gracia de 30 días. Este lunes sus directivos han advertido de que es posible que no encuentren liquidez para hacer frente a sus obligaciones y, a renglón seguido, su cotización en la Bolsa de Hong Kong se ha desplomado ante la perspectiva de un batacazo del grupo.
Al cierre de la Bolsa de Hong Kong, las acciones de Evergrande caían un 20% y perforaban su nivel más bajo desde que el conglomerado debutó en ese mercado, en 2009. En lo que va de año, la inmobiliaria ya ha perdido el 87% de su valor.
La propia compañía, que acumula deudas en torno a los 300.000 millones de dólares, ha ido emitiendo declaraciones poco optimistas en los últimos días. Su fundador, Xu Jiayin —conocido también como Hui Ka Yan, la versión de su nombre en lengua cantonesa—, se deshacía de parte de sus activos para tratar de conseguir liquidez. El viernes pasado, reconocía en un comunicado que los acreedores le reclamaban la devolución de 260 millones de dólares y que “no tenía garantías de que el grupo contaría con suficientes fondos para seguir cumpliendo sus obligaciones financieras”. La compañía se planteaba, según la nota, la reestructuración de su deuda denominada en divisas.
La admisión del grupo motivó que las autoridades de la provincia de Cantón, donde se encuentra su sede, convocaran a Xu Jiayin durante el fin de semana. En esa reunión se acordó que el Gobierno provincial enviaría, a petición de la promotora, un equipo de trabajo a Evergrande para analizar sus riesgos y ayudar a trazar un plan de reestructuración.
Evergrande había llegado a ser la principal constructora inmobiliaria de China y Xu, el hombre más rico de la segunda potencia mundial, con una fortuna personal que en 2017 se calculaba en cerca de 45.000 millones de dólares. Pero una serie de restricciones impuestas por el Gobierno chino desde el año pasado para controlar el nivel de deuda en el sector —uno de los pilares de la economía del país— le han creado una crisis de liquidez que amenaza al grupo.
Críticas del banco central
El Banco Popular de China emitía este fin de semana, a su vez, un comunicado en el que aseguraba que los riesgos de Evergrande no contagiarán al resto de la economía. Las ventas de viviendas, la compra de terrenos y la financiación “ya han vuelto a la normalidad”, sostenía. Pero el banco central sí criticaba con dureza al grupo: sus problemas de liquidez, aseguraba, “han venido causados por su mala gestión, y su expansión a tontas y a locas”. La comisión reguladora de la Bolsa china, por su parte, también ha asegurado que los riesgos causados por la promotora son controlables.
Pero los problemas de la empresa de Xu Jiayin ya se han extendido a otras promotoras del sector, con dificultades para hacer frente a sus pagos, como su rival Kaisa, Fantasia o Aoyuan. Este mismo lunes, el promotor chino Sunshine 100 anunció el impago de un bono por valor de 179 millones de dólares que vencía este domingo, por falta de liquidez. Esta compañía ya había incumplido en agosto el plazo para el pago de otro bono. La empresa tiene actualmente 385 millones de dólares en notas pendientes, según datos compilados por Bloomberg.
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