Coincidencia esotérica


La foto se tomó a mediados de febrero en las instalaciones de la terminal 4 del aeropuerto de Madrid-Barajas, inaugurada en 2006 y celebrada por su diseño moderno y funcional, en el que llaman la atención los techos ondulados, construidos con materiales ligeros, de colores vivos, y espacios amplios que facilitan la entrada de luz natural. Realizados los trámites de acceso, el viajero desemboca directamente en el corazón de una tienda libre de impuestos profusamente iluminada y aromatizada, en la que se quedaría a vivir. Vencido ese arrebato, se alcanzan las puertas de embarque, flanqueadas por tiendas de lujo y restaurantes para todos los paladares.
Por la noche, cuando la actividad cesa, se convierte, como muestra la imagen, en refugio de personas que no tienen dónde dormir ni, seguramente, dónde caerse muertas. Se apagan los escaparates de las tiendas de las primeras marcas, se apagan el boato y la gastronomía, y se enciende la realidad. O se enciende, si ustedes prefieren ser caritativos, una realidad según la cual 500 indigentes pernoctan entre las cuatro terminales del citado aeropuerto. Hace 10 años, no pasaban de 40. Significa que, en ese punto geográfico de la España que es el motor económico de Europa, coinciden esotéricamente la macroeconomía, que va como una moto, con la microeconomía, que ya ven. Dicen que lo macro hace esfuerzos por llegar a lo micro con su cuerno de la abundancia, pero lo cierto es que a medida que crece el patrimonio de los acaudalados, aumenta la penuria de los miserables. Lo que se conoce, en fin, como robar a los pobres para socorrer a los ricos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
